Descubre los secretos de la capital inglesa al margen de las principales
atracciones que copan todas las guías
No hay
ciudad en Europa que reciba más turistas que Londres. Ni la historia de Roma ni el
encanto de París. No. Sólo la capital inglesa, con su mezcla de modernidad y
clasicismo, atrae a 20 millones de turistas anuales.
Si mencionamos el Big Ben, Tower Bridge, Buckingham
Palace o el London Eye seguro que sabrás de qué te hablamos. Pero Londres es
infinitamente más que eso. Ya lo dijo Herman Melville, autor de Moby-Dick: “Hay dos lugares en el mundo en
los que una persona puede desaparecer por completo, los mares del Sur y la ciudad de
Londres”.
Así que despliega el mapa, cambia tus euros por liras
esterlinas, compra la Oyster Card para desplazarte por la ciudad y prepárate
para descubrir un Londres más alternativo fuera de los principales focos de
interés en 36 horas.
Sábado
10.00 –
La pequeña y tranquila Venecia londinense
El pistoletazo de salida a nuestra ruta por Londres
nos traslada a Little Venice, la intersección entre los canales
Regent’s y Grand Union al norte de la ciudad. Una zona alejada del bullicio del
centro de la capital inglesa, donde pintorescos barcos flotan sobre las aguas
calmadas y bajo un manto de árboles. Escoge el Regent’s
Canal y pasea
a su vera dirección al parque del mismo nombre: el Regent’s Park. Una plácida
caminata de poco más de 20 minutos con la posibilidad de hacer pit-stop en uno de los clásicos de
Londres: el Cafe Laville, colgado de un puente sobre el canal y con amplias
vistas sobre el mismo.
10.45 –
Un pulmón verde y real
No te será difícil identificar que has llegado
al Regent’s Park, un gigantesco pulmón verde de
cerca de 165 hectáreas bautizado así en honor al príncipe regente –también
conocido como el príncipe playboy– que sería coronado como rey Jorge VI a caballo de
los siglos XVIII y XIX.
Este parque –uno de los ocho reales de Londres– es uno
de los favoritos de los londinenses y combina espacios de todo tipo: desde
amplias explanadas donde practicar deporte al aire libre a pequeños senderos
arbolados para desconectar, pasando por pomposos jardines como el Queen Mary’s
Gardens –pincelado por más de 12.000 rosas. También se ubica aquí el zoológico
de Londres y una curiosidad animal: era el parque elegido para pasear por Roger
y su perro Pongo en 101 Dálmatas.
En el extremo norte de Regent’s Park verás cómo se
eleva una pequeña colina de 65 metros, la Primrose
Hill, ideal para sentarse a contemplar todo Londres a tus pies. Prepara la cámara y disponte a
disparar una panorámica de todo el ancho londinense.
12.00 –
Camden
Desde la colina toma la Regent’s Parkroad hasta la
zona de Chalk Farm, donde se halla la sala de conciertos Roundhouse –redonda,
como su nombre indica. Desde aquí podrás adentrarte en el epicentro del Londres
más underground, un barrio marcado por la filosofía
alternativa de su mercado, tiendas y puestos de comida con raíces de todo el mundo y
estilos que van del punk al reggae. Abre bien los ojos y piérdete entre los
variopintos sabores y colores del Camden Market.
14.00 –
El bocado típico
Cruzando el canal Regent’s por el puente de Camden
Lock y siguiendo una manzana hasta Hawley Cress alcanzarás el Poppies, restaurante especializado en el
plato más propiamente inglés: el fish and chips. No tiene mucho secreto,
pescado rebozado acompañado de patatas fritas. Un bocado rápido para conmemorar
el gusto local.
15.30 –
La historia en Hyde Park
Con la barriga llena, es hora de viajar con el metro
de Londres, el más antiguo del mundo –de finales del siglo XIX– y toda una
atracción en sí mismo. Coge la línea negra en Camden Town hasta Tottenham Court
y de allí haz transbordo con la roja dirección Lancaster Gate.
La de Lancaster es una de las puertas que dan acceso a
otro de los parques reales de Londres, Hyde Park, enorme zona verde de 140
hectáreas, con estampas clásicas como niños practicando algún deporte o gente
ofreciendo discursos de todo tipo. Esto último sucede en el Speaker’s
Corner, un curioso
enclave abierto al público en el extremo noreste del parque, junto al Marble
Arch, donde los domingos por la mañana se reúnen oradores para hacer discursos
de cualquier tema, ya sea político, religioso o económico, sin a priori más
requisito que no ir contra ley.
Si cruzas Hyde Park en dirección sur tendrás que
rodear el lago Serpentine, que divide en dos el inmenso parque. En caso de
querer pasar un rato en el parque, hay varios puntos de interés como el
Princess Diana Memorial –una fuente en recuerdo a Diana de Gales– o la Rotten
Row –la primera calle iluminada por lámparas en el mundo, en 1689, uniendo los
palacios de Kensington y St. James.
16.30 –
Elegir un museo
Saliendo de Hyde Park por Exhibiton Road te hallarás
ante una difícil disyuntiva: ¿descubrir el Victoria&Albert Museum,
a tu izquierda; o asombrarte en el Natural History Museum, a
tu derecha? En ambos casos debes tener en cuenta que la visita será exprés, de
apenas una hora, antes de que los museos bajen la persiana y cierren a las
17.45 horas.
A un lado, el Victoria&Albert ofrece la mayor
colección mundial de arte y diseño repartidas a lo largo de los 45.000 metros
cuadrados de su edificio de estilo victoriano. Cruzando la calle, el Museo de
Historia Natural contiene una completísima colección con más de 70 millones de
especies y elementos relacionados con el mundo natural donde destaca Dippy, un
esqueleto de dinosaurio diplodocus de 32 metros de longitud colgado en el
vestíbulo principal.
17.45 -
Paseo exprés por el Londres más noble y conocido
Hayas optado por un museo o por el otro, cruza
Cromwell Road dirección a la estación de metro de South Kensington, donde
puedes coger la línea azul para en apenas tres paradas y diez minutos llegar a
Green Park. Nos dirigimos al centro neurálgico de Londres –de hecho, la
siguiente estación es Piccadilly Circus–, pero si bajas en Green Park y andas
20 minutos a través de The Mall –la noble avenida ceremonial de
Londres– podrás echar un vistazo rápido a Buckingham
Palace y
a St. James Park. Incluso a la parte posterior o
lateral de Downing Street, si te desvías un momento. El
palacio real, el parque real más antiguo de la capital inglesa y la residencia
oficial del primer ministro británico, en un abrir y cerrar de ojos.
18.30 –
Trafalgar y Piccadilly
Al final de The Mall pasarás por debajo del Admiralty
Arch –el Arco del Almirantazgo– donde te proponemos un rápido reto: cuenta la
leyenda que en sus paredes hay una parte del cuerpo de Napoleón, ¿la ves?
A tu izquierda se abre Trafalgar
Square, una de las plazas más importantes de Londres, presidida por la imponente
columna de Nelson, de cerca de medio centenar de metros de altura. El monolito
fue construido en 1843 en honor al almirante Horatio Nelson, muerto mientras se
encontraba al mando de la Armada británica en la Batalla de Trafalgar. No es el
único homenaje, también hay una estatua de George Washington sobre suelo importado
de Estados Unidos, ya que el expresidente norteamericano juró en vida no volver
a pisar tierras británicas. Todo ello ante la monumental National Gallery.
Hechas las fotos de rigor, busca la ancha vía de
Haymarket hasta Coventry Street, donde de repente recibirás un impacto de luz y
color procedente del popular Piccadilly Circus. Aquí brillan los resplandecientes
anuncios tan recurrentes en películas y postales y a su alrededor se amontonan
decenas de personas, tiendas y espectáculos formando un ambiente de jolgorio
generalizado.
19.15 –
La especialidad de Jamie Oliver
¿Qué une la gastronomía británica y la italiana? Jaime
Oliver, el famoso
chef y presentador de televisión inglés especializado en cocina transalpina.
¿Te apetece? Oliver cuenta con una cadena con varios restaurantes italianos con
comida y productos de calidad. Te recomendamos el de Covent Garden, a apenas
diez minutos a pie de Piccadilly.
20.30 –
Un musical a última hora
No te quedes demasiado tiempo enganchado en la mesa
del Jamie’s, porque si espabilas un poco y cuentas con una pizca de suerte,
podrás encontrar entradas baratas para cerrar la jornada con otro clásico de
Londres: un musical. El Fantasma de la Opera, Los
Miserables o
el Rey León son algunos de sus espectáculos
habituales. Para probarlo, dirígete hacia Leicester Square –al lado de Covent
Garden– y prueba fortuna en uno de sus quiscos, que vende tickets de ofertas de
último momento a buen precio.
23.30 –
El final del día en el final del mundo
Después de disfrutar de un típico musical londinense
puede que ya optes por capitular e ir hacia el hotel para reponer fuerzas para
mañana. Pero si no es así y todavía cuentas con las últimas reservas de
energías, toma la línea negra de metro en la misma Leicester Square hasta
Camden Town para gozar de unas pintas de cerveza en el The World’s End, un
mítico pub inglés abarrotado de público local. Abrir la puerta del pub supone
zambullirse de lleno en la noche londinense. Si deseas agotar las últimas horas
de la jornada, puedes acabar en KOKO, una discoteca con estructura
arquitectónica de teatro a cinco minutos del anterior pub.
Domingo
10.00 –
Excursión al sureste de Londres
Habíamos prometido un Londres fuera de los estándares
más comunes y vamos a cumplir: coge el metro o el tren –en función de donde te
hospedes– y busca las estaciones de Greenwich, Blackheath o Maze Hill, todas
ellas colindantes a Greenwich Park, otro de los parques reales
–públicos por concesión de la familia real británica– de la capital inglesa.
Con una extensión de 74 hectáreas y a pesar de ser Patrimonio de la Humanidad
por la Unesco, es menos conocido y concurrido que otras zonas verdes más
céntricas.
Greenwich Park está ubicado en una colina junto
al río Támesis, lo que ofrece unas fabulosas
vistas no sólo de su curso, sino también de la City de Londres –el distrito
financiero, plagado de altísimos edificios– y la Isla de los Perros. En el
mismo parque de Greenwich también se encuentra el Royal Observatory, un
divulgativo observatorio en el que más allá de mirar al cielo también deberías
mirar al suelo, ya que por su patio cruza la línea
del meridiano cero, el centro de la hora mundial.
11.30 –
Conquistar las aguas y los cielos londinenses
Si desciendes la colina de Greenwich hacia el Támesis
encontrarás atracado el Cutty Sark –uno de los mayores clípers o buque de vela
de la segunda mitad del siglo XIX. Habilitado en forma de museo, acceder a él
es una experiencia única para trasladarte al viejo y glorioso pasado naval
británico.
Ya en el muelle de Greenwich, coge el barco que en
apenas ocho minutos te llevará hasta North Greenwich Pier, parada del
majestuoso pabellón O2, creado con motivo de la entrada en el nuevo siglo para
acoger todo tipo de eventos y espectáculos, desde conciertos a competiciones
deportivas. Aunque si nos dirigimos aquí no es para contemplar su amplio
interior, sino para escalar por su exterior a través de la experiencia Up at O2. Ponte el arnés,
las botas y el traje de escalada y anímate a ascender por su pasarela
suspendida hasta la cima del estadio, a más de 50 metros de altura. Una
experiencia no apta para los que sufran vértigo.
Si no te quieres perder la vista desde el cielo de
Londres pero no te convence eso de subir a un tejado, justo al lado del O2
tienes una alternativa, el Emirates Air Line, un
teleférico que cruza el Támesis.
14.00 –
Un ‘fast food’ de nivel para londinenses
De vuelta al clíper de Cutty Sark, ante el Greenwich
Park, la mejor opción es hacer una parada rápida para comer en un Wetherspoon,
una cadena de pubs muy típica de Londres. De precio asequible y buen gusto,
todos tienen nombres y decoraciones diferentes y el que se encuentra en
Greenwich se llama The Gate Clock.
15.30 –
Un tour por el Londres del arte callejero
De nuevo baja a las profundidades de Londres para
desplazarte por la red de tren y metro por la línea Southeastern y la línea
negra del underground hasta la estación de Old Street.
Estás en Shoreditch, el barrio más alternativo y hipster de Londres.
Puedes descubrirlo por ti mismo, callejeando por sus
rincones, pero te recomendamos encarecidamente hacerlo a través de guías, como
uno de los Shoreditch Street Art Tours,
que en aproximadamente tres horas te sumerge en un vibrante caleidoscopio de
colores, energía y creatividad deartistas callejeros entre los que destacan los
sugerentes grafitis del popular artista inglés Banksy.
18.45 –
Un último sándwich antes de partir
Descubierto Shoreditch, se va agotando el tiempo de
nuestra ruta exprés por Londres. Si aún tuvieras tiempo, puedes probar de
acercarte a The Old Blue Last, un pub y sala de conciertos donde
tomar la última copa antes de volver a casa.
Pero si el reloj ya marca tu hora de partida, ve hacia
la Brick Lane Beigel Bake y pide alguno de los típicos sándwiches de este
baratísimo horno abierto 24 horas. Todo un clásico para los locales antes de
embarcarte en el avión de vuelta.
En esta
ruta de 36 horas nos ha guiado Leti Garcia, una catalana que trabaja en el
sector de la cooperación y el desarrollo en una ONG de la capital británica.
Ningún
establecimiento mencionado en este artículo ha hecho aportación económica
alguna para aparecer en la ruta, por lo que nuestras sugerencias proceden única
y exclusivamente de la buena voluntad de nuestros guías para que los lectores
disfruten al máximo de su viaje.
Comentarios
Publicar un comentario