La heredera de la casa
italiana, invitada estrella de la edición de verano de la Barcelona 080
Fashion, ha dado una charla sobre la historia familiar
Con un apellido ligado a una
de las más tradicionales y respetadas casas italianas de la moda, resultaría
imposible no zambullirse en la industria de un modo u otro. Por eso, Margherita Maccapani Missoni (Milán, 1983), hija mayor de Angela
Missoni, es la embajadora perfecta de la firma familiar. Nieta de Rosita y Ottavio
Missoni, creadores de la saga milanesa en 1960, se crió en la pequeña localidad
de Sumirago, comenzó Filosofía en la capital de Lombardía y se marchó a Nueva
York para completar sus estudios y licenciarse en la Universidad de Columbia.
También se formó como actriz,
en las escuelas de Stella Adler y de Lee Strasberg y, tras probar durante un
tiempo en el mundo de la interpretación y algunos posados como modelo del
estilo boho chic, el apellido se impuso. Desde 2006 forma parte del equipo de
diseño de Missoni. Hoy, reencontrada consigo misma, vuela de nuevo sola al frente de su propia marca,
Margherita Kids.
Margherita Missoni es la
invitada estrella de la edición de verano de la 080 Barcelona Fashion, que ha
atendido a los medios en la sala Domènech i Muntaner del Recinte Modernista de
Sant Pau. Tras la charla con los medios, Margherita y Lisa Lovatt-Smith, exdirectora de Vogue y fundadora de OAfrica han mantenido
una charla coloquio sobre su propia familia bajo el título La familia Missoni.
Nacer en la moda.
Esta es su primera vez en la
080 pero no en Barcelona, donde vivió durante seis meses, poco después de
cumplidos los 18 años. Aquí vive su cuñada y así, visita a visita, año tras
año, ha ido viendo la evolución de la capital catalana. Margherita que cada año le gusta más
visitar nuestra ciudad. Entre las personas que más le han ensañado en su vida,
destaca su abuela, Rosita: “Mi abuela me enseñó que la moda no es la única cosa
importante que existe sino que hay muchas otras pasiones e intereses; es sano
mantener cierta distancia con la moda, al final, son solo vestidos”, afirma con
valentía la heredera de una saga y creadora de su propia firma.
“Decidí crear mi propia
empresa tras ser madre, mis prioridades cambiaron y preferí la calidad de vida
a la ambición; trabajar menos , decidir cuándo, no hacerlo por la tarde para
estar con mis hijos… Así comencé a pensar qué podría hacer y me di cuenta de
que en el mundo de la moda infantil hay menos oferta. Así nació mi línea de niños, piezas de
30 a 80 euros, más asequible que Missoni. Quizá un día vuelva a Missoni, pero
nunca le haré la competencia. Antes, ser diseñadora de Missoni era lo más
importante para mí, pero eso ha cambiado. Me gustaría regresar solo si puedo
ese mantener la calidad de vida que tengo ahora. Naturalmente, me llenaría de
orgullo ser su directora creativa”, explica la joven.
Durante muchos años, aquellos
en los que la veíamos de fiesta en fiesta con Tatiana Santo Domingo o las
hermanas Brandolini, fue la
it-girl por antonomasia del estilo denominado ‘boho chic’, concepto que crearon
sus abuelos a finales de los 60. “En aquellos años había una gran revolución
cultural, se vivía con menos formalidad y se vestía más relajado pero aún chic.
Missoni representa ese estilo. En los 90 se perdió un poco para cambiar a lo
clásico. Cuando mi madre entra como directora creativa vuelve a recuperar el
Boho Chic y yo fui su cara, por eso la gente lo asocia conmigo”, explica
Margherita.
Margherita se interesó por la
moda gracias a su abuela Rosita, que la llevó a conocer los mercadillos de
Londres con 16 años. También entró con ella por primera vez en una discoteca.
Tras volar fuera del nido durante un tiempo, regresó a casa y desde 2006 ha
participado en la creación del primer perfume de la marca y hoy está a frente
de la línea de baño y accesorios. Hoy dirige una firma propia, Margherita Kids,
y vive en la casa donde se crió, en el campo, a una hora de Milán.
A su boda, celebrada en un
bosque centenario de Lombardía con el piloto de carreras Eugene Amos,
asistieron nombres de esos que el común de mortales solo lee en páginas
satinadas: Coco y Bianca
Brandolini D’Adda, Eugenie
Niarchos, Tatiana Santo Domingo, Mario Testino… “Parecía un remake de La Strada de Fellini”, escribía Suzy Menkes. De hecho, Margherita
homenajeó a sus mejores y más pijas amigas dándoles sus nombres a una colección
de bolsos creada en 2010: Mega Tats, Coco b y Euge. La pareja tiene dos hijos.
Más madura, con dos hijos y
alejada del foco mediático, Margherita
sabe disfrutar de las ventajas que para su negocio ofrece la tecnología: “El
mundo de las redes, de Instagram, es nuestro mundo. Una faceta del mundo
actual, con lo malo y lo bueno. No todo en la modernidad es fantástico como
pensaban los futuristas pero sí que me han llegado muchos trabajos a través de
Instagram. Ahora puedo hacer colaboraciones con otras marcas; en mi estilo
represento lo que la gente asocia con Italia y por eso me buscan. Quizá
represento rasgos que la gente asocia con estilo italiano: disfrutar de la
vida, utilizar mucho los colores y mi aspecto, netamente italiano”.
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