Hace unos días Paul Surridge,
director creativo, abandonó la firma, que continúa buscando un inversor
Roberto Cavalli está en
la cuerda floja. La firma italiana acaba de anunciar el cierre de todas sus
tiendas de Estados Unidos y procederá a la liquidación de todas las operaciones
que tiene en Norteamérica. Una decisión inesperada que refleja el mal momento
por el que está pasando la marca.
El portal especializado Business of Fashion comunicó la noticia el pasado
viernes. Según varias informaciones, Roberto Cavalli está buscando un acuerdo
con los acreedores y también se encuentra en pleno proceso para buscar un nuevo
inversor que ayude a reflotar la firma que está a punto de declararse
en bancarrota
La casa tenía 9
tiendas en Estados Unidos (dos en Nueva York, cuatro en California, una en
Miami, una en Dallas y una en Las Vegas). Los 93 empleados fueron
obligados a abandonar sus puestos de trabajo el mismo viernes, sin previo
aviso. Además, el presidente ejecutivo de la marca en el país, Salvatore
Tramuto, ha presentado su dimisión.
La firma arrastra problemas
económicos desde hace tiempo. En 2015 el grupo Clessidra SGR adquirió
el 90% pero ahora la compañía quiere deshacerse de la casa italiana tras ver
que no obtienen beneficios. Roberto Cavalli hizo una apuesta fuerte hace cuatro
años para volver a captar a los clientes que en los años 90 y 2000 vibraban con
sus estampados. Para conseguir el objetivo, contrató a Peter Dundas, que
fue despedido a finales de 2016 junto a otros 200 trabajadores.
En 2017 llegó Paul
Surridge para encargarse de la dirección creativa pero hace dos semanas el
diseñador anunció que abandonaba el cargo por estar descontento con la
evolución de la firma y la poca capacidad de renovación en sus tiendas y en
acciones de comunicación y marketing.
Unas decisiones que podrían
indicar que el final de la marca está muy cerca. De hecho, sus trabajadores en
las oficinas centrales de Florencia harán hoy una huelga para luchar
por sus derechos.
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