La red LiFi da
sus primeros pasos importantes fuera de laboratorio. La que está llamada a ser
una de las redes del futuro ha alcanzado por primera vez fuera de un entorno
experimental velocidades de hasta 1 GB (Gigabyte) por segundo, unas cien veces
más rápido que las redes inalámbricas de mayoría de los hogares.
Sin embargo, esta red
descubierta hace unos años por un profesor de la Universidad de Edimburgo,
Harald Hass, tiene un potencial mucho mayor. En los experimentos en laboratorio
ha llegado a transmitir datos a velocidades totalmente récord de 22GB por
segundo.
La red LiFI se basa en la luz.
Así, mientras la red WiFi transmite a frecuencias más bajas, como el
microondas, la nueva tecnología utiliza la parte visible del espectro radioeléctrico
para enviar datos.
De este modo, en un futuro,
las lámparas podrían iluminar una estancia pero también proveerían de
conectividad a la misma. Para que transmitan información hay que añadir un
modulador a una bombilla LED conectada a internet que permita variaciones de
luz imperceptibles (parpadeos de microsegundos) que traducen los datos para ser
recogidos por fotodiodos que se instalarían en los diferentes dispositivos.
Una de las principales
ventajas de la novedosa tecnología, que está llamada a sustituir o al menos
complementar a las redes WiFi actuales, es que ayudaría a desaturar el espacio
radio eléctrico. Al utilizar la luz visible, no interfiere con otras
frecuencias por lo que podría ser utilizado sin problema, por ejemplo, en
aviones.
Al estar basada en la luz, la
red L-Fi no atraviesa paredes y cada estancia debería de estar dotada de
conectividad. Esto puede ser visto a priori como un inconveniente, pero podría
no serlo: impediría que extraños se conectasen a nuestra red y aumentaría la
seguridad de las conexiones.
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