Hemper, la primera marca de moda que reta al comprador a ‘regatear’ el precio final


En un intento por acercar la cultura del Nepal a España, la firma propone una nueva fórmula de compra online


En Europa resulta casi impensable poder regatear el precio de un producto en una tienda. A nadie se le ocurriría ir a una boutique de una firma de moda y pedir que le rebajaran el precio o incluso insinuar que ese producto no merece un coste tan elevado.
En otros países forma parte de la cultura y es una manera más social de entender el comercio. Es más, existe todo un arte alrededor del concepto del ‘regateo’. De las largas estancias en Katmandú, surgió la idea de crear una marca de mochilas de cáñamo, material tradicional de Nepal, cuya venta funcionara bajo esta filosofía.
La marca Hemper nació con un objetivo: “mejorar y cambiar el desarrollo social-económico de Nepal”. Una apuesta ambiciosa que comenzó su andadura en un pequeño taller que, además de producir sus mochilas de cáñamo, consiguiera dar trabajo digno a comunidades locales.
En su compromiso por acercar la cultura nepalí a través de su marca, Hemper ha ido un paso más allá y permite a los usuarios regatear a la marca el precio final del producto. La nueva fórmula de compra online, característica de los productos de segunda mano, es totalmente innovadora en el mundo del ecommerce y, según afirma el co-fundador de la propia marca, Manu Sierra, “somos los primeros en hacerlo”.


La fórmula es dinámica y sencilla. Los usuarios, cuando añaden uno de los productos al carrito de compra, tienen la posibilidad de regatear hasta dos cifras diferentes antes de cerrar el precio final. Esto es posible gracias a un chatbot -un programa que imitan la conversación con personas mediante inteligente artificial- con el que el comprador puede interactuar directamente.
La iniciativa estará vigente en su página web a partir del día 5 de febrero y durante todo este mes. No obstante, Sierra no descarta volver a repetir la misma acción: “si vemos que funciona bien y tiene buena acogida estamos pensando volver a incorporarla en el futuro”.
En las últimas décadas, la manera de consumir moda ha cambiado. El ‘fastfashion’ ha irrumpido con fuerza en la industria y el consumidor opta por comprar productos de menos calidad aunque eso conlleve renovarlos continuamente.
Una práctica que aunque resulta asequible para prácticamente todos los bolsillos, tiene muchos defectos. “El fast fashion solo incita a la compra masiva, que obliga a las grandes marcas a producir en países sin salarios mínimos, que no cuidan a los trabajadores, a utilizar productos de baja calidad y que, además, son dañinos para el medio ambiente”, explica el cofundador de Hemper.
La marca aboga por “hacer las cosas bien desde el principio” y cuidar las condiciones de los trabajadores y del planeta. “No nos vale con hacer las cosas mal para ser más competitivos. Consideramos que el ‘slow fashion’ puede tener salida y calar en la mente de la gente”, sentencia.


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