Siempre hay un punto en nuestro trabajo en el cual nos distraemos. Es
lógico, la concentración acaba agotándonos y necesitamos una vía de escape
temporalmente. Pero, ¿qué sucede cuando en ese tiempo libre pensamos en un
nuevo modo de sacar nuestra creatividad adelante?
Muchas ideas nacen cuando estamos en un determinado trabajo. Ideas que nos reservamos
para nosotros porque pensamos que podemos crear algo muy especial con ello.
Puede ser una tienda, un servicio, algo rocambolesco o algo sencillo, algo a
corto plazo o a largo plazo… Pero todos hemos pasado por ello. Ahora, ¿cómo nos
enfrentamos a esta situación?
Lo primero que hay que hacer es delimitar. Marcar unas pautas
para que ambos trabajos no interfieran. Marquemos agendas distintas (con
distintos colores, separadas, o con un gestor de tareas)
para cada uno para evitar equivocarnos. Eso significará que, cuando estemos en
el lugar de trabajo habitual, nos concentremos en sacar ese oficio hacia
adelante, y en las pausas, escaparnos 5 minutos a perfeccionar nuestra idea
particular. Y luego, de vuelta al oficio original.
Cambia el chip. Cuando acabe tu trabajo habitual, vuélcate en tu nueva aventura
profesional. Empieza a sacar muchas ideas, por muy inofensivas y
frágiles que parezcan. Ya tendrás tiempo de hacer una criba. Delimita
una cuenta excepcional para este nuevo trabajo en tu ordenador, para
no confundir ningún archivo. Eso te ayudará a estar focalizado y a no
distraerte.
Intenta llevar canales sociales distintos, no los mezcles en uno. Si quieres hablar de esta
nueva situación emprendedora, enlaza a gente del sector: comenta tu idea,
asegúrate de que vas por buen camino, da pasos pequeños pero seguros. No
intentes abarcar todo de golpe. En ese momento ya tendrás en cuenta que en
el primer año de esta nueva forma emprendedora no vas a generar una gran
cartera de clientes: céntrate en hacer comunidad a la que le pueda interesar tu
nuevo producto o servicio.
Concentra tus esfuerzos en comunicar tu nueva idea bien. El contenido (lo
que tú cuentes) es muy importante, pero si no lo haces llegar a buen puerto -es
decir, no cuidar la manera en que haces llegar esa información a tu
público potencial- perderás un valioso tiempo. Asegúrate de que el tiempo
que le dediques a este nuevo proyecto sea en exclusiva. Puedes trabajar con técnicas
Pomodoro para concentrar esta acción.
No mezcles uno con otro. Incluso aunque los trabajos sean del mismo ámbito, no
aproveches en primer lugar los contactos de uno para llevártelos a tu terreno
personal. Una vez que tu jornada laboral principal haya terminado, puedes
comentar tu trabajo a esos contactos.
Si puedes, hazte con una línea de teléfono independiente para
evitar distracciones o problemas que te hagan confundir un proyecto de
un trabajo con el de otro. Delimita también tu hora telefónica del “proyecto
emprendedor” a las horas out-of-office del trabajo principal.
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