La falta de concentración durante el estudio afecta de forma significativa
al rendimiento académico. Por esta razón, queremos aprovechar que los parciales
o la convocatoria de exámenes de febrero se encuentra a la vuelta de la esquina
para proponerte una serie de técnicas que pueden ayudarte a la hora de
estudiar o de resolver un examen mejorando tu concentración.
La capacidad de concentración, como tantas otras aptitudes del hombre,
puede entrenarse para que sea lo más efectiva posible. Para ello existen
diversas técnicas que pueden ayudarnos a combatir la ansiedad, el
estrés o las preocupaciones que al final son las que siempre nos
distraen del estudio. Son ejercicios sencillos que puedes llevar a cabo en
cualquier momento del día, especialmente antes de estudiar o en los períodos de
descanso. Ninguno de ellos es milagroso pero si eres constante con el tiempo
son muy eficaces.
1.
Concéntrate
durante dos minutos seguidos en seguir con la vista la aguja de los
segundos de un reloj; es importante que repitas el ejercicio desde el
principio si te distraes de tu objetivo y que practiques diariamente.
2.
Coge las
páginas de un viejo periódico y tacha lo más rápido posible una
determinada letra. O varias a la vez si tienes la destreza suficiente.
3.
Cronometra
el tiempo que tarda en desaparecer un círculo, un triángulo o un
cuadrado que visualizas mentalmente. Compite contigo mismo para mejorar tu
marca personal.
4.
Escucha música
tranquila concentrándote en un sólo instrumento o un determinado
sonido que tratas de aislar.
5.
Resuelve sopas
de letras, crucigramas de buscar diferencias o sudokus.
Además, a la hora de estudiar es importante asimilar algunos hábitos
saludables relacionados con las condiciones ambientales:
1.
Para
evitar problemas de atención es fundamental estudiar en un lugar acondicionado para ello: aislado, sin
ruidos ni otros elementos perturbadores. Una de las mayores distracciones
que interrumpen el estudio se deben a que no tenemos a mano todos los
materiales necesarios. Por eso es importante también preparar a conciencia
previamente esta labor y que llegado el caso no nos falte de nada.
2.
Se ha
demostrado que no es malo estudiar acompañado ya que la
presencia de otro estudiante puede ser una motivación extra siempre y cuando,
evidentemente, la persona con la que estemos tenga una actitud similar
a la nuestra y no nos distraiga.
3.
El mejor
horario para estudiar es por la mañana, inmediatamente después de
levantarnos, sobre todo si hemos descansado bien. Sin embargo puede ocurrir que
a esas horas sea precisamente cuando más ruido y distracciones encontremos en
el sala de estudio. Por eso es importante conjugar estos dos factores. Por otro
lado, la mayor parte de expertos recomiendan estudiar durante períodos de 40-45
minutos e intercalarlos con descansos de entre 10-15 minutos para despejar la
mente, evitar la fatiga y preparar el siguiente periodo de estudio. Recurre a
los ejercicios anteriores en esos descansos y verás cómo llegan pronto los
resultados.
4.
Siempre es
conveniente combinar distintas técnicas de estudio (memorización, esquemas, etc) en
una misma sesión de trabajo para evitar el aburrimiento. Igualmente, si el
estudiante percibe problemas de concentración, una buena opción es cambiar la
materia de estudio.
Y un consejo, cada vez que algo del
exterior te distraiga o te interrumpan imágenes mentales de
cualquier índole, repite en voz alta la frase “aquí y ahora” y
vuelve a concentrarte en el libro o los ejercicios. No importa cuántas veces
tengas que repetir la frase, hazlo. Otra cosa que puedes hacer si te asaltan
recurrentemente preocupaciones es fijar un horario para pensar en ellas; así
mientras estés estudiando podrás repetirte mentalmente la frase “ahora
no, pensaré en esto a las nueve de la noche”cada vez que te interrumpan
estos asuntos.
Por último, hemos recopilado los consejos que los expertos repiten
con más frecuencia para enfrentarte al temido examen.
2.
Relájate
para no quedarte nunca en blanco. Puedes usar muchas técnicas para ello. Pero bastará con que cierres los
ojos, respires profundamente y visualices tu propio cuerpo tranquilo. Elimina
todos los pensamientos negativos.
3.
Lee con
detenimiento el examen fijándote
exactamente en lo que te están preguntando. Soy profesor y créeme, una de las
cosas más frustrantes es que el alumno no conteste exactamente a lo que se le
pregunta.
4.
Organiza
los conocimientos acumulados y hazte un mapa mental de lo que tienes
que responder. La memoria funciona por asociaciones de forma que en cuanto
aparezca una idea saltarán en cascada en tu cabeza otros datos e ideas.
5.
Contesta
en primer lugar las preguntas más fáciles porque te darán
seguridad. Contesta también las preguntas cortas antes que las
largas porque así será más difícil que te quedes sin tiempo para resolver todo
el examen.
6.
Consulta
todas las dudas posibles al profesor
Imagen
(Flickr – CC)
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