Se convertirá en
la embajadora internacional de la marca
Carolina Herrera dice adiós a 37 años
confeccionando elegancia y sofisticación. En el marco de la semana de la moda
de Nueva York, la diseñadora ha presentado la que será su última colección como directora creativa de la marca. No
obstante, la propia Herrera ha asegurado que seguirá participando en los
acontecimientos de la firma como embajadora internacional.
El Museo de Arte
Moderno de Nueva York fue el espacio elegido para el gran acontecimiento y,
entre sus paredes, se encontraban grandes nombres como el
diseñador Calvin Klein o Bianca Jagger, que estuvo en su primer desfile
en 1980. Además de grandes personalidades, también asistió el equipo de
Herrera, que salió a saludar junto a la diseñadora tras el desfile, y el que será el nuevo director creativo de la firma, Wes
Gordon.
Durante once meses,
Gordon fue el consultor creativo de la firma y, por tanto,
pudo ver el imaginario de la diseñadora e impregnarse de su esencia para acabar
ocupando su lugar. El recorrido del futuro diseñador de la casa americana empezó en los talleres de Oscar de la Renta, pasando por su
estudios en Central Saint Martins de Londres hasta la creación de su propia
firma, que cautivó a infinidad de estrellas internacionales.
Ahora, con su nuevo reto en
la industria de la moda, deberá mantener el legado que la diseñadora
Venezolana ha creado durante los casi 40 años de vida de la firma. Y
esta herencia se ha plasmado en la última colección que recoge los grandes
hitos que definen a Herrera y su concepción de elegancia y sofisticación de la
mujer.
Los primeros
estilismos del desfile introdujeron su máxima premisa: un conjunto
formado por una camisa blanca y una falda negra. A través de este
básico, los siguientes estilismos jugaban con el mismo tipo de prendas en tonos
blancos y azules para dar paso a los vestidos. A través de túnicas, vestidos vaporosos y un juego con estampados, colores y
algún que otro tejido arriesgado, los distintos looks reflejaban el paso de Herrera durante los años.
Finalmente, la colección se cerró con una serie de conjuntos formados, otra
vez, por camisas blancas y faldas con volantes y ceñidas a la cintura mediante
cinturones, en múltiples colores.
Una colección
atemporal que, alejada de mostrar nuevas tendencias, sirvió como muestrario de
la identidad de la firma. Un carácter que la diseñadora se ha ganado desde que
empezara su incursión en la industria con 42 años. Era una mujer c onocida en la esfera pública
y acabó siendo nombrada una de las mejores vestidas del mundo. Tras
este éxito decidió trasladar su propio estilo a una firma de moda que,
actualmente, es una de las mas reconocidas en el panorama internacional.
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