La telefonía
móvil, probablemente el sector más dinámico de la historia de la tecnología,
cambia tan rápido y de forma tan constante que redefine el concepto de
‘novedad’
Durante años la
llegada de una nueva edición del Mobile World
Congress (MWC) siempre implicó que los redactores especializados en
electrónica de consumo tuvieran que responder a la misma pregunta: “¿Cuáles son
las novedades de este año?”.
Por aquel
entonces, todo estaba mucho más claro. El Nokia y la Blackberry eran firmes
candidatos. Era un mundo de valores conocidos de antemano. Pero quienes
protagonizaban entonces el mercado de la telefonía móvil no son los mismos
actores que ahora. Este sector, quizás el más dinámico de la historia de la
tecnología, cambia tan rápido que hoy en día, en realidad, es imposible
responder aquella pregunta.
Desde la aparición del
iPhone en el 2007 todo han sido mejoras incrementales en los dispositivos, pero
en realidad se han producido grandes cambios muy paulatinos. Cuando hace dos
años Mark Zuckerberg salió a escena en la presentación de Samsung en la que
todos los invitados y periodistas llevaban puestas gafas de realidad virtual,
fue un gran golpe de efecto. Esa tecnología está desarrollada y al alcance de
la mayoría, pero no se ha convertido en algo masivo como fue la expansión de
los smartphones de pantalla táctil capacitiva con sistemas operativos tan
efectivos como iOS y Android. Tiene su utilidad en determinados ámbitos y su
uso irá creciendo, lo que no implica una adopción masiva por parte de toda la
sociedad. Ni tiene nada que ver con la expansión geométrica del mercado de
aplicaciones: de la nada a facturar miles de millones de euros al año. Ni
tampoco con la extensión de las tabletas, que no empezaron a existir, como hoy
las conocemos, hasta hace menos de ocho años.
Por supuesto que
en el Mobile World Congress veremos este año varios nuevos terminales con
algunas mejoras destacables, como el nuevo modelo de gama alta de Samsung, el
Galaxy S9, cuya cámara apunta a ser una de las innovaciones del año. No será la
única. La lista de nuevos modelos más rápidos, con excelentes cámaras y
prestaciones será larga, pero para entender la dimensión real del MWC no
podemos considerarlo, como antaño, “una feria de móviles”. Es mucho más.
Por ejemplo, en
Barcelona se van seguir afianzando las bases del 5G. Esta tecnología de
transmisión de datos que sustituirá al 4G que ya usamos supondrá tal rapidez en
las comunicaciones que abrirá puertas antes inexploradas en muchos ámbitos. En el
MWC 2018 se hablará mucho del 5G, aunque, al margen de pruebas para expertos y
periodistas, nadie lo podrá usar pasado mañana.
Una de las
últimas novedades que se incorporarán de forma paulatina a los móviles serán
los procesadores con capacidades de inteligencia artificial. Ya hay varios en
el mercado. De momento, el principal uso de esta tecnología es reconocer
determinados patrones a la hora de hacer fotografía para elegir la
configuración más adecuada, pero el verdadero alcance de esta tecnología está
en la posibilidad de que los terminales serán capaces de “aprender” a partir
del uso que le damos.
Quizás en esta
edición del MWC no hallemos algo que nos deje boquiabiertos, pero cuando algún
día volvamos la vista atrás, veremos como en la feria barcelonesa han ido
llegando avances que nos llevarán al mundo tecnológico futuro.
En la nueva
edición del MWC volverán a tener una importancia destacable los diferentes
proyectos relacionados con las smart cities. La ciudad es el campo en el que la
tecnología de movilidad ofrecerá nuevas soluciones que mejoren las condiciones
de vida de los ciudadanos.
Y veremos
también en Barcelona como una feria en la que los protagonistas teóricos son
los móviles se llena de automóviles. El coche del futuro es un móvil con ruedas
(si no del presente). En la feria barcelonesa veremos una mayor integración de
las comunicaciones sobre las cuatro ruedas.
Más allá de
estos tres grandes ejemplos, la cita de Barcelona con la tecnología móvil será
tan rica en todos los ámbitos que es imposible condensar toda esa diversidad en
unas líneas. Compañías grandes, medianas y pequeñas se concentrarán en el
recinto de Gran Via de Fira de Barcelona para hallar soluciones y acuerdos. El
motor del cambio ya está en marcha.
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