La Casa Blanca
prohíbe a Google comerciar con Huawei, que tendrá que cambiar el software de
móviles y tabletas
Google se prepara para dictaminar qué lazos corta con Huaweidespués de la
nueva orden ejecutiva de la Casa Blanca que impide a las empresas estadounidenses comerciar con
la empresa china. De momento los detalles no son finales, pero desde Google han
asegurado que los teléfonos móviles actuales de la compañía no quedarán
afectados.
En un comunicado enviado ya durante la noche
en China, medio día en Europa, Huawei afirma que “seguirá proporcionando
actualizaciones de seguridad y servicios postventa a todos los smartphones,
tabletas y dispositivos Huawei y Honor, tanto a los que ya se hayan vendido
como a los que siguen estando en stock en todo el mundo”. Sin entrar en más
detalles sobre sus dispositivos futuros.
Google es la creadora de dos
de los pilares de software bajo los que se ha construido el negocio de móviles
de Huawei: Android y los servicios de Google Play. La primera parte es un
sistema operativo de código abierto al que Huawei podrá seguir accediendo
debido a sus licencias. Lo más probable es que nadie pueda impedir a Google
liberar código abierto ni a las empresas chinas utilizarlo. Pero no hay nada
cerrado hoy en día.
La segunda parte es donde
todo se complica. Los servicios de Google Play son un conjunto de
características que forman parte integral de la estructura de los móviles de
Huawei. Una serie de aplicaciones y plataformas que forman la base de la
experiencia para aquellos que tengan un móvil Huawei, Samsung, Xiaomi, BQ, LG,
etc. Google Play no solo es la tienda de aplicaciones, es también el frente
desde el que se envían las notificaciones, se controlan los pagos, que controla
las actualizaciones de seguridad, se definen unas aplicaciones básicas de
Google que van desde Gmail a YouTube, etc.
Queda por definir el cómo y
el cuándo, pero los siguientes teléfonos de Huawei dejarán de contar con toda o
la mayoría de estas características. La compañía china lleva los dos últimos
años esperando una decisión similar, o por lo menos preparándose para ello.
Huawei vende más de 200 millones de teléfonos al año, la mitad de ellos fuera
de China, principalmente en Europa, sureste asiático y Latinoamérica. Ninguno
de estos países ha impedido a Google negociar con Huawei, pero sufrirán las
consecuencias.
Huawei por su parte no ha comunicado ninguna
respuesta oficial. Sus abogados están trabajando en su parte del divorcio.
Diferentes expertos consultados esperan que Huawei cambie los elementos de
Google por sus propias plataformas, al igual que hace en China, donde Google
está prohibido por el gobierno de Pekín. Así pues, a partir de un momento
indeterminado del futuro próximo, los teléfonos móviles de Huawei deberían
llegar con una tienda propia de aplicaciones, y sin Google Play, y deberá
gestionar su propia política de actualizaciones de seguridad.
Este sistema operativo nuevo seguirá siendo
Android en su núcleo, y su interfaz no será muy distinta de cómo lo
experimentan los clientes actuales de la compañía. Pero lo más probable es que
no puedan recuperar su historial de compras y pagos provenientes del móviles
Huawei u otros con “el historial de Google”, hasta que la compañía china —si
puede a nivel legal— cree un importador de este tipo de datos. No queda claro
si Huawei podrá distribuir otro tipo de aplicaciones estadounidenses en su
tienda de aplicaciones tales como Facebook, Instagram, WhatsApp, Outlook, etc.
La guerra comercial de Estados Unidos y
China, una batalla de ajedrez ostentosa a la par que inútil, ha acabado con
un nuevo peón cayendo en el tablero. La relación entre Google y Huawei, dos de
las empresas tecnológicas mayores del mundo se dirige a un divorcio forzado.
Mientras los abogados de ambas empresas preparan las nuevas condiciones
comerciales después de la Casa Blanca añadiese Huawei a una lista negra de
entidades con las que las empresas nacionales no pudieran comerciar.
Nada es definitivo a día de hoy. La Casa
Blanca puede dar su brazo a torcer. Al fin y al cabo, esto es una medida de
presión contra el Zhongnanhai, la oficina del ejecutivo chino. Xi Jinping puede
decir por tomar represalias. En este caso uno de los objetivos más claros
podría ser Apple, para quien China es su segundo mayor mercado. Pekín podría
bloquear las ventas de iPhone u otros dispositivos, ordenar el cierre de sus
tiendas o incluso expulsar a los trabajadores. Al contrario que Facebook o
Google, China ha permitido a Apple operar en su país por el mero peso que tiene
la compañía en la industria nacional. Quizá un boicot “patriótico” por parte la
población china a los productos de Apple pueda hacer más fácil a China tomar
una decisión drástica.
Comentarios
Publicar un comentario