Una de las aperturas más
esperadas en Barcelona
Atención: es la primera vez
que este conocido chef luce su nombre, en mayúsculas, a la entrada de un
restaurante. El miércoles abre La Barra de Carles Abellán (Paseo Joan de Borbó,
19), dedicada a los productos y los guisos marineros. Los pocos vecinos que
en esta calle siguen apostando por la calidad aplauden la llegada de su colega.
Abellán fue el primero en
conseguir una estrella para un restaurante de tapas
creativas en el
desaparecido Comerç 24; pionero entre los grandes chefs que dignificaron la
oferta barcelonesa de croquetas o la ensaladilla clásicas desde su Tapas 24
(que sigue en expansión), explora la cocina barcelonesa en el Bravo del hotel W
y la más canalla en el Suculent y la Taverna del Suculent, y tiene un pie (y un
par de chiringuitos) en la arena de la Barceloneta .
Si alguien sospechaba que al
inquieto Abellán ya había tocado todos los palos, se equivocaba. Le cogió el
gusto al barrio marinero y ahora reivindica la zona y
aquellos guisos de pescadores con más peligro de extinción que algunas especies
bajo el agua.
“Necesitaba una casa en la que
recalar, un poco agotado de tanto ir arriba y abajo, aunque seguiré pendiente
de todo”. Ha puesto toda la carne (de pescado, apenas una
tímida presencia para amantes de la res) en el asador.
Él mismo distribuyó los 100 metros cuadrados de
la planta a pie de calle y de la inferior (donde está la cocina, con cámaras
para que el comensal pueda ver lo que se cuece en dos grandes pantallas de alta
resolución).
Arriba, dos espectaculares
barras separadas por una cocina central frente a la que circulan los clientes y
donde los protagonistas son la robata (grill japoné), la parrilla
vasca y la plancha: “El producto casi desnudo; la mínima intervención”.
La propuesta arranca con tapas
creativas (encurtido de col y pulpo, tomates encurtidos con algas, boquerones
marinados, tortillita de mini anchoas....), el pescado y el marisco recién
llegados de las lonjas apenas acariciados por el fuego, y esos guisos suculentos
como la raya con garbanzos y caldo de pollo, la langosta al estilo de
Formentera, el Bullit d’Eivissa, el arroz de conejo y espardenyes.
Postres golosos como las
fresas con nata o el recuit de
cerezas...vinos de propiedad en
cuyos ensamblajes participa junto a conocidos bodegueros el sumiller de la
casa: Antonio Lopo.
La dos barras nacen en un
extremo del local y continúan en la calle, donde el comensal empezará a tomar
sus aperitivos. El interiorismo lo firma Lázaro Rosa Violán. El diseño de imagen y el
grafismo, Cristina Campoy. Como director, Tomàs Abellán, hijo del chef, y como
jefe de cocina Arnau Muñio. Los ensayos generales, antes del estreno del
miércoles, permiten augurar que será un éxito.
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