Con mil metros
cuadrados de interior y otros mil de jardín, el local del futbolista reproduce
un pueblo imaginario.
A Barcelona le
ha crecido un pueblo. Con su plaza, su iglesia, su fuente, su quiosco de
diarios, su bar con futbolines, su barbería y hasta los bancos desde los que
ven pasar el tiempo los ancianos del lugar… El jueves abrió sus puertas Bellavista del Jardín del Norte (Enric
Granados, 86), puede que un nombre demasiado largo para un restaurante
convencional.
Pero no es el
caso: aquí se habla de mil metros cuadrados en el interior, divididos en dos
plantas (la superior con diversos reservados) y mil más de jardín. Es la joya
de la corona a la que se llega después de pasar pordistintas zonas que representan
conceptualmente un pueblo y
cuyo interiorismo firma El Equipo Creativo. Para muchos clientes, sin embargo,
será El Jardín de Messi.
Los hermanos
Iglesias se han asociado con el futbolista y sus dos hermanos en este negocio
que ha costado dos millones y medio de euros. Explican que han querido evocar “ese
pueblo que todos quisiéramos tener para sentir el placer de regresar y
sentirnos en casa o echarlo de menos cuando estamos fuera”.
Algo deben tener Juan
Carlos, Borja y Pedro Iglesias, propietarios del Rías de Galicia, la Cañota,
Espai Kru y Bobo Pulpín para que embajadores de la ciudad con apellidos tan
internacionales como Adrià y Messi, los hayan buscado como socios. “Suponemos que la honestidad
y que somos muy currantes”. Tras asociarse con Albert y Ferran Adrià en varios
establecimientos, dentro del proyecto El Barri (Tickets, Bodega 1900, Pakta,
Hoja Santa y Niño Viejo) , ahora se han unido a los hermanos del futbolista
para abrir este espacio que acaba de empezar su andadura. Si por su parte andan
los tres enfrascados en la puesta en marcha, por parte de los argentinos es
Rodrigo Messi, el mayor de los hermanos, el que está más implicado en la
coordinación del nuevo negocio.
La propuesta, explican, se
basa en lo que Juan Carlos Iglesias llama “un cruce de caminos gastronómico”.
Esos significa que habrá elaboraciones muy distintas y de muy variadas procedencias, entre
ellas algunas de las más exitosas de sus distintos establecimientos (desde unas
ostras marinadas al estilo del Espai Kru, a las tapas que más salida tienen en
su Cañota o el pulpo que más está gustando a los clientes de su Bobo Pulpín).
Un cruce en el que lo principal es que “cada cual pueda tomar lo que quiera
cuando quiera. Como cuando estás en tu propia casa o en el bar de tu pueblo”.
Detalles como una fuente, en
la que los comensales pueden rellenar sus botellas (con agua con y sin gas),
una silla de barbero donde por las mañanas atenderá un limpiabotas, un sala
para actividades culturales en la planta de arriba, unas máquinas de
marcianitos antiguas o un tocadiscos, son detalles de ese pueblo en el que ya trabajan 70 personasentre
cocina -capitaneada por Mónica Morales- y sala -por Juan Antonio Fuentes- , de
momento con la ayuda de todo el equipo de los Iglesias.
Los desayunos, serán un
punto y a aparte. Se servirán a la entrada del local, donde se encuentran el
colmado (una barra en la que se preparan bocadillos y otras preparaciones) y el
quiosco, un espacio que ofrecerá prensa de todo el mundo, pero también habrá
actividades para que los clientes que quieran interactúen -como sudokus
compartidos- y donde también se podrá disfrutar de una selección muy exclusiva de repostería(“Buscaremos la mejor
especialidad en las mejores pastelerías), desayunos de tenedor o dedicacos al
mundo de los lácteos.
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