Junto con su
hermano mayor el Moto G5 Plus, fabricados por Lenovo, buscan un lugar en un
espacio cada vez más complicado.
Hace años,
Motorola cambió el mercado de smartphones mundial con un dispositivo de gama
media con apenas modificaciones de software sobre el sistema de Android,
envuelto en un gran precio. Encandiló a millones de usuarios y durante un
tiempo fue el teléfono recomendado de referencia para quien quisiera un
smartphone interesante.
Cinco versiones
después, después de que la empresa fuese vendida a Google y posteriormente a
Lenovo, llegan el Motorola G5 y su hermano mayor el Motorola G5 Plus a
Barcelona durante el Mobile World Congress.
El diseño de las
nuevas versiones está claramente inspirado en el Moto Z del año pasado con un
acabado en parte metálico y en parte de plástico que lo aleja de los grandes
acabados metálicos por completo de Huawei y Samsung, a cambio de conseguir
mantener mejoras como una batería intercambiable.
Por dentro, el
Moto G5 cuenta con un procesador de gama media-baja: el Snapdragon 430 que
aunque no es estelar, es más que suficiente para muchas tareas. El Moto G5 Plus
tiene el algo más potente Snapdragon 625.
Las opciones de
RAM y almacenamiento varían. El G5 cuenta con versiones de 16 y 32 GB de
almacenamiento con 2 GB de RAM. El Moto G5 Plus cuenta con tres versiones: 2 GB
de RAM en la versión de 16 GB, 3 GB de RAM en la de 32 GB de almacenamiento, y
4 GB de RAM en la de 64 GB.
En cuanto a
cámara, ambos cuentan con un sensor de 13 Megapixeles del que no esperaremos
maravillas, pero quizá nos pueda sorprender. Para acabar con las
especificaciones, el modelo pequeño cuenta con 2.800 mAh y el grande con una de
3.000 mAh.
A cambio de
estos compromisos externos e internos, el Moto G5 de Lenovo ofrecen precios
competitivos empezando desde 199 euros hasta casi los 300 euros para el modelo
Plus con más almacenamiento.
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