Las novias hollywoodienses de Marchesa llegan a Barcelona


Georgina Chapman, ex mujer de Weinstein, presenta una colección por primera vez en Europa


La expectación era máxima. Marchesa o, lo que es lo mismo, la firma liderada por la ex mujer de Harvey Weinstein, presentaba por primera vez una colección de novia y fiesta en tierras europeas, en el marco de la Valmont Barcelona Bridal Week. Los jardines del Palacio Real de Pedralbes de Barcelona se transformaron en un bosque sacado de un cuento de hadas para que desfilaran a través de él las ninfas de Georgina Chapman y Keren Craig.
El desfile comenzó una hora más tarde de lo previsto y a medida que pasaban los minutos el sol caía y la pasarela quedaba iluminada por las lámparas de araña de cristal que colgaban en los olivos. El paraje resultaba incluso más imponente. La música paró, el público enmudeció y apareció a primer modelo bajando una gran escalinata.
Un vestido cubierto de flores, de manga tres cuartos con semitransparencias, cintura marcada y escote en ‘v’. La colección se inspiraba en el poema Pathways, de Rainer Maria Rilke, y se compone de diseños voluminosos decorados con microperlas y flores de organza en 3D y texturas en movimiento. El efecto deseado por Marchesa era precisamente que el vestido tuviera vida propia.
Los detalles de tul y, en especial, los velos y capas de grandes dimensiones que cubrían a las modelos daban un efecto de mayor grandilocuencia. Las plumas en los vestidos de fiesta y los brocados estuvieron muy presentes, así como los grandes pendientes en forma de flores fueron el complemento omnipresente que reinó toda la velada.
En cuanto a la silueta estrella de Marchesa, esta se dividió entre el corte sirena y el corte princesa, quizás este último con mayor protagonismo. Lazadas en el escote, espaldas con pequeñas semitransparencias y superposiciones de tejidos que se traducían en capas y capas de tul.
Una colección que evoca a la clásica novia americana -donde Marchesa tiene principalmente su mercado- que le gusta ir recargada y con un vestido de dimensiones grandes. Quizás el gusto europeo acostumbra a ser algo más refinado, delicado y aboga a una mayor sutileza.
Georgina Chapman parece que, poco a poco, sale del agujero negro en el que se encontró después de que se destaparan los escándalos de abusos sexuales de su exmarido, el director de Hollywood Harvey Weinstein. A raíz de las acusaciones hubo quien señaló que Weinstein les había obligado a vestir de Marchesa y, automáticamente, se produjo una especie de veto hacia la propia firma y, ésta, desapareció del mapa. Ninguna actriz y famosa quería vestir de Marchesa.
Poco a poco, la situación se fue calmando y varias intérpretes mostraron su apoyo públicamente a Chapman, hasta que la propia Anna Wintour se posicionó a favor de la diseñadora en la carta del número de marzo de Vogue USA.



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