Los cachorros de Silicon
Valley se caracterizan por ser líderes visionarios que detectan una oportunidad
donde otros solo ven fracaso. Cuando Mark Zuckerberg reveló su
intención de comprar Instagram,
fueron muchos los que no entendieron por qué el fundador de Facebook estaba
dispuesto a pagar 1.000
millones de dólares por una aplicación de fotografías.
El tiempo parece haber dado la
razón a Zuckerberg. Según los últimos datos disponibles referentes al mes de
abril, Instagram cuenta con 700
millones de usuarios mensuales. Este volumen de tráfico le
sitúa en segunda posición en número de usuarios activos, solo superada por
Facebook entre las redes sociales.
En abril de 2012, Zuckerberg
apostó por Instagram cuando solo contaba con 30 millones de usuarios
activos. En enero de 2013, ya había triplicado esa cifra. Su progresión es
espectacular: de
diciembre de 2016 a abril de 2017 su masa social ha crecido en 100 millones de
usuarios, convirtiéndose en la red social que más rápido crece.
El éxito de una plataforma
digital también puede medirse por el interés que despierta en las marcas. Según
un análisis de Influencer DB, la plataforma especializada en marketing de
influencers, en
enero de 2013 solo había 3.500 entradas marcadas con tags de contenido
patrocinado. En agosto de 2017, la cifra superaba las 106.000.
Otro de los grandes triunfos
de Instagram es haber superado al que amenazaba con ser su gran rival: Snapchat. La red social
basada en contenidos efímeros ha pasado de rechazar una oferta
de Facebook, a ser copiada y superada por su gran adquisición. La
salida a bolsa de Snapchat solo se ha traducido en pérdidas y su
crecimiento es muy lento.
Y mientras, Instagram sigue
creciendo. eMarketer prevé que los ingresos de esta red social superen los
3.200 millones de dólares este año. Siguiendo esta
misma progresión, los ingresos alcanzarían los 7.000 millones en 2018.
¿Alguien se acuerda ya de los 1.000 millones que desembolsó Mark Zuckerberg
hace un lustro?
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