Las botas que más subculturas
han unido de la historia
Son duras, resistentes y
algunos aconsejan golpearlas hasta que pierdan rigidez antes de calzarlas por
primera vez. Las Doctor Martens son las botas más representativas
de la moda -y las que más subculturas han unido- y, aunque el mercado
popularizó tanto este calzado hasta obviar el significado, su imaginario sigue vinculado fuertemente al país en el que
nacieron y a las tribus urbanas que las acogieron.
Pese a que estas botas
fueron ideadas para la clase trabajadora, mods, skinheads y punks
también se las asociaron como parte fundamental de su indumentaria. Su fama
llegó de la mano de Pete Townshend, líder de la banda de
rock británica The Who, que acabaría por convertirlas en un icono popular
cuando se presentó con ellas encima de un escenario en el año 1966.
Su historia se remonta a la
Segunda Guerra Mundial. El diseño original fue obra de Klaus Märtens, un médico del ejército alemán, que después
de padecer un accidente de esquí quiso reformular las botas de la armada
alemana. Necesitaba un calzado más ligero y
cómodo para aliviar el dolor de los que pasaban largas horas de
pie.
De aquí nació la idea de usar
caucho desechado de los aeródromos de la Luftwaffe para fabricar las suelas.
Una vez pensado el diseño, Märtens se juntó con su antiguo compañero de
universidad, Herbert Funck, y en 1947 empezaron con la producción de este
calzado.
No sería hasta 1960 que en una pequeña factoría ingles de Cobb’s Lane
(Northamptonshire) saldría el primer par de Dr.Martens.
En color rojo y con 8 ojales para los cordones, por supuesto. Su precio de
salida fueron tan solo dos libras y, como
era de esperar, se tradujo en un éxito aplastante.
”Durante años, la función de
las Dr.Martens fue que la clase obrera tuviera acceso a unos zapatos de calidad que resistieran cualquier cosa y
que no tuvieran que reemplazarse a medio plazo: policías, bomberos, albañiles o
carpinteros empezaron a llevar las Martens por ese motivo”, explicó Martin
Roach, autor de Dr.Martens. A history of rebellious
self-expression.
Poco a poco se convertirían en
un emblema del estilo ‘underground’ británico y tanto los mods como, posteriormente, los skinheads -formados en su mayoría por jóvenes de
barrios obreros- adoptaron las botas como seña de identidad y
como símbolo de rebelión.
Pete Townshend es uno
de los responsables de su salto a la fama. El líder del grupo The Who multiplicó considerablemente sus ventas cuando
se subió a un escenario con ellas a finales de los 60. Por aquel entonces,
también se habían afianzado en el universo punk y no había tribu urbana en
Londres que no las incorporara en su vestuario.
Pero no sería hasta finales de
los 80 que las Dr.Martens cruzarían el charco para llegar a la gran
manzana. Nirvana o Pearl Jam se encargaron de aumentar por tres la
facturación de la compañía ingles en Estados Unidos.
Su llegada a las pasarelas fue
cuestión de tiempo. Yohji Yamamoto en 2007 fue uno de los primeros. Después
vendría Alexander McQueen, Calvin Klein y Dolce&Gabbana, entre muchos
otros, con sus propias versiones. Y, aunque nunca se han ido del todo, este año han resurgido con más fuerza que nunca y
las marcas low-cost se han llenado de propuestas diferentes. En definitiva, las
Dr.Martens son la prueba irrefutable de que se puede tener un éxito abrumador
sin morir en el intento.
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