La diversidad de estilos
y la búsqueda de nuevos conceptos y formas de expresión son las claves
que nos llevan a pensar que no hay lugar en el mundo en el que la imagen
y la libertad estética sean tan atractivas como en Japón. El país se ha
posicionado como uno de los más influyentes en lo que a tendencias se refiere y
ciudades como Tokio convierten cada día sus calles en pasarelas de moda. Los
jóvenes diseñadores se están ganando un puesto a nivel internacional por su
sentido ecléctico, rompedor y sorprendente, y lo que está claro es que no
dejarán a nadie indiferente.
Fue a partir de la década de
los 80 cuando el mundo de la moda comenzó a rendirse a los pies de los
diseñadores japoneses, hasta entonces completamente ignorados. Estos ofrecían
una visión totalmente distinta de la moda: mientras que en occidente se vivía
la explosión del color y de las formas, en Japón se apostaba por un patronaje impecable,
líneas minimalistas y la sobriedad. Desde entonces, nombres como Issey
Miyake, Rei Kawakubo (fundadora de Comme des Garçons) y Yohji
Yamamoto se han convertido en grandes referentes de la moda y en una
fuente de inspiración tanto para otros diseñadores como para los propios
consumidores.
Pero, ¿qué es lo que realmente
marca la diferencia entre la moda japonesa y la moda occidental? La falta de
prejuicios y la no creencia en “cómo se supone que hay que vestir”,
sumado a una gran creatividad y libertad, son claves a tener en cuenta para
entender esta especial cultura de la moda. Un ejemplo y consecuencia de esta
visión es la llamada moda “Genderless Kei”, que traducido del japonés
significa “estilo sin género”. Es un movimiento hacia un estilo que se
encuentra fuera de las reglas tradicionales de género que, según el blog de
estilo japonés Tokyo Fashion “está
creando un nuevo estándar sin género de la belleza”.
Pero más allá de las grandes
firmas y los grandes diseñadores, el suelo nipón no para de producir creadores
y nuevos talentos que no dejan de reinventar y revolucionar el mundo de la moda
tal y como lo conocemos. Ya sea provenientes de la famosa escuela de moda de
Japón, Bunka Fashion College -como es el ejemplo de Kenzo Takada, fundador
de Kenzo- o de escuelas más innovadoras, los nuevos diseñadores se están
ganando el reconocimiento internacional. Destacamos nombres como los de Maiko
Kurogouchi, diseñador responsable de Mame, Kunihiko Morinaga de Anrealage o Morikawa
Masanori, de la firma Christian Dada.
Maiko Kurogouchi fundó su
sello -Mame- en 2010, después de trabajar en Issey Miyake. La diseñadora
trata de reinterpretar la moda tradicional de manera novedosa inspirándose en
las formas de la naturaleza. Para la realización de sus prendas también juega
con la tradición y utiliza técnicas artesanales japonesas. La diseñadora
confiesa que no sabe cuando un elemento de la naturaleza puede avivar su
impulso creativo, es por esa la razón por la que siempre lleva con ella un bloc
de notas. Su colección de primavera/ verano 2017, según afirma la diseñadora,
nació de la inspiración tras viajar a Nuevo México y visitar una exposición
fotográfica de Frida Kahlo, y en ella podemos encontrar la fusión entre moda
tradicional japonesa, denim y piezas que recuerdan a árboles típicos japoneses,
rocas, cascadas o cerezos en flor.
En contraste con el enfoque
tradicional de la línea Mame, encontramos los diseños de Kunihiko
Morinaga, el cual juega con la idea de crear un diálogo entre moda y
tecnología en su marca Anrealage. Morinaga inició su carrera en el
mundo de la moda en 2003, tras estudiar en la Universidad de Waseda y el
Instituto de Diseño Vantan en Tokio. A pesar de que la moda y la tecnología
parezcan conceptos difíciles de fundir, este creativo y joven diseñador logra
crear prendas que pueden cambiar de color según unos u otros estímulos, emitir
sonidos e incluso bloquear la señal de un smartphone. En 2014, diseñó la línea de
ropa “Focus life gear”, la cual incluía materiales que impedían el paso a las
señales electromagnéticas. Otra de sus colecciones incluyen prendas en blanco
que cambian de color con el flash de las cámaras fotográficas.
Otro de los diseñadores
emergentes del mercado asiático es Morikawa Masanori,creador de la firma Christian
Dada, distinguido por ser uno de los diseñadores favoritos de la cantante Lady
Gaga. Masanori comienza su carrera como diseñador independiente en 2007 y se
sitúa como uno de los diseñadores nipones más rebeldes, ya que con su firma
rinde homenaje al espíritu anarquista y ecléctico del Dadaísmo.. Es conocido
por el gran contraste entre sus colecciones para mujer, dulces e inspiradas en
la mitología, y sus colecciones para hombre, más oscuras y con inspiraciones en
la cultura skater o el bondage.
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