La capital
francesa apuesta por la elegancia y sofisticación de las prendas
La moda ha
dejado claro que el minimalismo no es tendencia. Desde hace varias temporadas
las marcas han firmado una especie de pacto no escrito que abandona los
estilismos construidos con tonalidades monocromáticas y siluetas simples para
buscar la sofisticación y excentricidad. Actualmente las tendencias se
encuentran inmersas en un viaje al pasado y los diseñadores buscan referentes
en las piezas más icónicas de los 60 y 70 además de vestir las colecciones con
el espíritu rebelde y festivo propio de la década de 80 y los 90.
Tras concluir
la Semana de la Moda de París, la última parada de uno de los meses más
importantes de la moda y en la que se han presentado las propuestas para la
próxima primavera y verano de 2019, ya se pueden determinar qué tendencias
predominarán, según las firmas más importantes de la capital francesa. La
pasarela ha mostrado una fuerte división de estilos. Mientras que algunas
firmas como Celine o Isabel Marant han desarrollado colecciones con prendas y
accesorios de fiesta, otras marcas siguen apostando por el athleisure y la
mezcla de prendas de diario con un toque deportivo.
La irrupción de
los estampados sofisticados ha sido uno de los últimos síntomas de la
desaparición del minimalismo. Tras el éxito del leopardo durante el último
verano y la fuerte apuesta por el estampado efecto piel de serpiente para
este invierno, las firmas han vuelto a lanzar colecciones repletas de animal
print para la próxima primavera y verano. Además, Giambattista Valli sorprendió
con la creación de total looks en prendas que incluían estampado de tigre, un
nuevo efecto que se ha introducido de forma tímida en las pasarelas.
Anthony
Vaccarello desplegó todo su ingenio para Saint Laurent con una amplia
selección de vestidos túnica y bodies confeccionadas con leopardo. Aunque la
firma también incluyó botas con efecto piel de serpiente, para la próxima
primavera este estampado pasará a un segundo plano a favor del leopardo que
volverá a dominar las tendencias. Otras firmas como Elie Saab lanzaron
minivestidos o chaquetas de entretiempo de leopardo. Incluso la polémica
colección con la que Hedi Slimane debutó para Celine incluyó
chaquetas animal print en las propuestas masculinas.
En un ejercicio
de experimentación con las transparencias, desde hace varias temporadas las
firmas han desarrollado prendas repletas de tul, cortes y bordados que dejan al
descubierto partes del cuerpo. La colección de John Galliano se guió
por el uso de prendas transparentes, desde la aparición de tejidos de tul para
vestidos hasta el uso del efecto red en piezas tanto femeninas como masculinas.
Siguiendo el éxito de las prendas de crochet, algunas firmas comoChloé, Louis
Vuitton o Sonia Rykiel también se sumaron a la tendencia a
través de vestidos y jerséis de punto confeccionados con cortes simétricos y
complementados con flecos.
Desde la
aparición de la ‘’GG Marmont’’ de Gucci, las riñoneras se han
convertido en el accesorio estrella, rescatado directamente de la moda de los
años 90. A pesar de que las nuevas propuestas no incluyen una amplia variedad
de diseños, algunas firmas comoGivenchy han vuelto a crear distintos
modelos de riñoneras monocromáticas y con un estilo más sofisticado. En contra
de la extravagancia y el barroquismo que ha predominado en las pasarelas, salvo
el clutch en forma de revista de Balenciaga, las firmas han seguido un
perfil más clásico y refinado para los bolsos además de incluir mini accesorios
como bolsos de mano o mini bandoleras, como las propuestas de Jacquemus.
Christian
Dior compartió, a través de su cuenta de Instagram, el proceso artesanal
que siguió para confeccionar los sofisticados estampados repletos de colores
y formas abstractas para sus nuevos vestidos. Las firmas están
inmersas en un proceso de experimentación con la mezcla de colores y motivos y
algunos nombres como Chloé o Junko Shimada’s han apostado
por el juego a través de vestidos con patchwork u otras prendas que incluyen
el estampado paisley. Se trata de una tendencia que no solo muestra
mezclas en una prenda sino que pretende la combinación de piezas con distintos
diseños para conseguir un efecto de contraste en todo el estilismo.
Los estampados
en la colección de Paco Rabanne no solo se determinaron por la mezcla
de distintos diseños y colores sino que arriesgó con nuevas prendas que
incluyen estampado rescatados del pasado. Siguiendo la línea de algunas firmas
de Nueva York, como Prabal Gurung o Proenza Schouler, la firma
francesa lanzó una serie de camisetas con estampado Tie Dye en vivos colores
como el violeta. Stella McCartney también incluyó este diseño,
originado durante la década de los 60, y elaborado a partir de una técnica que
mezcla colores y formas consiguiendo un resultado psicodélico y abstracto. La
diseñadora hizo una clara apuesta por esta tendencia a través prendas vaqueras
como chaquetas y monos, además de vestidos semitransparentes y camisetas.
La intersección
entre la moda deportiva y el diseño de prendas y accesorios de
diario creó athleisure, una corriente que redefinió las prendas
deportivas. La industria del lujo ha vuelto a desarrollar colecciones que
integran prendas como pantalones de chándal o camisetas deportivas reinventadas
para crear estilismos de lujo refinados y elegantes. Off White es
considerada como una de las firmas líderes de esta tendencia, que ha integrado
el deporte en el lujo no solo a través de su colección en colaboración
con Nike sino a través de la mezcla de bodies y tops deportivos con
faldas de tul o vestidos de alta costura.
La fiebre por el
exceso y la rebeldía de los años 80 se ha vuelto a apoderar de las tendencias
actuales en el diseño de moda. Más allá de los volantes, los minivestidos o las
prendas repletas de hombreras y siluetas marcadas, la pasarela de París ha
quedado liderada por infinidad de prendas confeccionadas mediante tejidos
metalizados y efecto brillante tanto para estilismos de noche como de día.
Isabel
Marant substituyó la estética cowboy de su última colección por otra que
recreaba el espíritu glamuroso de la noche parisina, a través de camisas
metalizadas, vestidos con volantes y la cintura ceñida además de jerséis
repletos de brillantes. Givenchy también adoptó una línea similar
aunque se guió por la sofisticación a través del uso de apliques brillantes en
flecos y estampados abstractos.
Givenchy fue
de las pocas firmas en recuperar la tendencia de la logomania, a través de
accesorios que incluían el nombre de la firma a gran escala. Aunque la estética
excéntrica actual ha optado por los estampados y las combinaciones imposibles, Chanel también
se ha sumado al uso del logotipo como reclamo principal de las prendas. Con una
colección que recuerda a los populares diseños de la firma durante la década de
los 90, Karl Lagerfeld ha vuelto a apostar por los cinturones con colgantes en
forma de letras, las hebillas con la doble C cruzada o prendas con el nombre de
la firma grabado a gran escala.
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