Digital, exigente, preparado e
inestable son atributos que las marcas tendrán que afrontar en los próximos
años
Nadie tiene una bola de
cristal para adivinar el futuro del consumo mundial pero sí
existen herramientas para intuir hacia dónde caminará.
Los avances tecnológicos y la creciente globalización de la
economía llevan años marcando el pulso de los hábitos del consumidor y todo
apunta que así seguirá durante mucho rato. Según el estudio El
consumidor de 2030 , elaborado por EAE Business School, varios
cambios deberán afrontar las marcas para adaptarse a los nuevos tiempos.
El autor del informe, el
profesor Eduardo Irastorza, destaca en primer lugar la necesidad de
especialización de las marcas. “El consumidor 3.0 estará más preparado que
nunca, tendrá acceso a un caudal de información sin precedentes y ello le
convertirá en un cliente más exigente y sibarita”. Saber tratar
la información y ofrecer productos personalizados serán por tanto,
retos incuestionables durante los próximos años, comenta el profesor.
La “rapidez” en la venta será
otro factor clave, incluso “tan determinante como el precio”. La tecnología y
las economías de escala han desdibujado fronteras en el comercio mundial. Todo
tipo de productos están al alcance de los consumidores sin importar demasiado
la distancia física que los separa. Así que “sólo sobrevivirán las marcas más
veloces en su distribución”.
Otra consecuencia de la
economía globalizada, será la indiferenciación de los productos. Según el
informe, las tendencias globales y la rapidez en la producción de réplicas
uniformizarán la oferta y acelerarán los cambios de las modas de consumo. Ante
este exceso de productos, las marcas se verán obligadas a recorrer a las
emociones y no a la racionalidad para convencer al consumidor.
El reto que parece más difícil
de conseguir es el de la fidelización del cliente. “Vivimos en una sociedad
cada vez más hedonista, que quiere hacerlo y vivirlo todo. Eso se traduce en la
difícil tarea de construir lealtad. Ahora, lo duro no es que los consumidores
ya no quieran a las marcas, sino que hay demasiadas cosas atractivas ahí afuera
esperándoles”, comenta el profesor.
Entre las estrategias para
acercarse al cliente final, el informe destaca la opción de considerarlo un
aliado en el momento de desarrollar productos y servicios. De hecho, compañías
como Microsoft, Unilever o Procter&Gamble ya toman en cuenta las opiniones
de los consumidores e influencers antes de lanzar sus productos al mercado.
Otra estrategia, que ya están
estudiando gigantes como Alphabet (Google), Apple o Facebook, es el desarrollo
de una “súper aplicación” que responda a todas las necesidades del consumidor,
en cualquier momento o circunstancia. Según Irastorza, é¡esta es la mayor
batalla pendiente para el futuro del marketing.
Todos estos cambios se
desarrollarán, sin duda, en el teléfono móvil. El informe apunta que el
dispositivo tendrá cada vez más protagonismo en la vida del consumidor, en el
pago y también la obtención de datos. Al consumidor le bastará con hablarle en
voz alta para tener al alcance todo lo que desee. Así es cómo se dibuja la era
3.0.
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