Las plantas necesitan muy poco
para sobrevivir y una de esas cosas es CO2. La doctora Joanne Chory dedica su
carrera a las plantas, y su trabajo permite implementar grandes cambios en
estas. Durante décadas, su laboratorio ha estado estudiando como las plantas se
adaptan al medio y qué genes controlan esta adaptación.
Toda la información recogida
en los últimos años servirán ahora para una investigación prometedora. El objetivo es crear variedades de plantas
capaces de absorber cantidades significativas de CO2 de la
atmósfera, lo que, a largo plazo, reduciría los efectos del cambio climático
por calentamiento global. Esta investigación ha otorgado a Joanne Chory el
premio Breaktrough.
El trabajo se centra alrededor de la suberina,
que es una parte importante del corcho. La suberina tiene
muchas aplicaciones especiales que permiten que sea capaz de almacenar el
dióxido de carbono atmosférico. La suberina está principalmente compuesta de
carbono y no es biodegradable, por lo que puede permanecer intacta durante
miles años. La suberina se encuentra principalmente en los alcornoques, pero
también se puede encontrar en pequeñas cantidades en las raíces de multitud de
plantas. Usando técnicas de hibridación, Chory ha conseguido cultivar plantas
que producen mucha más suberina. Actualmente, el laboratorio de la científica,
está intentando incrementar los niveles de suberina en plantas como el garbanzo
y otras aptas para la agricultura a gran escala.
“Creo que podemos hacer que
una planta genere 20 veces más suberina de lo habitual” dice Joanne Chory. Ese
exceso de este compuesto es muy efectivo a la hora de deshacerse del CO2, sobre
todo porque no es biodegrdable. Un aumento de plantaciones con un exceso de
suberina en sus raíces, permitirían almacenar el
dióxido de carbono bajo tierra durante miles de años, donde es
mucho más inofensivo que en la atmósfera.
Si se incorporan estas plantas
a los cultivos actuales, el CO2 generado por el hombre sufriría un drástico
descenso. Según el equipo de Chory, si el 5% de los cultivos
mundiales emplease estas plantas ricas en suberina, el 50% del dióxido de
carbono emitido sería historia. Aunque no es una solución
perfecta, hasta el momento se perfila como la más económica y efectiva para
salvar el mundo del cambio climático derivado del calentamiento global. La
propia Chory dice que estas plantas con exceso de suberina probablemente
produzcan menos comida, pero tratándose únicamente del 5%, parece una apuesta
que merece la pena.
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