Las empresas catalanas en el escaparate del Mobile

Los pabellones que el Gobierno y la Generalitat dedican a sus empresas en el MWC son lugar de paso de observadores de compañías de todo el mundo

Los pabellones que el Gobierno español y la Generalitat de Catalunya dedican a las empresas españolas y catalanas en el MWC son lugar de paso de observadores de compañías de todo el mundo, en busca de ingenio para incorporarlo a sus estructuras o intentar una asociación con ellas.

Adan Garriga es el director de tecnología audiovisual del centro tecnológico Eurecat, que en el MWC presenta su proyecto de sonido inmersivo 3D. Es un software capaz de situar un sonido en cualquier punto del espacio cuando se usan unos auriculares. Quien haya experimentado esa sensación en el cine en los últimos tiempos probablemente haya acudido a una sala equipada con el sistema Dolby Atmos. Una start-up en la que participaba Garriga, Immsound, se vendió en el 2012 a Dolby. Su tecnología llegó a la película Lo imposible, de Juan Antonio Bayona.


El proyecto actual es de sonido binaural. Es el cerebro de cada persona el que, al oír el sonido, reconstruye la posición sonora en el espacio tridimensional. La herramienta de software de Eurecat puede situar el sonido donde quiera un creador. Esto tiene aplicaciones prácticas en numerosos campos, desde el mundo del entretenimiento, en la música o los videojuegos –con o sin las gafas de realidad virtual–, hasta el de la medicina, con la mejora del punto de calibración de los audífonos o bien para la creación de estímulos auditivos con aplicaciones de psicología.

Al otro lado del pasillo, una espectacular silla que se mueve en todas las direcciones del espacio ofrece experiencias de Turisme de Catalunya con unas gafas de realidad virtual. La silla móvil es de la compañía Whiplash, y los contenidos –castellers en Montserrat, parapente en Ampuriabrava, el ambiente del Camp Nou– es de la compañía Visyon.

El simulador es espectacular. “La gente que lo ha probado dice que es mejor que el de alguna compañía grande”, explica Franck Torrano, fundador de Whiplash. Las aplicaciones de su tecnología son muchas. En el campo del entretenimiento, proyectan un parque en el Maresme para el 2017. Robert Embodas, de Visyon, apunta que sectores como el de aeronaútica y la medicina están interesados.

En el pabellón de España, Òscar Macià es el director general de Force Manager, una compañía catalana que tiene una aplicación que en poco tiempo le ha llevado a asociarse con Apple en el campo corporativo. Su app ayuda a los vendedores de empresa “a hacer mucho mejor su trabajo cuando están en la calle”. Adaptada a todas las plataformas y dispositivos (incluido el Apple Watch), la app les ha abierto un campo de negocios amplio. En cinco años están en expansión internacional en 25 países y el MWC es para Macià “el lugar adecuado para hacer negocios”.

El 4 Years From Now (4YFN) se ha convertido en tan sólo tres años en un lugar de paso obligado para los inversores que visitan Barcelona durante el Mobile World Congress. Pequeños proyectos que se encuentran en incubadoras o programas de aceleración asaltan a todo aquel que se deja llevar por los pasillos del palacio de Fira de Barcelona.

“El denominador común de todos es la pasión por explicar su proyecto”, destaca Esteban Redolfi, director del certamen, que también destaca “el sacrificio y la valentía” que muestran ante los inversores. Lo mejor es que muchos de ellos consiguen resultados. Exipple, por ejemplo, presenta un software que permite interactuar con las pantallas sin necesidad de tocarlas. Tienen a punto un sistema de interacción gestual para el que buscan completar una ronda de inversión de más de un millón de euros. Y creen que después de su paso por el 4YFN lo conseguirán. “Estoy seguro, han pasado por aquí Google, Intel y otros grandes con los que hemos concretado reuniones”, dice Pau Molinas, vicepresidente de operaciones de Exipple, empresa con 15 empleados que ya trabaja para compañías de moda londinenses.

En un punto más inicial se encuentra Washrocks, la primera aplicación para móviles en España que ofrece un servicio a domicilio de recogida y entrega de la ropa sucia hasta la tintorería. Hace un año lanzaron la aplicación desde la habitación de su creador. Ahora ya cuentan con seis personas en plantilla y 3.000 clientes estables entre Barcelona y Madrid. “Hemos hablado con inversores y, sobre todo, con potenciales clientes de la app”, indica su fundador, Iván Hernández.

Para los más jóvenes triunfa Badi, “el Tinder de los que buscan compartir piso”, según resume Pablo Pérez, director de operaciones de la compañía. Con un sistema de geolocalización y de filtro, se ha trasladado el sistema de la aplicación usada para ligar a la búsqueda de habitaciones libres por parte de universitarios. Cuentan con 2.100 habitaciones ofertadas y ya están en 25.000 móviles, principalmente de estudiantes de Barcelona y Madrid.

La relación entre los diferentes proyectos también es llamativa. No compiten, cooperan. “Comparten recursos y contactos, tienen sentido de comunidad y saben que es una manera de crecer”, apunta Esteban Redolfi, sobre las más de 400 start-up presentes en el 4YFN.

Por Montjuïc han pasado unas 12.500 personas, un 50% más que en el 2015, cuando fueron 8.000. Hace tres años, en la primera edición, eran 5.000 visitantes. Entonces, el espacio de Fira de Barcelona en Montjuïc lo ocupaban prácticamente de manera exclusiva start-up locales. En la edición 2016 el espacio se ha doblado y el 60% de los proyectos presentes eran internacionales.


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