El creativo no tenia previsto
desfilar
Las redes sociales se han
convertido en uno de los grandes escaparates que muestra lo que ocurre en el
mundo y enfatiza en aquellos temas más seguidos entre sus usuarios. Desde el
pasado 6 de febrero, Twitter e Instagram empezaron a difundir imágenes de los
primeros desfiles de la semana de la moda de Nueva York. Todo transcurría
con normalidad hasta que el viernes se celebró el debut de un diseñador
japonés, desconocido por entonces, y que consiguió convertirse en la gran
estrella mediática y digital gracias a sus coloridos y voluminosos vestidos.
Nadie sabia que Tomo
Koizumi debutaría en la gran manzana y lo cierto es que, tres semanas
antes del gran día, él tampoco tenia intención de hacerlo. A principios de este
año, la reputada estilista y periodista de moda Katie Grand contactó con el
diseñador, que se encontraba en Japón trabajando en sus colecciones, y le animó
a participar en la nueva edición de la semana de la moda neoyorkina. En solo
tres semanas, la firma homónima consiguió organizar uno de los desfiles más
mediáticos del año y que se ganó la aprobación del público y la crítica.
Con la ayuda de grandes
personalidades del mundo de la moda, como Grand o el diseñador Giles Deacon,
Koizumi pudo celebrar su primer desfile en Estados Unidos, fuera del calendario
oficial, casi por sorpresa. El evento se celebró en la tienda de Marc Jacobs
situada en Madison Avenue, en Manhattan, y contó con la participación de un amplio
casting de modelos con nombres reconocidos internacionalmente como Bella Hadid
o Joan Smalls además de la popular ‘influencer’ Emily Ratajkowski.
A través de una estética
romántica y sofisticada, el diseñador japonés debutó con una colección
orquestada por extravagantes vestidos pomposos que desafiaban las proporciones.
Alejado de la tónica que ha predominado en los desfiles de otras firmas,
Koizumi relegó toda la fuerza al experimento del color contrastado y presentó
una amplia variedad de diseños donde la geometría se usó para proponer mini
vestidos circulares, faldas con volantes o capas extra largas con infinidad de
volúmenes.
Tal y como asegura en su
página web, Tomo Koizumi se introdujo al mundo de la moda trabajando como
asistente de estilismo y de diseño de trajes. Con el tiempo, y mientras
estudiaba en la Universidad de Chiba, en Japón, el diseñador fundó su firma
homónima que fue respaldada por grandes artistas e iconos de estilo a nivel
internacional, como Lady Gaga. Antes de su sonado debut, Koizumi se encontraba
en su tierra natal donde trabajaba en el diseño de vestuario y la confección de
vestidos encargados por personalidades celebres de su país.
La aparición de Koizumi en
escena no solo se ha traducido en una potente proyección internacional para la
firma homónima sino que el diseñador también ha aportado un punto de novedad a
una de las semanas de la moda que ha sufrido más cambios en los últimos años.
La colección, centrada en la confección y diseño de las prendas y no en su
éxito posterior, ha acercado a la capital de la moda al estilo e imagen
característico en París y Milán además de desvincular a la gran manzana del
fuerte componente comercial arraigado en las pasarelas.
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