Balmain se apodera de la geometría y el lujo en su retorno a la alta costura


La firma supera las expectativas tras 16 años ausente del calendario


Balmain fue una de las firmas con mayor presencia en la alta costura gracias a sofisticados diseños que sus directores creativos consiguieron convertir en un fuerte legado. Sin embargo, en 2002 la firma decidió despedirse con la colección de otoño e invierno custodiada por el diseñador Oscar de la Renta, una línea donde la estética rusa se transformó en exclusivos vestidos con estampados abstractos, bordados dorados y detalles repletos de pelo.
Por sorpresa de todos, el pasado mes de noviembre Olivier Rousteing pactó con la Federación de Alta Costura y Moda y decidió volver a la semana de la moda tras 16 años de la firma centrada únicamente en las colecciones Prêt-à-porter. Durante su debut, celebrado en la que será la nueva tienda de Balmain en la popular Rue Saint-Honoré de París, el diseñador ha usado todos los recursos disponibles propios de la alta costura para crear una colección de ensueño donde las geometría se convierte en lujo.
Rousteing ha hecho alta costura de verdad y ha superado las expectativas que creó tras el anuncio de su debut en la haute couture. El actual director creativo no se ha limitado a proponer nuevas tendencias para los clientes más selectos, que buscan obtener prendas exclusivas y hechas a medida, sino que ha trabajado junto a las técnicas de confección más punteras para crear sofisticados diseños repletos de detalles, referencias a estéticas del pasado y un sinfín de elementos que convierten a cada pieza en algo único e irrepetible.


La colección de alta costura demuestra cómo el diseñador que fue capaz de convertir en tendencia para los millennials una de las firmas más arraigadas a los cánones clásicos de la industria del lujo también ha conseguido despertar emociones mediante un calculado juego de asimetrías, formas geométricas y un meticuloso trabajo con los tejidos de la mejor calidad acompañados de bordados, pedrería y una explosión de colores neutros y pastel.
Balmain ha desafiado los límites estableciendo un perfecto equilibrio entre simplicidad y elegancia contrapuesta a una notable extravagancia y provocación en los estilismos. Por un lado, el diseñador ha incorporado maxi brazaletes circulares con ‘logomania’ además de crear conjuntos que mostraban el pecho de las modelos, cubierto sutilmente mediante pintura corporal blanca. Por otro lado, la colección ha apostado por vestidos de fiesta en distintos cortes y incorporando una multitud de estilos desde los más convencionales hasta otros repletos de volumen y movimiento.
En 2009 un joven Rousteing se convirtió en el nuevo director creativo de una de las firmas más icónicas de la moda francesa y fue el responsable de acercar la marca a un nuevo público. El director creativo transformó la estética clásica para incorporar prendas de estilo militar, arriesgados minivestidos además de casarse con el espíritu rebelde y festivo de la década de los 80. Por otro lado, la creación del ‘BalmainArmy’ y la relación de Rousteing con los iconos de estilo más destacados del mundo de la moda y el espectáculo, permitió que las prendas de Balmain se convirtieran en las favoritas de modelos como las hermanas Hadid hasta celebridades como Rihanna, Beyoncé o Kim Kardashian.



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