Horas después de
presentarse los nuevos teléfonos de Apple toca repasar algunas de las
principales carencias de estos
No hay duda de que los tres nuevos
iPhone presentados ayer son grandes teléfonos. Sobre todo por mejorar
algo que ya era sobresaliente: el velocísimo procesador del que los tres hacen
gala (el A12). Pero también hay algunas cosas que a algunos no les acaban de
convencer de estos tres nuevos teléfonos.
Seguimos sin contar de serie con un cargador
rápido. Resulta un tanto inexplicable que teléfonos que no son precisamente
asequibles cuenten con tecnología de carga rápida, pero Apple no suministre un
cargador de serie para sacarle partido a esa prestación (como hacen casi todos
sus competidores). Hay que seguir comprando un cargador aparte para disfrutar
de la carga rápida. Otra cosa que desaparece del equipamiento que trae el
teléfono es el adaptador para auriculares con jack analógico. Si se necesita
uno también habrá que comprarlo aparte.
Pero quizá la mayor decepción venga en el
apartado de las cámaras. Sin poner en duda que el sensor de la cámara angular
de los nuevos iPhone haya crecido ligeramente en tamaño, lo que debe repercutir
en una mejor calidad de imagen, y que la inteligencia artificial promete
mejorar el modo retrato y la calidad de imagen en general, lo cierto es que ha
parecido un detalle muy conservador que no se haya incluido al menos un
objetivo más luminoso en la cámara principal o un zoom de mayor potencia en los
modelos con cámara dual.
La luminosidad f/1.8 no está mal, pero
aumentarla como ha hecho Samsung en el Galaxy S9 o en el Note 9 a f/1,5 hubiese
sido una gran noticia. Aunque sobre el papel parece un detalle insignificante,
lo cierto es que más de una foto nocturna aparece mucho más atractiva con un
diafragma de f/1.5 o f/1.6, como el que incorporan ya un buen puñado de
teléfonos. En cualquier caso mantenemos la esperanza de que haya un salto real,
como el que en su día demostró que era posible el Pixel 2 de Google, con la
mejora de los algoritmos de imagen.
Otro detalle que se echa en falta a estas
alturas, aunque dudamos que Apple lo implante alguna vez: una ranura para
tarjetas de memoria externas. Lejos de ser una tendencia que va a menos, lo
cierto es que son muchos los teléfonos, entre ellos varios de la gama más alta,
que permiten ampliar la capacidad de almacenamiento con tarjetas Micro SD.
Sabemos que esto va contra la idea de Apple
de introducir puertos o elementos externos en el teléfono. Pero los fabricantes
de tarjetas SD están haciendo un gran trabajo al crear tarjetas con cada vez
mayor capacidad de almacenamiento, más fiables y más rápidas. Hubiese sido una
gran idea que los nuevos iPhone pudiesen almacenar al menos las fotos y vídeos
que realizamos con ellos en una tarjeta externa. Lo que por otra parte hubiese
facilitado la transferencia de las imágenes. Imaginamos que parte de las
reticencias que Apple puede tener para esto tienen que ver con la posibilidad
de añadir material audiovisual pirateado, pero en plena era del streaming esto
tiene poco sentido.
Tampoco entendemos que Apple no se decida a
lanzar, al menos como periférico externo, un lapicero similar al del iPad,
aunque de menor tamaño, para el iPhone XS Plus. Su enorme pantalla se hubiese llevado
muy bien con un dispositivo de ese tipo. Bien sea para los que buscan realizar
tareas creativas básicas o tomar notas con él. Es posible que no esta no sea
algo que demanden muchos usuarios, pero en el iPad ha logrado conquistar
incluso a algunos que no pensaban que pudieran necesitar un periférico como
ese.
Finalmente hay que citar el recurrente tema
de la batería. Apple no facilita la capacidad de este componente, pero ha
aclarado que en el caso del iPhone Xs esta supera en media hora a la del iPhone
X, y en el caso del modelo XS Max en una hora y media. En el caso del iPhone XR
se habla de una hora y media de autonomía que en el iPhone 8 Plus.
Este último dato del iPhone
XR es más interesante que el de los modelos XS. En cualquier caso a muchos les
haría felices que Apple de un salto adelante más decidido en este aspecto. Y si
no lo da, insistimos, que al menos facilite un cargador rápido de serie. Alguno
quizá añada a este listado el siempre peliagudo asunto de los precios de los
nuevos teléfonos, pero eso es harina de otro costal.
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