A todos nos
encantaría tener tarifas ilimitadas de datos en el móvil, pero, ¿es realmente
viable este escenario en España?
En los últimos
meses, en Estados Unidos se ha iniciado una carrera contrarreloj que ilusiona y
desespera a partes iguales a las operadoras: la posibilidad de ofrecer tarifas
de datos ilimitadas a sus usuarios.
En realidad esta
carrera tiene su letra pequeña. En primer lugar, porque las tarifas que se
presentan como ilimitadas en realidad no lo son; en segundo, porque lo cierto es
que, de puertas para adentro, todas las operadoras reconocen que ninguna parece
dispuesta a que estas promesas vayan más allá del mero marketing. Es decir, que
en realidad ninguna quiere ofrecer tarifas ilimitadas reales, porque
eso sería firmar su suicidio financiero.
En cualquier
caso, la tendencia está clara: si nos fijamos en los últimos años veremos que
las operadoras de todo el mundo cada vez ofrecen más gigas de datos y unos precios más
competitivos. Por eso la pregunta parece recurrente, y por eso hemos intentado
encontrar la respuesta en nuestro propio país.
La pregunta está
clara: ¿de verdad optaremos a un escenario en el que las tarifas de datos sean
realmente ilimitadas? Más allá de plantear límites actuales que están muy por
encima del consumo medio, ¿llegaremos realmente al infinito?
El director de
marketing de Orange y Jazztel, Ignacio López Bandrés, se muestra escéptico
en este sentido: “A día de hoy, lo que estamos dando ya podríamos
calificarlo de ilimitado. Es verdad que en algunos casos hay un límite, pero
muchos clientes lo consideran prácticamente ilimitado. Nadie ofrece
tarifas totalmente ilimitadas, pero por ahora los usuarios las consideran
prácticamente así”, asegura.
La batalla, por
tanto, le parece más propia de marketing que de producto: “Veremos cómo
evoluciona el mercado, pero ahora mismo estamos lejos de un escenario en el que
se pueda ofrecer ese consumo ilimitado. Muchos operadores podrán ‘venderlo’,
pero son más estrategias de marketing que realidad. Además, es que ni siquiera
estamos en un momento en el que el mercado demande tarifas ilimitadas. Es
cierto que, a medida que subas los gigas, la gente los va a ir consumiendo,
pero aún no tenemos una demanda real de tarifas ilimitadas de datos por
parte de los usuarios”.
Su opinión es
compartida por Mariano Almagro, head of Sales de ZTE: “En redes
fijas ya existen datos ilimitados, pero en móvil, dada la limitación del
espectro, no consideramos que la posibilidad de tarifas ilimitadas sea
planteable”. ¿Y eso por qué? Porque “el volumen en tráfico de vídeo pondría
poner en riesgo la capacidad y la calidad de servicio de dichas redes. Como
usuarios, somos capaces de consumir una cantidad de datos que va en aumento mes
a mes”, asegura.
La visión de
López Bandrés (Orange/Jazztel) es compartida con varias operadoras, aunque
algunas incluyen ciertos matices. Es el caso de Stephen Stokols, CEO de FreedomPop,
que coincide en señalar la no-demanda de este tipo de tarifas, aunque por
motivos distintos a los de Orange y Jazztel: “Se suele decir que los planes
ilimitados son buenos para los heavy users, pero más del 50% de
usuarios termina por usar menos datos sin darse cuenta, pagando un coste más
alto de lo que pagaría por un plan más económico con un número de megas
predefinido”.
En cualquier
caso, para Stokols las tarifas ilimitadas acabarán siendo “posiblemente
inevitables”. Sin embargo, “la verdadera pregunta gira alrededor del precio y
en determinar cuál es el uso medio de un plan ilimitado. El concepto
ilimitado suena muy bien, pero si hay usuarios pagando 80 dólares por un plan
de este tipo en Estados Unidos y su uso real se encuentra por debajo de la
media nacional (2GB), en realidad el usuario estará pagando 40 dólares por GB,
mucho más de lo que le costarían otros planes”, asegura.
En torno a este
debate subyace otro similar: si las operadoras cada vez ofrecen más gigas de
datos y unas tarifas más reducidas, ¿dejarán de ser los datos un negocio
rentable? La pregunta no parece banal, ya que tenemos ejemplos recientes
muy parecidos. Ya pasó con los SMS, que en su momento fueron una gran fuente de
negocio para las operadoras y ahora son un nicho residual, casi inexistente.
En cuanto a las
llamadas, hay quien piensa lo mismo: aunque aún sigue habiendo ciertos
márgenes, estos no representan ni mucho menos el negocio de hace diez años. Si
seguimos adelante en la carrera de mejorar las tarifas de datos, ¿llegará el
momento en que dejen de ser rentables? ¿Tendrán que lanzarse las operadoras a
buscar nuevas formas de rentabilizar sus servicios?
Stokols apunta
precisamente en esa dirección: “Las operadoras necesitarán encontrar
nuevas fuentes de ingresos. La voz y los mensajes se han vuelto commodities y
los datos no andan muy lejos. El 80% de nuestro margen bruto proviene de la
venta de servicios con valor añadido como los números virtuales o seguridad
móvil, lo que permite incluso perder dinero en el apartado de planes de datos. Los
que tarden en reemplazar los servicios de datos por servicios de valor añadido,
perderán”, asegura.
Así lo cree
también Mariano Almagro: “El operador proporciona al usuario una posibilidad de
acceso” que, “con redes cada vez más evolucionadas, posibilita que se
proporcionen múltiples servicios al usuario, y debe ser capaz de
proporcionarlos. Si sólo se dedicaran al negocio de proporcionar conectividad y
capacidad de datos, se pondrían en riesgo las inversiones en redes o implicaría
un aumento del precio del servicio de datos. Construir redes de
telecomunicaciones no sólo es muy caro, sino que además necesita una
inversión continuada por la evolución de las tecnologías. Los operadores
deben encontrar fuentes de ingresos adicionales suficientes para poder realizar
esa gigantesca inversión”.
López Bandrés,
sin embargo, no lo ve ni mucho menos tan claro: “En realidad depende de los
segmentos. Los jóvenes, por ejemplo, prefieren tener gigas a tener voz, con lo
que escogen tarifas de pocos minutos de voz. Sin embargo, una vez consumidos
esos minutos siempre hay tarifas adicionales, y aún hay un volumen nada
despreciable de usuarios que recurren a esas tarifas añadidas”. De hecho, niega
la mayor: “Todavía hay recorrido en ese sentido, estamos muy lejos de que la
voz deje de ser un nicho de negocio para las operadoras”.
“En cuanto a datos”,
asegura, “aunque los aumentemos todavía hay muchas cosas por hacer. No es que
se nos esté acabando el negocio y estemos buscando ya otro; al nicho de los
datos todavía le queda mucho recorrido”.
Lo cierto es
que, hasta el momento, todas las operadoras que aseguran tener tarifas
ilimitadas las ofrecen con varios asteriscos debajo, ya que todas ellas tienen
un límite. Habrá que ver si, con el tiempo, la letra pequeña de estas ofertas
acaba desapareciendo.
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