El certamen del conglomerado
apuesta por los jóvenes diseñadores del futuro
Louis Vuitton - Moët Hennessy
ha convertido el LVMH Prize en uno de los premios mejor valorados entre los
jóvenes diseñadores que pretenden lanzar sus proyectos en la industria de la
moda. Desde 2014, el conglomerado de firmas de lujo ha organizado un total de 6
ediciones del certamen que dota al ganador de 300.000 euros además de un
asesoramiento técnico y financiero durante 12 meses para presentar nuevas
colecciones y construir un proyecto estable y duradero.
Con el objetivo de apoyar el
diseño emergente y facilitar la incorporación de nuevos talentos en una
industria caracterizada por la fuerte competencia, LVMH ha seleccionado a los
finalistas que aspiran a convertirse en el nuevo ganador del certamen de este
2019. Tras un análisis de todas las propuestas y seleccionar a 20
semifinalistas, tanto el jurado como los expertos que condicionan todas las
decisiones han desvelado el nombre de los 8 finalistas que podrían conseguir el
codiciado premio.
Tal y como asegura el propio
conglomerado, el nuevo grupo de finalistas está formado por un total de 8
creativos menores de 40 años que provienen de distintos países y culturas. Más
allá de los diseñadores americanos y británicos, la lista también se conforma
por un aspirante japonés, un israelí y, por primera vez en la historia de estos
premios, la lista ha incluido a dos creativos africanos, uno de Nigeria y otro
de Sudáfrica.
Entre las colecciones de los
aspirantes se pueden identificar algunas de las tendencias más destacadas de
las últimas temporadas como el estilo clásico y minimalista del diseñador
japonés Kunihiko Morinaga para Anrealage o el éxito de los tonos tierra y beige
en el universo de Hed Mayner. El diseñador israelí no ha sido el único en dar
protagonismo a las prendas de sastrería y Kenneth Izedonwen también ha
establecido un ejercicio de reinvención de las piezas más clásicas mediante un
juego con los estampados de rayas y lunares además de un fuerte contraste de
colores.
En contraposición a las
propuestas más minimalistas, algunos de los aspirantes se han centrado en
potenciar las tendencias más arriesgadas y que actualmente están triunfando
entre las principales firmas. Por un lado, tanto el americano Spencer Phipps
como la británica Bethany Williams se han centrado en desarrollar líneas que combinan
distintas prendas de estilo industrial mediante chaquetas con maxi bolsillos,
‘total looks’ y pantalones de estilo ‘cargo’. Por otro lado, el ‘patchwork’
también ha disfrutado de su espacio en los arriesgados estilismos presentados
por Emily Adams para Bode y los británicos Stefan Cooke y Jake Burt se han
apropiado de las deconstrucciones y los tejidos troquelados con ‘efecto red’.
Para esta edición, se ha
convocado a un jurado formado por los directores creativos de las principales
firmas propiedad del conglomerado de lujo que decidirán, a finales de esta
primavera, el nuevo ganador del LVMH Prize de 2019. Junto con la participación
de Maria Grazia Chiuri, Nicolas Ghesquière, Clare Waight Keller o Marc Jacobs,
la decisión también estará condicionada por las aportaciones de un grupo de
expertos del mundo de la moda entre los que se encuentran los mejores editores
de las revistas de moda, la ‘influencer’ Chiara Ferragni o la modelo
internacional Naomi Campbell.
Desde que se organizó el
primer certamen en 2014, LVMH ha impulsado la carrera de jóvenes diseñadores
emergentes que han conseguido desfilar en las pasarelas de las capitales de la
moda del mundo además de competir directamente con las firmas más tradicionales
de la industria. Algunos de los nombres que triunfan en la actualidad, como
Marques Almeida o Jacquemus, tuvieron su oportunidad gracias al premio, un
impulso que también recibieron otros creativos como Marine Serre o Grace Wales
Bonner.
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