Siguiendo unos sencillos
consejos, lograremos optimizar la carga de estos dispositivos
Las baterías de los primeros
móviles estaban compuestas principalmente por un conjunto de níquel-cadmio. Pero éstos dejaron de utilizarse para estas
baterías debido a varios factores: el cadmio es demasiado contaminante y,
además, los terminales actuales requieren de mucha más capacidad de carga (el
tamaño sería mucho mayor y no encajarían en los teléfonos de hoy en día).
A la mayoría de estos móviles
se les podía extraer la batería y sustituirla por otra. Hoy en casi todos los
terminales actuales la batería no está tan accesible para el usuario. Y es que
por culpa del llamado efecto memoria de las baterías de níquel, su vida útil
dependía mucho de cómo gestionábamos la carga de las mismas. Pues era
recomendable dejarla descargada por completo antes de volver a cargarla.
EN LAS BATERÍAS DE POLÍMERO DE
LITIO NO ES RECOMENDABLE QUE SE QUEDEN DESCARGADAS POR COMPLETO
A diferencia de lo que ocurría
con las baterías antiguas, en las actuales cuyo principal compuesto es el
litio, no hay que dejarlas que se descarguen por completo. Lo ideal es que
pongamos a cargar el móvil con un 20 ó 30 por ciento de su carga.
Estas baterías de litio no
sufren el efecto memoria. Por tanto, es más fácil gestionar su carga. Además,
gracias al sistema automático de protección que tienen ahora los teléfonos, si
hemos llegado al 100 % de carga, el terminal no sufre si sigue conectado. Cosa
que es habitual por la noche.
DEBEMOS TENER CUIDADO CON EL
CARGADOR QUE UTILIZAMOS
El voltaje y los amperios que
indican en el cargador original del teléfono son los que siempre debemos
intentar respetar. El voltaje de salida de un cargador suele estar en torno a
los 5,25 voltios. Los smartphones necesitan mínimo un amperio de entrada, y
para las tabletas son necesarios dos amperios.
Es recomendable utilizar
siempre un cargador homologado e intentar huir de aquellos que dudemos de algún
parámetro técnico. Si observamos que tarda más de lo normal en cargar la
batería, dejemos de usar ese cargador. Tampoco es aconsejable cargar el
dispositivo conectándolo a un ordenador o a otro aparato electrónico con
entrada USB 2.0. Esto se debe a que un puerto USB 2.0 como máximo tiene 500 mA,
y en un puerto USB 3.0 el límite es de 900 mA (por debajo de un amperio).
ES RECOMENDABLE CALIBRAR LA
BATERÍA
Esto que puede parecer muy
técnico y complicado de hacer, en realidad es un proceso muy sencillo. Y es que
cuando nos indica el porcentaje de carga que le queda al dispositivo, este no
siempre es el valor real que almacena la batería.
Para sincronizar la carga real
de la batería con el terminal, debemos dejar descargada ésta por completo
(esperamos unas cuatro horas en ese estado). Y sin encender el teléfono lo
debemos poner a cargar por completo. Este proceso puede realizarse cada dos o
tres meses.
CUIDADO CON LA TEMPERATURA DE
LA BATERÍA
La temperatura de una batería
no debe superar los 40 grados centígrados. La fuente de calor que irradie hacia
ella puede ser interna o externa. Si utilizamos un cargador inadecuado o si
estamos usando el terminal mientras lo tenemos cargando, se puede
sobrecalentar. Y si esto lo hacemos en repetidas ocasiones, podemos deteriorar
la batería. Evitemos dejar el terminal expuesto al sol demasiado tiempo. Esto
puede hacer que no sólo la batería sufra, sino que también se vean afectados el
resto de componentes electrónicos.
Otro factor que influye en la
refrigeración de la batería es el material con el que está fabricada la parte
trasera del teléfono. Si ésta es de aluminio tendrá una mejor conductividad
térmica que si se trata de algún tipo de vidrio o plástico. Un último
apunte para tener bien refrigerado el teléfono es el tipo de funda con el que
está protegido, busquemos una homologada para nuestro terminal. Y a ser posible
quitarla mientras lo estamos cargando.
OPTIMIZAR LA BATERÍA CON EL
SISTEMA OPERATIVO
Además de los datos técnicos
de las baterías y de los cargadores que hemos estado viendo, la optimización de
la batería la lleva a cabo el sistema operativo. Cada sistema nos permite
modificar algunos parámetros. Como por ejemplo gestionar el consumo de energía
de las aplicaciones que están en segundo plano.
También tenemos la opción de
activar el modo de ahorro de energía. Esto reduce el nivel de brillo de la
pantalla, o desconecta algunas funciones del terminal. Cada fabricante ofrece
varias recomendaciones. Aquí tenemos algunas de Apple para iOS y aquípara
Android (este último en algunos fabricantes lo tienen personalizado en su web
oficial).
Un último consejo que os damos
es la posibilidad de gestionar los parámetros de la batería a través de una
aplicación externa. No es que vayamos a conseguir un ahorro considerable, pero
sí nos mantendrá informado del estado de ésta y podremos modificar algunos
parámetros. Una aplicación que nos ha parecido recomendable es Battery HD. Aquí está disponible para iOS y aquí para Android.
EL USO DE ALGUNA APLICACIÓN
EXTERNA NOS PUEDE AYUDAR A PARA SABER EL ESTADO DE LA BATERÍA
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