El programa ’50pro’ forma a
mayores de 50 años porque “nunca es tarde para emprender”.
Cuando hablamos de
emprendedores, nos viene a la mente la imagen de jóvenes imberbes dispuestos a
comerse el mundo gracias a las oportunidades que brinda la tecnología, el valor
que aporta su edad, los conocimientos ganados a pulso y el dinero que ponen sus
padres. Estos jóvenes han creado las que ahora son las empresas más grandes y
valiosas del mundo, así como aquellas llamadas a revolucionar todo sector que
se precie. Pero la realidad es que la palabra ‘emprendedor’ no necesariamente
está ligada a la juventud. Prueba de ello es el programa ’50pro’, que busca
formar adecuadamente a personas que superan el medio siglo de edad, pero que
están dispuestas a invertir tiempo, dinero, esfuerzo, conocimientos y, en este
caso, la experiencia que brinda la vida. Porque, como dice Carlos Molina, su
creador, “nunca es tarde para emprender”.
El programa reúne a 50 alumnos
para ponerlos al día en tecnología y negocios y prepararlos para que funden su
propia empresa. “Hay mucha vida más allá de los 50, sobre todo si te apasiona
lo que haces”, ha contado Molina al diario ‘El Mundo’. “El concepto de
jubilación tiene que cambiar por necesidades sociales, personales y
económicas”, añade.
Mientras los españoles asisten
temblorosos al sombrío escenario que afrontan las pensiones, estas personas
nadan contracorriente y se disponen a cambiar de vida cuando todo indicaba que
su destino era jubilarse y disfrutar de Benidorm. “Si te fijas bien, ya no hay
viejos, sino gente madura o seniors con otra actitud hacia la vida, más allá de
llegar a los 65 y retirarse”, explica Molina.
En un país de pymes y gente
mayor como España, aunar ambas características puede fomentar la llamada silver
economy, cuyo nombre hace referencia al color del pelo de estos nuevos líderes:
el plateado que indica experiencia. Algo nada desdeñable a la hora de
emprender. “Una sociedad más longeva puede ser también una sociedad llena de
nuevas oportunidades”, razona Molina.
La idea de fundar este
programa surge cuando Molina observa que los 50 parece la edad límite para
tener derecho a un trabajo digno. Como si a partir de esa edad las puertas
estuvieran cerradas, a pesar de que en 2025, según datos de la Comisión
Europea, el 37,8% de los empleos estarán en manos de los mayores de 50.
Molina, eso sí, reclama un
equilibrio entre la permanencia de los mayores en el mundo laboral y el
necesario acceso de los jóvenes. “Hace falta un diálogo entre generaciones y
poner en marcha estrategias de adaptación”, expone. Porque la economía es tan grande
y necesaria, que todos caben en ella. Así que… manos a la obra.
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