Las claves para entender el
universo de Alessandro Michele
Señoras y señores, bienvenidos
al quirófano de Gucci. Alessandro Michele, cirujano de referencia, será el
encargado de practicar la operación. Esté usted tranquilo, se encuentra en
buenas manos. La intervención será rápida e indolora y el resultado, de otro
planeta.
La cuenta atrás ha comenzado.
3, 2, 1...La primera modelo aparece en escena y nadie puede apartar la mirada
del pequeño detalle que sostiene en su brazo derecho. Sí, es una réplica
de su propia cabeza decapitada. Vaya, quizás se le fue un poco de la mano a
Michele, pensarán algunos.
Pero todo tiene una razón de
ser. La colección gira en torno al concepto de ‘cyborg’, es decir, del
hombre máquina. Basándose en el texto feminista ‘El manifiesto Cyborg’ de Donna
Haraway, el director creativo hace una inmersión en el universo del género. De
ahí la doble cabeza que simboliza la idea de identidad fracturada o
de su propia construcción.
“(Las cabezas) son una
representación del momento de crecimiento yautoconocimiento de una persona, así
como de ser consciente de la evolución de uno mismo”, explica la propia firma.
La fábrica italianaMakinarium -que ha trabajado para directores como Scott
Ridley o Danny Boyle- ha sido la encargada de la elaboración de estas cabezas.
Por supuesto, idea del cirujano de la moda. Una “operación” magistral, cargada
de significado, que conllevó más de seis meses de trabajo.
”La medicina moderna está
llena de ciborgs, de acoplamientos entre organismo y máquina”, dice Haraway en
su manifiesto. Traducido al lenguaje de la moda sería algo así como hacer
mezclas imposibles y que el resultado sea maravilloso. Porque sí, muchos dirán
que nadie se pondría un abrigo de tweed con un pantalón de chándal, una camisa
y unos botines. Pero el efecto que produce este perfecto cóctel molotov es pura
droga visual.
Por si las cabezas sabían a
poco, el director creativo de Gucci sacó a pasear también a sus mascotas. Una
serpiente, un camaleón y un dragón en miniatura. Este último llamó en
particular la atención y, aunque muchos pensaran que era un guiño a Juego de
Tronos, según ha contado la propia firma en su cuenta de Instagram está
inspirado en la “Leyenda de la cría de dragón en el tarro”, una historia real
de un autor que encontró una cría de dragón en su garaje en Oxfordshire,
Inglaterra.
En definitiva, la colección
más bizarra del artista italiano vista hasta el momento, pero la que más carga
simbólica contiene. Puede gustar más o menos pero lo que nadie puede
discutir es que a uno no le deja indiferente.
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