Mark Zuckerberg era un
estudiante de segundo curso de informática en la elitista universidad de
Harvard, tímido y de escasas palabras. Casi sin proponérselo tuvo una idea
genial que todos consideraban un gran negocio, pero él no pensaba en el dinero,
sino en convertirlo en algo muy grande. | Lo consiguió.
Unos jóvenes estudiantes de Harvard que
querían más transparencia en la red –y seguramente ligar más– crearon la red
social que permite a cualquiera mostrar su perfil. Hoy todos son
multimillonarios gracias a su invento: Facebook. De la misma forma que su nacimiento no fue
convencional, tampoco lo ha sido su historia, ni la trayectoria de sus
iniciadores. Estas son algunas de las curiosidades más desconocidas de todos
ellos.
Una web
de autor. Cuando Mark Zuckerberg creó Thefacebook (la versión
primigenia de Facebook) en 2004, todas las páginas de la web llevaban la firma
“A Mark Zuckerberg production” (“Una producción de Mark Zuckerberg”), como si
se tratase de una película. Quería dejar muy claro que él era el autor de la
idea. De hecho, en típica página de “quiénes somos” se autodefinía como
“Fundador, amo y señor, enemigo del Estado”.
Hormonas
universitarias. Desde los inicios de Thefacebook en Harvard, sus
usuarios encontraron que una de sus principales utilidades era facilitar el
ligoteo. Al entrar a la red en seguida te preguntaba si estabas “interesado” en
hombres o mujeres. Te daba la opción de manifestar si tenías alguna relación de
pareja y podías rellenar un apartado llamado “Buscando”. Y estaba la opción de
“dar un toque” a alguien y de que él o ella te correspondieran con otro toque.
Esa interacción tenía, para muchos de los que la practicaban con asiduidad, un
significado claramente sexual. Como escribe David
Kirkpatrick, biógrafo de Facebook, “al fin y al cabo, estábamos en
la universidad”.
A golpe
de florete. Aunque Mark Zuckerberg parezca tímido e introvertido se
reserva sus mejores golpes: es un gran aficionado a la esgrima, había sido
capitán y miembro notable del equipo de esta disciplina en bachillerato y,
cuando se mudó de Harvard a California para montar Facebook más en serio, una
de las pocas pertenencias personales que se llevó consigo era su florete. En la
casa que alquilaron él y los otros cofundadores en Palo Alto y que era su
centro de trabajo, solía pasear de arriba abajo en plena discusión, con el
florete en una mano y la otra detrás de la espalda, lanzando estocadas al aire.
“¡Vas a romper algo!”, le gritaba desesperado Dustin Moskovitz, uno de sus
colaboradores de primera hora.
Una empresa
poco convencional. Cuando, ya en California, la empresa comenzó a crecer
de manera imparable, la empresa necesitó contratar a más personal. Zuckerberg y
sus compinches, con el carácter rebelde que les imprimía su juventud, no
dudaban en aplicar técnicas poco convencionales. Por ejemplo, sacaban a la
puerta de la casa que ocupaban la figura de madera de un chef italiano que
sostenía una pizarra, como las que hay a la puerta de los restaurantes. En
lugar de anunciar el menú del día, el texto que se leía en la barriga del
orondo chef era “Se busca vicepresidente de ingeniería”. La falta de personal
era, de hecho, un problema endémico y en una ocasión por aquella época
contabilizaron que la persona que gestionaba las preguntas de los usuarios
tenía una cola de 75.000 consultas pendientes de contestar…
Exilio
dorado en Singapur. Eduardo
Saverin, el amigo brasileño de Zuckerberg en Harvard con
el que concibió Facebook y que luego lo demandó recibiendo una compensación
millonaria, decidió en 2011 renunciar a la nacionalidad estadounidense para
poder convertirse en ciudadano de Singapur, donde planea residir “por un
periodo de tiempo indefinido”. Lo hizo por motivos fiscales y aparentemente
para pagar menos impuestos cuando Facebook saliese a Bolsa y él vendiese
paquetes de sus acciones. Este paso fue muy criticado por algunos medios de
comunicación norteamericanos, que lo consideraron poco menos que una traición
hacia el país que le hizo rico.
La
hermana díscola. Zuckerberg no
sólo ha tenido multitud de problemas judiciales por el plagio de la idea de
Facebook. También le han crecido los problemas dentro de casa, ya que le hubo de
dar un empleo a
su hermana Randi (dos años mayor que él), quien además
demostró unas inusitadas ansias de notoriedad y acabó por tener un
enfrentamiento con un usuario que subió una foto a twitter en la que se veía a
toda la familia Zuckerberg en la cocina, imagen que en principio sólo debían
ver los amigos de Randi. La polémica acabó con la hermana fuera de la compañía,
y ahora ha creado su propia red social y ha escrito un libro.
Aprendiendo
chino. Zuckerberg intentó aprender chino hace unos años y,
para practicarlo, pasaba un rato con empleados de Facebook cuyo idioma nativo
era el mandarín. En una ocasión, una de las colaboradoras que participaba en la
reunión intentaba contarle un problema con su superior inmediato. Zuckerberg no
lo entendía y le pidió “Más sencillo, por favor”. Ella intentó simplificar la
explicación, pero sin éxito. Zuckerberg le insistió en que se lo dijera más
sencillamente, pero aun así no consiguió entenderlo. Tras varios intentos
infructuosos, la empleada acabó por ponerse nerviosa y se limitó a gritar: “¡Mi
jefe es malo!”, pensando que él no lo entendería. Pero la frase era tan
sencilla que sí la comprendió, de forma que el amo de Facebook se enteró del
problema en toda su crudeza. Seguramente ahora Zuckerberg puede ahorrarse estos
problemas y tomar clases de mandarín a domicilio, porque en 2012
se casó con su novia Priscilla Chan, que es de ascendencia china.
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http://www.lavanguardia.com/hemeroteca/20140204/54400580922/tecnologia-telecomunicaciones-internet-redes-sociales.html#ixzz2so9wCZjt
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