Los
clientes Prime son uno de los pilares del negocio de la gran tienda digital.
El Prime Day, una jornada de descuentos de hasta el 40% en productos
vendidos por Amazon, es un regalo para los bolsillos en pleno verano, época de
vacaciones y gastos extra. Pero también va a ser un regalo para Amazon si
tenemos en cuenta que los clientes Prime son una de las bases de su negocio.
Según han revelado varios estudios, el gasto medio anual de un cliente
Prime es de 1.300 dólares, frente a los 700 de los clientes que no están
suscritos a esta modalidad. Además, la compañía factura cerca de 7.000 millones
de dólares al año gracias a la cuota anual de 99 dólares (19 euros en España)
que pagan los clientes por tener derecho a envíos gratis, almacenamiento de
imágenes o el servicio Prime Video, el Netflix de la compañía. Aunque en ese
cómputo también se incluyen otros servicios de suscripción como
KindleUnlimited, lo cual demuestra que la fidelización de los compradores es un
negocio en sí mismo para la tienda más grande del planeta.
Según expertos en el sector, el simple hecho de saber que el envío no
costará dinero invita a muchos compradores a valorar Amazon como una
alternativa preferente a la hora de planificar una compra. Todo ello a pesar de
que los envíos en Amazon cuestan entre 3 y 5 euros como norma general. Los
gastos de envío son una de las barreras a la hora de comprar por Internet y
poco importa que el coste sea bajo: puede echar atrás a mucha gente si pretende
comprar un producto que tenga un valor similar o inferior al coste del envío.
Por eso muchos sitios de ecommerce cargan directamente en el precio del
producto el coste del envío. La estrategia de Amazon, que vende casi cualquier
producto imaginable, pasa por fidelizar a los clientes con una relación al
menos anual, garantizándose de este modo varias compras durante el periodo
contratado. Lo complementa, además, con una serie de servicios digitales que
convierten el paquete Prime en un producto en sí mismo, y no en una mera opción
para facilitar las compras. Es decir: habrá muchos clientes que por el mero
hecho de disfrutar de películas y series por 19 euros al año, den por bien
invertido ese dinero haga o no algún pedido.
Por todo ello, Prime Day no es un simple descuento puntual para animar las
ventas, sino la excusa perfecta para conseguir nuevos suscriptores Prime y, por
tanto, crear nuevas relaciones de valor que terminen convirtiéndose en ventas.
La variedad de opciones a las que pueden acceder los clientes Prime (sea el
Video, sean servicios como Prime Now, con envíos en una o dos horas), unido al
creciente interés de la compañía por convertirse en el gran supermercado
digital, suponen un atractivo para los suscriptores y una mina de oro para la
compañía. Un ejemplo de cómo una simple jornada de rebajas es capaz de cambiar
el rumbo de una empresa.
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