¿Qué le faltó a Raf Simons para despuntar en Calvin Klein?


El director belga deja la firma tras un legado impecable


El fastfashion ha convertido a la industria de la moda en el juego de la ruleta rusa. Los directores creativos de las grandes firmas son los principales jugadores y la partida, que hace unos años se alargaba hasta los diez años, ahora dura menos de tres. Probaste y no te tocó la bala, bien, tuviste suerte. Pero tu turno volverá a llegar.
¡BANG! - escuchó Raf Simons. El diseñador belga, curiosamente uno de los más innovadores y clásicos al mismo tiempo, recibió un balazo en la sien. En la pistola había una inscripción grabada: Calvin Klein. Este símil que de primeras puede sonar un tanto cruel refleja a la perfección el carácter depredador de una industria que mata la creatividad en pro de el consumismo rápido y de baja calidad.
Nadie podía salvar a Simons, ni él mismo. Su trayectoria al frente de la firma, que duró menos de dos años, había sido impecable pero al parecer insuficiente. Esta partida de la ruleta rusa, como bien mandan sus normas, no entiende de méritos ni de grandes nombres.
En plena era Trump, el diseñador debutó bajo la banda sonora deThis is not America, de David Bowie. Qué osadía para una marcamade in USA. Corrió el riesgo, y con un ojo entrecerrado y las manos temblorosas, apretó el gatillo. Se hizo el silencio
Después llegarían las Kardashians, su gran apuesta para llegar a un público de masas. Lo hizo a lo grande, con la familia al completo, y quiso convertir a Calvin Klein en el mayor objeto de deseo. A juzgar por lo visto, esa jugada tampoco fue suficiente. Pero aun guardaba un as en la manga llamado Millie Bobby Brown, el rapero ASAP Rocky y Paris Jackson. Todos ellos estrellas millennials con los que miles de jóvenes empatizan y admiran.
Resultado: nada. La partida sigue. Y pensó: “¿qué quiere el público joven? Les he dado referentes y he reinventado la estética americana”. Logos, quieren logos. Un día antes de su primer desfile, Simons anunció en Instagram el cambio de logo, volviendo a su estilo original: tipografía Sans Serif, en negrita y mayúsculas.
Un año en la firma y se alzó con dos premios CFDA (2017): mejor diseñador de moda masculina, por la firma que lleva su nombre, y el equivalente en moda femenina por Calvin Klein. Al final tanto esfuerzo se veía recompensado. Pero de nuevo la ruleta rusa tomó el control de la situación y le recordó a Simons que los galardones no se traducían en ventas. El dinero, señoras y señores, manda.
Y llegó el momento de desenfundar de nuevo la pistola y dejar que el azar dictara sentencia. Esta vez la suerte le daría la espalda. El mundo se detuvo un segundo al escuchar un ruido ensordecedor. La noticia llegaría a la misma velocidad que la bala del revolver. Qué decepción que el mundo solo se rija por un gigante llamado capitalismo y esta industria siga esos mismos patrones. Pero, como suelen decir, la esperanza es lo último que se pierde.



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