Cómo un negocio de menorquinas puede sobrevivir en la era del ‘fastfashion’


La marca de albarcas Popa no ha parado de crecer desde que se fundó en 2015


Una pequeña fábrica situada en Elche (Alicante) es la responsable de la elaboración de unas de las menorquinas más populares del momento. Teresa y todo su equipo, aparan y cosen a mano cada una de las plantas de piel que cubren la parte delantera del zapato y que hacen de esta una pieza única.
Popa es una marca made in Spain que nació en 2015 con la voluntad de hacer un producto que fuera 100% artesano y que cumpliera la función de actualizar las clásicas menorquinas incorporando las últimas tendencias del mundo de la moda en cada uno de sus diseños.
Menorquinas Popa antes se limitaba a producir modelos estacionales, como el resto de albarqueros de España -un oficio en riesgo de extinción- pero ahora se han lanzado a la piscina y han decidido lanzar colecciones atemporales. “En 2019 Menorquinas Popa pasa a ser Popa, ya que a partir de ahora ofreceremos todo tipo de calzado apto para todas las estaciones como sneakers, bluchers, cuñas, botas..”, explica el CEO de la marca, Miguel Ángel Lucas.
Este nuevo frente es una gran oportunidad de negocio para poder lidiar con la presión que ejercen las grandes multinacionales del ‘fastfashion’, tales como el grupo Inditex, Mango o H&M. “Cuando empezamos en 2015, el fastfashion estaba en pleno auge y no hemos dejado de crecer. Además, cada vez hay más gente que opta por productos hechos en España, originales y cuidados al detalle”.
Una de las fórmulas más utilizadas y que más funciona a nivel de ventas son las ediciones limitadas y las colecciones cápsula que las marcas producen con otras firmas o personalidades públicas. Popa lo hizo el año pasado con la ‘influencer’ María Pombo y ahora lo ha hecho con la firma de joyería de autor Apodemia.
“Es una de las colaboraciones que nos hacía mucha ilusión llevar a cabo. Poder ofrecer a nuestros clientes un zapato que lleva una joya incluida era una idea que nos entusiasmó desde el principio”, confiesa Miguel Ángel Lucas. La colección cápsula se llama Butterflyy nace de la combinación de las esencias de ambas marcas compartiendo valores como el handmade y el gusto por el diseño y la exclusividad.
A esperas de comprobar cómo recibe el mercado esta colaboración inédita hasta el momento -lo cierto es que el mundo del calzado está viviendo uno de sus mejores momentos- desde la firma se sienten más que satisfechos de la creación. Las unidades serán limitadas y se podrán encontrar en negro y nude, a un precio de 149 euros, a partir del 21 de mayo en las webs de ambas marcas.


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