Apple ya no es
lo que era. Y no hay nada malo en ello, pero en innovación ahora manda
Microsoft
En la industria
tecnológica hay una frase que, aunque usada y abusada, no para de repetirse una
y otra vez: “Apple ya no innova”.
El tópico
seguramente sea manido e incluso cansino, eso es cierto. Porque, ¿qué es
innovar? Es más: ¿qué grado de innovación permite a día de hoy
un teléfono móvil, un ordenador o una tablet? Hace diez años los saltos
de todos los fabricantes eran cualitativos, pero, ¿pueden seguir siéndolo ahora
que esos mercados están rozando su techo de cristal?
De hecho, ¿qué problema hay en que Apple
no innove? ¿Montar una
empresa no consiste en lanzar productos, venderlos, ser rentables y ganar dinero?
¿Por qué una compañía tecnológica con productos envidiables tiene que obligarse
a revolucionar su industria casi a diario?
Quizá el debate
menos importante sea si Apple innova o no innova. Pero, incluso asumiendo que
ya no lo hiciera, hasta cierto punto puede verse incluso normal. Es la lógica
del mercado: las empresas innovan cuando son los pequeños de la tarta y tienen que ganar a los grandes a
toda costa. Una vez que eres grande, el apalancamiento no sólo es esperable, sino que quizá también sea
lógico.
El lavado de cara de Microsoft
En cualquier
caso, y dejando los debates estéticos a un lado, lo cierto es que, con Apple
más centrado en el negocio que en la novedad, sus competidores luchan ahora
por ganarse la medalla de la innovación. Y el mejor colocado es,
precisamente, la empresa que en su momento fuera desbancada y prácticamente
ridiculizada por Steve Jobs: Microsoft.
Hagamos un
mínimo de historia. Cuando Apple apareció en escena, el indiscutible rey de los ordenadores era Microsoft, que
había conquistado al usuario medio con dispositivos de sobremesa de gran
calidad y a un precio medianamente asequible. Pero en estas llegó Apple, que no
sólo vendía un ordenador como tal, sino una experiencia.
Y es que en aquella época,
Apple no vendía a los clientes tanto su hardware como su software, interfaces
y, sobre todo, la experiencia de usuario: los ordenadores Mac eran dispositivos
alejados de la monotonía, la falta de luz y la ausencia de creatividad del
amuermado Microsoft. De hecho, de aquellos años datan los spots con los que Apple empezó a ganarse la fama de marca
innovadora conectada con el usuario, frente a Microsoft, que
representaba todo lo sombrío del oficinista que usaba el ordenador para hacer
cuentas en Excel.
Las campañas de
Apple le hicieron daño a Microsoft, pero más se lo hizo la realidad: con el
tiempo, Apple se convirtió en una marca
no sólo más segura, sino también más cool. Y, con el paso de los años, sus
presentaciones fueron ganando en originalidad, en diseño y en experiencia de
usuario. En total, una serie de ventajas que le hicieron comerle un
importantísimo terreno a Microsoft.
Y lo más
alucinante de todo es que Apple ni siquiera tuvo que recurrir a una guerra de
precios, ya que, de hecho, sus dispositivos siempre han sido considerablemente más caros,
en comparación, que los de Microsoft. Apple ganó a Microsoft usando su mejor
arma: su propia marca.
La evolución: Apple se apalanca, Microsoft innova
Sin embargo, las
cosas han ido cambiando. A día de hoy Apple sigue teniendo varios de los mejores dispositivos del mundo,
pero el cambio de roles en lo que a innovación se refiere se ha ido haciendo
cada vez más evidente.
La mejor muestra de ello ha
llegado este mismo año: el iPhone 7 es un terminal
excelente, qué duda cabe, pero ya no sorprende. Las épocas en las que cada anuncio de
Apple iba acompañado de gritos y aplausos de sorpresa hace tiempo que se
acabaron. Los iPhone de Apple ya no innovan, y quizá sea lógico, pero lo cierto
es que la marca de la manzana se ha apalancado en sus puntos fuertes, en los
que sabe que le funcionan, y ha dejado la novedad y la sorpresa para otro día.
Con los Macbook
Pro ha pasado exactamente lo mismo: unos terminales muy avanzados... que ya no sorprenden a
nadie. De hecho, los fieles seguidores de Apple, los fanboys más acérrimos, empiezan a dudar y
a preguntarse si no habrá llegado el momento de cambiar de marca
a la hora de comprarse un ordenador.
Microsoft gana a Apple en su propio terreno
Y es que lo
cierto es que, en esta ocasión, Microsoft no sólo ha ganado a Apple en algunos
desarrollos, sino que además le ha dado donde más le duele: en la innovación y la
creatividad de sus dispositivos.
Los mejores
ejemplos son el Surface Studio e incluso el Surface Book, los dos nuevos
terminales con los que Microsoft quiere volver a acaparar a los usuarios
preocupados por la usabilidad de su terminal y, sobre todo, por el rendimiento
creativo que puedan sacarle.
Basten algunos
ejemplos: para empezar, las pantallas de los Surface
son totalmente táctiles, mientras que las de los Macbook Pro siguen sin
serlo. Por otro lado, es cierto que Apple ha presentado su Touch Bar, un panel
táctil que supone un desarrollo más avanzado que su anterior trackpad, pero es
que estas herramientas parecen quedarse muy lejos del grado de facilidad que
Surface ofrece a los consumidores.
Además, los Surface tienen pantallas
totalmente desmontables, que pueden orientarse hacia cualquier lado y
que se pliegan sobre el teclado. ¿Recuerdas cuando medio mundo se volvía loco
con los iMac que giraban casi 180 grados? Pues esto es lo mismo, pero
muchísimo mejor, más avanzado, en un dispositivo muchísimo más potente y
con una usabilidad que, por primera vez, supera a la de Apple.
Así las cosas,
resulta que Apple no sólo se ha visto superada por su eterno enemigo, sino que
además ha perdido en el que hasta
ahora era su terreno de juego idóneo. Veremos si en los próximos
lanzamientos consiguen recuperar terreno, pero hasta entonces en la compañía de
la manzana tendrán que seguir oyendo el tópico: “Apple ya no innova”.
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