Los que ahora estáis leyendo
tenéis claro que estas palabras las ha escrito un ser humano, ¿verdad? Sí, esta
vez estáis en lo cierto pero… podríais estar equivocados. Ya hay máquinas que
son capaces de redactar noticias o componer notas de los datos de un informe.
Si un sueco sin nociones de
español copiara y pegara este texto en el traductor de Google, leería en
perfecto escandinavo (cada vez mejor) de qué estamos hablando. Por cierto, Ikea
ya ha desarrollado un robot que ensambla las piezas de sus muebles. La Billy
nos la puede montar un pequeño robot. La tecnología acude en nuestra ayuda para
hacer los trabajos más duros y tediosos.
Pero estos trabajos son
remunerados, nos ganamos la vida con ellos. Según datos facilitados por la consultora Gartner en 10 años se habrán
perdido un tercio de los actuales empleos. Economistas de la Universidad de
Oxford han vaticinado que en veinte años la mitad de los empleos los
realizarán máquinas.
David Autor, economista del
MIT (Massachusetts Institute of Technology) precisa que el tipo de empleos que
se destruirán son aquellos que en estos momentos está desempeñando la clase
media, con lo que previsiblemente la automatización contribuirá a aumentar
la desigualdad. Huyendo del alarmismo, dijo que las máquinas están sustituyendo
a los humanos, pero no para desbancarlos, sino para hacerlos más
productivos. Aclara que las personas hacemos actividades de forma intuitiva y
“barata”, cosa que de momento no hacen las máquinas.
Nadie se echó las manos a la
cabeza cuando la lavadora empezó a tener una presencia habitual en las casas.
Las lavanderas no temieron perder su empleo, más cuando era un trabajo duro y
escasamente remunerado (si se llegaba a remunerar). Se agradeció poder dejar de
restregar la ropa contra la tabla para dedicar el tiempo a estudiar
mecanografía, habilidad que las llevaría a ser escritoras o administrativas.
La cuestión es la
velocidad a la que está avanzando el reemplazo de las actividades humanas por
máquinas. Estos expertos deliberan sobre si estamos preparados (formados) para
llegar a un futuro a corto plazo con las capacidades tecnológicas necesarias
para no tener que competir con una máquina en una entrevista de trabajo. Se
dirá que hacen falta humanos para programar y diseñar estos robots. Pero
tenemos una noticia preocupante: las máquinas están empezando a aprender.
Para el tecnólogo Jeremy Howard, el 80% de los trabajos que se realizan en el
mundo acaban de
aprender a hacerlos un ordenador. El crecimiento de nuestro
conocimiento es progresivo pero el de las máquinas es exponencial.
Según reflexionan los también
profesores del MIT Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee en su libro The
Second Age Machine un sistema educativo enfocado a las nuevas tecnologías
será capaz de compensar el impacto de las máquinas en el empleo.
Ante estas expectativas cada
vez será más importante adquirir habilidades tecnológicas y nuestra formación como trabajadores/as tendrá
que ir encaminada a la realización de tareas que la automatización no
pueda alcanzar.
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