Las compañías chinas impulsan un cambio de era en el Mobile


Los fabricantes asiáticos se hacen un hueco cada vez mayor con móviles a precios assequibles


El inglés ha dejado de tener el monopolio en las conferencias del Mobile World Congress. Los traductores de chino cada vez están más demandados porque los visitantes del gigante asiático no paran de crecer pero también porque ganan presencia los ponentes que hablan dicho idioma, acorde con la evolución de la industria. China ha dejado de ser únicamente la fábrica de la telefonía móvil para aspirar a liderarla con sus propias compañías. El Mobile, como buen reflejo del sector, demuestra su creciente peso.
El hecho de que los últimos terminales de Apple y Samsung hayan elevado la barrera de precios por encima de los 800 euros ha hecho que muchos usuarios hayan prestado atención a los fabricantes chinos cuyos terminales insignia disponen de tecnologías muy parecidas a precios mucho más asequibles. Huawei, Oppo y Xiaomi registran crecimientos de dos dígitos en el último año mientras que el resto de grandes marcas ralentizan sus ventas.
El gran espacio que antaño ocupaban únicamente compañías europeas y americanas en el pabellón central ahora es compartido con las asiáticas, que llevan a cabo un despliegue de luces, pantallas y entretenimiento para llamar la atención. “El Mobile es el lugar en el que hay que estar”, resume Frankie Chen, portavoz de la empresa china ZTE. Su estand de dos plantas es una reproducción a pequeña escala de las oficinas centrales de la compañía. Si a uno le dejan solo puede perderse entre tanto despacho y sala de reuniones, aunque la seguridad privada en el interior impide que nadie dé un paso en falso. Un pequeño recorrido por su interior es como hacer un viaje exprés al país asiático sin necesidad de armarse las gafas de realidad virtual que acechan en todos los rincones de la feria.
Los usos y costumbres de China se reproducen de cara a la galería, pero también en todo aquello que no se ve. El montaje ha sido llevado a cabo por operarios chinos llegados a Barcelona dos semanas antes para levantar una ciudad efímera con una vida útil inferior a las 100 horas, las azafatas –todas ellas son mujeres– han sido contratadas en origen, los cocineros también... “Las empresas chinas prefieren que sean chefs de su país los que preparen el producto para que resulte más auténtico y como a ellos les gusta”, explica el director de Gastrofira, Eduard Ávila. En las cocinas centrales de Fira de Barcelona, desde donde salen más de 60 toneladas de comida en cuatro días, gana peso la gastronomía china.
El mayor despliegue de poderío lo hace Huawei, que planta cara en el salón a los coreanos de Samsung, los que tienen el estand más grande y llamativo. Con un espacio más modesto se ha sumado Xiaomi, que es el primer año con presencia en la feria. Kaylene Hong explica su satisfacción por “tener todos los actores del mercado en el mismo sitio, lo que hace muy atractivo el evento”. Más allá del negocio, también muestra su alegría por tener el hotel cerca de la Sagrada Família, una visita que ningún trabajador de la empresa se ha querido perder. Las tiendas de paseo de Gràcia y la Pedrera son otros de los puntos que han recorrido en su tiempo libre.
La mayoría de los chinos que estos días se mueven por Barcelona lo hacen a bordo de las furgonetas negras que van de Fira Gran Via, en l’Hospitalet, hasta los diferentes puntos del área metropolitana en los que se celebran encuentros privados. Uno de los puntos destacados anoche fue el partido del Espanyol en Cornellà-El Prat.
Pese a todo, hacer negocios con ellos no es fácil. La empresa barcelonesa Wavecontrol exporta equipos medidores de campos electromagnéticos a China desde hace siete años. Jordi Ascensi relata que hace poco cambiaron la persona de contacto que tenían allí y se han visto obligados a empezar desde cero.
En cambio, cuando vienen aquí saben adaptarse mejor. En el salón de emprendedores que se celebra en el recinto de Montjuïc, el 4 Years From Now (4YFN), cada vez se mueven con más facilidad. China aún no tiene un espacio propio pero en próximas ediciones podría seguir los pasos de Japón, Corea del Sur y Taiwán, que han llegado en los dos últimos años. El director del salón, Esteban Redolfi, apunta que “Barcelona es la puerta de entrada al ecosistema emprendedor europeo para los países asiáticos”. A su vez, los empresarios de aquí tratarán de hacer a la inversa en el hermano pequeño del Mobile barcelonés, el Mobile World Congress Shanghai, que se celebra en junio y reúne a más de 60.000 personas.

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