- El congreso cuenta con un programa para reducir la brecha de género en el sector
- La presencia de la mujer aumenta cada año pero lo hace muy lentamente
En el lavabo de hombres siempre hay cola. En el de mujeres, nunca. Sirva este indicador más que cualquier porcentaje para evidenciar laabismal diferencia entre el número de hombres y de mujeres presentes en el Mobile World Congress (MWC).
Pese a que la impresión general es que la presencia de la mujer ha aumentado en las últimas ediciones, basta un vistazo a los pasillos y los estands de la feria para comprobar que el certamen es predominantemente masculino. La diferencia de género se hace todavía más evidente en los empleos que genera el congreso; en este caso, la mayoría de azafatas en los stands de las grandes empresas son mujeres.
El congreso no deja de ser el reflejo del sector y la brecha de género es especialmente sangrante en la parte alta de la pirámide, entre responsables empresariales y altos cargos directivos. Una de las excepciones es la consejera delegada de Telefónica España, María Jesús Almazor, que considera que existe una tendencia positiva, aunque el objetivo de la igualdad está lejano. “He vivido el Mobile desde el primer año que se implantó en Barcelona –explica– y he visto su evolución. Claramente se ha ido incrementado el papel de la mujer, paralelamente a la evolución de la sociedad”. En aquellas primeras ediciones también había azafatas con unos vestidos extremadamente ceñidos o directamente en ropa interior, inimaginable a día de hoy.
Almazor pone como ejemplo estas primeras jornadas del año 2019, en las que no se ha encontrado en reuniones de trabajo como la única mujer. “Aunque siempre nos parece poco, hay que decir que se ha incrementado el papel de la mujer”, señala.
Los datos de los organizadores del congreso, la GSMA, apuntan que el año pasado representaban el 24% del total de asistentes. Hace tres años eran el 21%, la cifra va mejorando edición tras edición aunque muy lentamente. El objetivo a corto plazo es conseguir que el 30% de asistentes sean mujeres y, algún día, poder hablar de paridad. En opinión de la consejera delegada de Telefónica, “hasta que no haya un plan de diversidad en los planes estratégicos de cada empresa, ya sean grandes o pequeñas, la evolución hacia la igualdad va a ser lenta”.
Para ello, el congreso ha impulsado el programa Women4Tech, a través del cual se hace debatir a todos los actores del sector para buscar su implicación. La responsable de la iniciativa, Renée Jiménez, asegura que “se está dando un entorno de éxito” para dar un paso adelante en la materia pero “aún queda mucho camino por recorrer”. Si en igualdad y diversidad Jiménez aún suspende a las empresas, en esfuerzo les pone un 10.
El éxito también requiere la implicación de los hombres. Jaime de Jaraiz, consejero delegado de LG España, es uno de los directivos que forma parte de Eje&Con, una asociación que tiene como misión promocionar la presencia de las mujeres en los puestos de alta dirección y consejos de administración. Trabaja de forma activa con ese objetivo y, desde su punto de vista, “está creciendo la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad de tecnológicas”. El máximo responsable de la multinacional coreana en España ha promovido en su empresa diversas medidas para promover la igualdad, como el llamado currículum ciego. “Nosotros no sabemos el género ni la nacionalidad ni los detalles personales de la gente que se presenta a la compañía, solamente nos enfocamos en sus capacidades o la carrera que haya desarrollado”, afirma.
El hermano pequeño del Mobile, el 4 Years From Now (4YFN), muestra una imagen de futuro esperanzadora. El salón de las empresas emergentes tiene una edad media más baja y una mayor presencia femenina. Quizás sea un signo de que las nuevas empresas son más inclusivas que las grandes corporaciones. Basta con dejarse caer un rato por el recinto ferial de Montjuïc para darse cuenta de ello. Aunque haya más hombres que mujeres, la diferencia no tan es abismal como en los pabellones de Gran Via de l’Hospitalet.
Entre la bulliciosa multitud, el caso de Samantha López muestra el cambio de paradigma. Con sólo 24 años ha fundado su empresa, RheoDx, especializada en una tecnología para el diagnóstico de enfermedades a través de análisis de sangre. Estudió Biología y ahora trabaja con un equipo formado solamente por mujeres investigadoras. Sin embargo, es consciente de que vive una realidad que no es la habitual.
En los diversos actos organizados por Women4Tech en el 4YFN queda claro que la igualdad de género en el sector tecnológico está muy lejos de ser una realidad, también en el mundo emprendedor. “Solo el 20% de las start-ups han sido fundadas por mujeres en España este año”, lamenta Cristina Aranda, directora de Mujeres Tech en un acto sobre talento femenino y competitividad. Por otro lado, la masculinización del sector de los fondos de capital riesgo que invierten en start-ups es otro factor preocupante: más del 90% de los inversores en España son hombres. En palabras del secretario de Estado para el Avance Digital, Francisco Polo, la consecuencia de todo ello es fatal: “La investigación demuestra que por el mero hecho de serlo, las mujeres emprendedoras reciben menos fondos que los hombres”.
En este sentido, Aranda admite que “existe un sesgo de género inconsciente porque el sector está menos familiarizado con las mujeres”. Por eso, llama a hacer un esfuerzo para incluir mujeres en el mundo inversor y emprendedor. Según Laura Fernández, cofundadora del campus tecnológico AllWomen.tech la presencia de mujeres no solo es necesaria para lograr la igualdad en la empresa y evitar la discriminación sino también para mejorar los beneficios económicos. “Las mujeres aportan diversidad en la toma de decisiones y son la mitad de consumidores del mundo. Olvidarlas es un error”. Y añade: “Es falso que a las mujeres no les guste la tecnología. Ellas quieren ser parte de esta revolución. Hay que crear su espacio y esto solo se puede lograr con la implicación de todo el mundo: también de los hombres”. Aún queda trabajo por hacer. Ayer bastaba con fijarse en los asistentes de un acto sobre big data promovido por Women4Tech. A simple vista, solo el 5% de los presentes eran hombres.
La consejera delegada de Telefónica España apuesta por hacer pedagogía para que las futuras generaciones superen el reto de la igualdad. “Hago muchas charlas a niñas en los colegios. Creo que es algo que tenemos que hacer todas las mujeres que tenemos una responsabilidad. Y hay una frase que siempre les digo, que sean ‘protagonistas de su vida’, que no se dejen influenciar”. Almazor observa que “hasta los 11 años niños y niñas tienen el mismo interés por la tecnología. Si a partir de entonces baja en ellas es por la educación”.
Precisamente la educación es también la clave para acabar con el sexismo laboral en el congreso. La UGT denunció el viernes pasado casos alarmantes en el marco del Mobile, como ofertas de empresas subcontratadas que sólo fichan a mujeres con talla 36 o 38, otras que pagan más dinero a azafatas que miden más de 1,75 metros u otras que obligan a las trabajadoras a llevar falda y tacones. Aunque un paseo por el congreso demuestra que en la mayoría de casos no es así, sigue habiendo algunos que cronifican la percepción de que la mujer sólo sirve de florero.
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