Con la llegada del
nuevo año se multiplican como si de panes y peces se tratará las listas de propósitos para
2014. Y entre ellos, hay uno que se repite muy a menudo: disfrutar
más de la vida personal. Para ello posiblemente debas romper los
grilletes que te encadenan al escritorio de la oficina y mejorar tu
productividad. Por eso hoy te queremos contar nueve pequeños trucos. Son
nueve sencillos hábitos diarios, nueve cambios en tu vida muy fáciles de
cumplir si no los sigues ya.
Deja escrita por
la noche una única tarea principal para el día siguiente. Debe ser un trabajo importante que no te
lleve más de una hora. Empieza el día cumpliendo ese objetivo. Y termínalo.
Después ya vendrán las demás tareas, y listas de tareas. Sabemos que no es
fácil, pero no empieces abriendo el mail.
Muévete. Tu espacio de trabajo no puede ser únicamente
tu escritorio. Encuentra otras opciones. Seguro que hay pequeñas tareas que
puedes desarrollar en otros ambientes: ponte de pie para hacer la próxima
llamada telefónica, toma un café en la máquina mientras eliminas desde el móvil
los correos basura, pasea con un compañero para contarle simplemente cómo vas a
afrontar tus próximas tareas…
Si tu trabajo y tu
jefe te lo permiten, incluso nos atreveríamos a aconsejarte que una vez
a la semana por ejemplo trabajes en un entorno completamente diferente:
puede ser una cafetería, un espacio de co-working, incluso un viaje en tren
puede ser de lo más productivo. El cambio de escenario y la interacción con
otras personas distintas te servirán para renovar tu energía.
Toma
periódicamente descansos cortos. Si descansas de 10 a 15 minutos cada dos horas aproximadamente reducirás
la fatiga visual, eliminarás la tensión muscular y te servirán para combatir el
estrés. Seguramente alejarte del trabajo te permitirá verlo desde otra
perspectiva y posiblemente encuentres así la solución a ese problema en el que
te habías atascado.
Prepara una
lista de canciones que te ayuden a concentrarte y usa los auriculares mientras listas las
tareas pendientes en un par de momentos clave del día: después de acabar a
primera hora la tarea principal, antes o inmediatamente después de comer…
Añade algún
toque de color a tu espacio de trabajo. Los colores pueden influir favorablemente en el estado de ánimo de las
personas y la productividad. Los tonos azulados por ejemplo te ayudarán a
concentrarte, mientras que los elementos rojizos son ideales para los trabajos
que requieran mucha atención y un alto grado de precisión.
Ten a la vista
plantas vivas cerca de tu escritorio. Un estudio de la Universidad de Texas ha demostrado que la presencia de
plantas incrementan la productividad y sobre todo el trabajo creativo. Además
si sufres habitualmente dolores de cabeza seguro que te ayudan a reducir su
intensidad y frecuencia.
Decora tu
espacio de trabajo con objetos significativos que te recuerden tu carrera o los
estudios: ya sean tazas,
fotos, diplomas ó premios. Te ayudarán a que cada día te sientas un poco más
exitoso y apreciado.
Dedica los
últimos diez minutos del día a limpiar y ordenar tu escritorio. Es simple, pero efectivo. Al día siguiente
empezarás el día con ánimos renovados.
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