Las firmas 113 Maison, Aubergine y Agnès
Sunyer han presentado sus colecciones a lo largo de la mañana
El diseño
emergente ha sido el protagonista de la mañana de la cuarta y última
jornada de desfiles de la 080 Barcelona Fashion, la semana de la moda
de la capital catalana. En este caso, la encargada de abrir ante una sala
llena hasta los topes ha sido la firma 113 Maison, creada por Jorgina
Carrera y Mariona Puig, que han querido apostar por conjuntos en colores neutros
como el blanco, el negro y el gris.
El dúo,
que trae sus diseños por primera vez a esta pasarela, se ha decantado por
presentar una colección que transmita su propia identidad artística a través de
las piezas que más le representan, todas ellas elaboradas a mano con
tejidos naturales.
Como
dicen ellas mismas, siempre quieren apostar por lacreatividad y
la artesanía, y aunque tienen un fuerte vínculo con la ciudad belga de
Amberes, que destaca entre otras cosas por la moda, tienen
grandes influencias mediterráneas, que se reflejan en su elección de
tejidos como el lino.
Además,
otra de las ventajas de la colección es el hecho de que las prendas sean
‘oversize’ y, por lo tanto, se puedan adaptar a las diferentes tallas.
El diseño
emergente ha sido el protagonista de la mañana de la cuarta y última
jornada de desfiles de la 080 Barcelona Fashion, la semana de la moda
de la capital catalana. En este caso, la encargada de abrir ante una sala
llena hasta los topes ha sido la firma 113 Maison, creada por Jorgina
Carrera y Mariona Puig, que han querido apostar por conjuntos en colores
neutros como el blanco, el negro y el gris.
Y como
contraposición a los colores neutros de 113 Maison, la nota de color la ha
puesto Aubergine en el ecuador de los desfiles de la mañana. La
firma, creada en 2015 por la nórdica Anna Uimonen y la británica Nevean
Holmes,residente en Mallorca desde hace muchos años, ha traído de vuelta sus
creaciones tras faltar a la cita del 2018 por la incompatibilidad con sus
múltiples proyectos.
Aunque
ellas mismas se definen como dos personalidades muy diferentes, nuevamente han
conseguido crear una colección cohesionada con dos estilos diversos. Por
un lado la tendencia nórdica con piezas de sastre con estampados de
cuadros y por otro, como contraposición, las prendas con estampados de
colores, sobre todo florales, creados por ellas mismas para representar una
identidad más “liviana y femenina”.
De hecho,
no es únicamente que ambas personalidades de las creadoras coexistan en la
misma colección sino que llegan a mezclarse en algunos conjuntos, en los que se
han podido ver prendas interiores como vestidos, blusas y faldas de
estampados o incluso lentejuelas, combinados con abrigos de pana o gabardinas
de cuadros.
Antes del
último desfile de la mañana, ha tenido lugar también la presentación del
nuevo perfume de Rossy de Palma, Eau de protection,a bewitching rose, que
ella misma ha definido como una fragancia duradera como protección para uno
mismo y como oda hacia el amor propio. Según ha dicho, la fragancia, lanzada en
colaboración con perfumista de la reputada marca Etat Libre d’Orange, Étienne
de Swardt, está ideada para sustituir el tópico de que la colonia debe ser
siempre para seducir.
La
encargada de cerrar la primera parte de los desfiles del día ha sido Agnès
Sunyer.La catalana ha presentado Ryoko , que significa ‘viajar’ en
japonés, una colección inspirada en un viaje que hizo a este país asiático.
Según ha
dicho, además de quedar asombrada por la cultura local también le impactó
la belleza femenina de forma natural, por lo que decidió elaborar una
línea en homenaje a la mujer amante del trabajo.
Esta
colección, en la que se han podido ver prendas en sus habituales
colores blanco, negro y rojo, también ha incluido conjuntos en
tonos grises y verdes.
Además,
como dice Sunyer, se pretende que las piezas sean versátiles y que
sirvan en un entorno “work”, “after work” y de fin de semana, variando los
complementos, maquillaje y peinado con los que se lucen.
La prenda que ha puesto el broche final a este tercer desfile
de la mañana ha sido un vestido gris cruzado con unas mangas blancas que
recuerdan a un kimono japonés, combinado con un cinturón ancho de rallas
blancas y negras y zapatos a conjunto.
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