Nuestra empresa (o nosotros
mismos) tenemos muchas caras visibles, y no muchas veces nos damos cuenta de
ello. Como los clientes pueden llegar a nosotros desde varios puntos (redes
sociales, correo, web, vídeo…) hay que estar preparados. Por la sencilla razón
de que nuestra profesionalidad (que generará confianza y por ello que los
clientes acaben acudiendo) puede quedar en entredicho si un canal tan
importante como el vídeo a día de hoy queda descuidado. Hoy os vamos a
ayudar a preparar un buen vídeo corporativo, tomando como ejemplo Youtube, que es la mayor
plataforma global de vídeo.
Lo primero de todo, como en
una casa, es el recibidor, que en nuestro caso es la página de nuestro canal.
Debe ser lo más sencilla posible, intentando usar los colores corporativos. Hay
que cuidar las imágenes que incluimos, así como los fotogramas destacados de
cada vídeo, para no dar lugar a equívocos. Es interesante que tengas más
cantidad de vídeos cortos, pues eso atrae más que tener pocos vídeos pero de
larga duración. De hecho, la duración perfecta para un vídeo corporativo es de
dos a tres minutos. Haz que los (futuros) clientes se encuentren como al
entrar en una casa, bien recibidos.
En cuanto a los vídeos, hay
varios elementos a tener en cuenta:
– El logo de la empresa en
la parte inferior derecha es lo más adecuado, siempre de un tamaño pequeño pero
que sea distinguible.
– Intenta hablar claro y
conciso, sin introducciones largas y sin palabras complejas: cuanto más
sencillo sea tu mensaje, mejor llegarás a tu audiencia. Explica qué haces, o
por qué este vídeo que va a ver un cliente puede interesarle.
– Intenta enseñar curiosidades
de tu trabajo, usa anécdotas. A la gente le encantan los “tras las cámaras”,
así que hablar de un caso de un cliente especialmente llamativo (sin dar
nombres), o de la labor de ciertos trabajadores puede hacer que la gente cree
un vínculo con tu empresa al humanizarla.
– A la hora de grabar, usa
siempre la misma cámara. No hace falta ir muy lejos: muchas veces con la de un smartphone sobra,
y a día de hoy hay editores de vídeo muy sencillos para montar tus propios
vídeos sin ayuda de nadie.
– Observa vídeos de gente que
uses como referencia, de la competencia o de empresas similares para aumentar
las ideas y ver cómo hacer tus vídeos más interesantes y únicos. Al final,
el objetivo es que suene lo más realista y cercano posible.
Y por supuesto, no te olvides
de añadir al final del vídeo un modo de contacto: desde canales de Twitter
y Facebook hasta enlaces a tu web o mail y teléfono. Si gusta, le facilitas al
cliente mucho la labor y lo agradecerá. No hace falta ser Spielberg para
ofrecer un modo
creativo, interesante y actualizado de que tus clientes lleguen
a ti, ya sea desde ordenadores, tabletas, móviles o incluso televisión.
¿Preparado? Pues haz que te
vean. Luces, cámara… ¡Acción!
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