Con las
asimetrías y un fuerte experimento con el color como protagonistas
La semana de la moda de Londres ha dado por
concluida una nueva edición que forma parte de las cuatro grandes paradas de
uno de los meses más importantes para la industria de la moda, las
presentaciones de las colecciones ‘ready to wear’. Los desfiles, que han
mostrado las propuestas para la próxima temporada de otoño e invierno, han
estado acompañados de grandes cambios como la vuelta de Vivenne
Westwood a las pasarelas o el debut de múltiples diseñadores emergentes.
Siguiendo una misma línea que las tendencias
vistas en la semana de la moda de Nueva York, las firmas británicas también han
establecido una fuerte apuesta por los estilismos de sastrería mezclados con un
sinfín de prendas de estilo festivo, repletas de plumas y de color
rojo como protagonista. A través de un estilo más alternativo y
experimental que las otras capitales de la moda, Londres también ha demostrado
que la piel y los tejidos satinados serán una de las tendencias más
destacadas junto con la vuelta de prendas clásicas como las gabardinas,
entre una amplia variedad de estilos.
Desde hace varias
temporadas, las firmas más importantes de la industria han confirmado que la
estética deportiva y el ‘streetwear’ quedará sustituido por la vuelta de los
estilismos de sastrería, como el traje u otros conjuntos de dos piezas. La
colección de Marta Jakubowski forma parte del gran número de firmas
de la semana de la moda londinense que han experimentado con esta nueva
tendencia incorporando asimetrías a conjuntos de dos piezas con
siluetas cruzadas o americanas clásicas con cortes desiguales.
Si el ‘color block’ fue una
de las grandes apuestas en Nueva York, mediante conjuntos que combinaban
tonalidades antagónicas en el círculo cromático, en Londres las firmas han
apostado por medias saturadas y con estampados recargados. Mientras que
algunas colecciones combinaban estilismos neutros con medias de colores, como
la línea de Victoria Beckham o la del Preen by Thornton Bregazzi, Ashley
Williams desafió la combinación imposible de colores en estilismos liderados
por medias rojas contrastadas con faldas satinadas de color rosa o vestidos
amarillo ‘aspen gold’ con estampados.
A pesar de que
la estética deportivas ha perdido presencia en las nuevas
colecciones, las firmas siguen estableciendo sutiles alusiones a las prendas
más características de este estilo como sudaderas, chaquetas acolchada o ‘ugly
shoes’. En Nueva York, Christian Cowan fue la única firma que apostó por el
‘athleisure’ y en Londres Burberry y Wales Bonner han mezclado el estilo
clásico y alternativo británico con otras más informales. Por un lado la nueva
colección de Riccardo Tisci para Burberry estableció un diálogo entre
polos, sudaderas y plumíferos con banderas y logotipos contrapuestos a trajes
de dos piezas. Por otro lado, Bonner no dudó en experimentar con los
códigos de vestimenta contrastando piezas de chándal con elegantes abrigos de
doble botonadura o chaquetas de béisbol con pantalones de pana.
The Row y
Boss introdujeron en la gran manzana una amplia variedad de camisas,
vestidos y jerséis con cuellos cisne de gran tamaño en clave monocromática
y mediante estilismos formales. Esta tendencia, que apareció tímidamente en
algunas colecciones también se ha manifestado en la colección de Victoria
Beckham a través de blusas estampadas con doble cuello vuelto
triangular, vestidos con tiras que imitan el efecto de un pañuelo o jerséis de
punto monocromáticos en vivas tonalidades moradas y rojizas.
El ‘Príncipe de Gales’ o el
tartán son algunos de los diseños más característicos del estilo
británico. Una vez más, las colecciones de las firmas se han sumado a la
poderosa tendencia de los estampados de cuadros que volverán a predominar en
las próximas temporadas.Alexa Chung, que apostó por los clásicos como los
tejidos de pana y el cuero, reprodujo el estampado de cuadros amarillo y negro
en conjuntos de dos piezas y chaquetas que triunfó en invierno pasado. Con un
estilo similar Rejina Pyo mostró un estampado aguamarina sobre un
fondo beige, Burberry jugó con el tartán clásico e icónico de la firma
en gabardinas o plumíferos y Awake rompió con los tonos
monocromáticos predominantes de la colección mediante cuadros escoceses en
color rojo.
El predominio de los
estampados de cuadros vino acompañado de un extravagante juego con
el ‘patchwork’, una técnica que mezcla distintos tipos de tejidos, colores
y motivos en una misma prenda. A través de un estilo campestre, Asai mostró
unos pantalones de piel que incluían diminutos parches en distintas tonalidades
y que producían un efecto barroco. Cada firma que incorporó esta técnica se
ajustó a su propio estilo y mientras que Alexa Chung contrastó varios
colores en jerséis de punto y Roland Mouret incorporó sutilmente distintos
motivos en vestidos satinados, Matty Bovan o Molly
Goddard lanzaron prendas divididas entre dos o más estampados sin relación
entre sí.
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