Hoy comparto con todos
vosotros un artículo muy interesante sobre un tema que está de actualidad, la
moda sostenible. Para ello contamos con los conocimientos de Ester Xicota,
consultora en innovación sostenible y promotora de proyectos que transforman la
industria de la moda.
En los últimos años, ha
aumentado la preocupación por los impactos que ocasiona el modelo económico de
crecimiento a cualquier precio en las personas y el ambiente. Todos los
sectores económicos, políticos y sociales, de alguna u otra manera, reconocen
la necesidad de cambiar de paradigma de desarrollo si queremos asegurar nuestra
supervivencia en la Tierra.
La industria de la moda ha
sido una de las últimas en sentirse aludida en este cambio. La industria más
elegante y fantasiosa del mundo ha esperado todo lo que ha podido hasta que los
escándalos ya no le han permitido esconder más lo que tiene en el backstage de
sus pasarelas y su glamour.
El modelo lineal de la
industria es la causa de muchos problemas ambientales e ineficiencias a gran
escala que supone pérdidas económicas de más de 500 mil millones de dólares. Si
nada cambia, en 2050 la industria de la moda utilizará un 25% del presupuesto
de carbono del que disponemos.
Además, la industria de la
moda es una de las principales promotoras del modelo de usar y tirar que
caracteriza a la economía lineal.
Cada año se consumen alrededor
de 70 millones de toneladas de ropa y se estima que en 2050 se comprarán
alrededor de 160 millones de toneladas en el mundo. La vida útil promedio de
estas prendas es de menos de 3 años, según Fiber2 Fashion. Pero un estudio
reciente de Ellen Mc Arthur Foundation, señala que el 50% de la producción
de fast fashion se
torna residuo en menos de 1 año. Cada segundo, el equivalente a un camión de
basura lleno de textiles se dispone o quema al final de su vida útil, de los
cuales, menos del 1% es reciclado.
El modelo está preparado para
ser una gran fuente de residuos de gran valor, es decir una fuente de
ineficiencia a escala global. Por ello, transicionar del modelo
“extraer-usar-tirar” a una economía circular de “extraer-hacer-rehacer” es un paso
necesario para la supervivencia de la industria.
Después de varios años de
escándalos y tímidas acciones por parte de las compañías y grupos del sector
moda, el año 2017 terminó con el discurso de la sostenibilidad
introducido en las agendas de las principales compañías de la industria y
muchas de ellas cuentan ya con estrategias sólidas para implementar la
innovación sostenible en su modelo de negocio.
A pesar de su retraso, las
empresas líderes del sector de la moda han adoptado los principios del
desarrollo sostenible y, en el último año, de la economía circular,
transformándose en ejemplos no solo para su sector sino para toda la economía.
Los verdaderos pioneros de la
economía circular en la industria de la moda fueron pequeñas iniciativas
esparcidas a nivel global como MUD Jeans que tiene un modelo de
negocio basado en la experiencia y que recupera sus productos para reciclarlos.
Pero es en 2017 cuando
H&M, uno de los retailers de fast
fashion más grandes del mundo anuncia un compromiso
fundamental para la economía circular: ser 100% circular, 100% energía
renovable y 100% igualitario y justo en 2030
H&M está lejos de ser la
única compañía que ha tomado acciones de gran calado en el sistema. En el
Copenhagen Fashion Summit de 2017, Global Fashion Agenda hizo un llamado a las
marcas y retailers a firmar un compromiso para acelerar la
transición a un sistema de producción circular.
En Junio del mismo año, 64 compañías
y corporaciones, representando a 142 marcas y el 7,5% del mercado global de la
moda se comprometieron a definir objetivos y reportar anualmente sobre su
progreso en materia de circularidad en la industria.
Es tiempo de repensar la moda y movernos hacia un nuevo tipo de
industria. Una que utilice materiales seguros. Una que restaure y regenere
ecosistemas. Una que proporcione un espacio de trabajo digno para las personas
que hacen productos “hechos para ser vueltos a hacer” Fundación C&A.
Como resultado de estas
acciones, durante el año 2018 veremos una profundización del impacto y una
cristalización del modelo.
El año empezó la primera reunión de líderes del
sector de la industria para discutir conjuntamente con Naciones Unidas , el rol
del sector en la lucha contra el cambio climático y, en Davos, los líderes de
la moda, lejos de ser invitados únicamente a una discusión alrededor de la industria,
vieron como sus temas se integraron en una agenda más amplia otorgando una
presencia central de la industria de la moda en el escenario principal del
foro.
Aunque aún queda mucho trabajo
por hacer, políticos, empresarios y organizaciones sociales de todo el mundo se
dan cuenta del poder y el potencial que tiene la industria de la moda para
hacer un cambio sustancial en nuestro modelo económico y de consumo.
La industria de la moda es una
de las industrias más persuasivas del mundo. Sus exitosas estrategias de
marketing han logrado que ciudadanos de todo el mundo se muevan bajo sus
dictámenes de manera inmediata y entusiasta. Esto otorga a las empresas un gran
poder y una gran responsabilidad para tornarse ejemplo y propulsar a innovación
para desarrollar economía circular, basada en la naturaleza y con el foco más
allá del capital financiero; un sistema que operará dentro de las fronteras del
planeta, siendo inclusivo con las generaciones presentes y las futuras.
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