La cita se convirtió en el
primer homenaje que retomará Chanel en París
El pasado 19 de febrero la
industria de la moda vivió uno de los momentos más tristes de las últimas
décadas cuando se anunció que Karl Lagerfeld había fallecido. Desde su
nombramiento como director creativo de Fendi en 1965, y su posterior
incorporación al frente de Chanel en 1983, el diseñador construyó una de las
carreras más destacadas y con mayor relevancia en el sector de la moda de lujo.
La noticia se confirmó a pocos
días de la celebración del desfile de Fendi en el marco de la semana de la moda
de Milán. La cita, que rindió tributo al diseñador, fue un acto de despedida
que marca el inicio de una nueva era y que se volverá a producir en el nuevo
desfile de Chanel el próximo 5 de marzo en París. Durante la presentación de la
nueva colección, la firma italiana mostró las últimas propuestas para la
próxima temporada de otoño e invierno de 2019 en las que el diseñador había
participado en colaboración con Silvia Venturini Fendi.
Solo había pasado dos días
desde el fallecimiento del Káiser y nadie pudo evitar que el nuevo desfile de
Fendi se convirtiera en todo un homenaje. La aparición de las nuevas propuestas
encima de la pasarela despertaron un sentimiento de nostalgia a la gran
multitud congregada que protagonizó un largo aplauso tras la salida de la última
modelo. Antes del inicio del espectáculo, la firma recibió a los invitados con
una emotiva carta de agradecimiento y, tras concluir el desfile, la firma
proyectó un vídeo en honor a la visión creativa y estética que aportó durante
las cinco últimas décadas.
Las nuevas propuestas
respiraban la esencia que Lagerfeld impregnó en las prendas desde su primera
colección y repasaban algunas de sus aportaciones más icónicas como las
siluetas geométricas con hombros y cintura marcados en prendas de sastrería.
Con un total de 42 estilismos, la colección aludió al trabajo de Lagerfeld con
las pieles, mediante dos chaquetas de visón y un vestido con puños también de
pelo animal, y recuperó el clásico logotipo de la doble F entrelazada. A través
de calcetines, medias y monos transparentes y ajustados al cuerpo, la firma
estampó el monograma creado en 1981 y que producía un efecto como si estuviera
grabado en la piel de las modelos.
Entre las tendencias más
destacadas, la firma ha seguido apostando por la mezcla de colores saturados
como el rojo, el turquesa o el amarillo que aplicó a faldas midi plisadas,
botas ajustadas y chaquetas de charol. A través de un diálogo entre tonos
llamativos y una paleta de colores clásica, que alternaba una amplia gama de
marrones, ocres y blancos, Fendi adoptó una elegante y sofisticada línea de
sastrería que combinaba, a su vez, con prendas arriesgadas con transparencias y
vestidos diseñados a partir de tejidos troquelados y con ‘efecto red’.
Gigi Hadid fue la encargada de
cerrar el desfile con un vestido midi, amarillo y con transparencias que se
convirtió en la última creación de Karl Lagerfeld para Fendi en pisar la
pasarela. Tras un emotivo aplauso, la firma proyectó un vídeo que mostraba la
elaboración de uno de los populares bocetos del diseñador. A través de una
conversación con el cineasta Loïc Prigent, Lagerfeld representó su estilismo el
día de su llegada a Roma, protagonizado por un sombrero de Cerruti combinado
con una chaqueta Norfolk en Tweed y unas gafas oscuras cómo uno de sus grandes
sellos de identidad.
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