Las claves sobre cómo puede ser el nuevo sistema operativo de Huawei


El futuro software de los terminales de la empresa china puede no estar basado en Android, pero ser compatible con las aplicaciones del sistema de Google


La semana que viene se reunirán en la cumbre del G20 los presidentes de Estados Unidos y China, Donald Trump y Xi Jinping. Quién sabe si esa charla allanará una resolución del conflicto entre Huawei y el Gobierno estadounidense. Aunque, claro, no son difíciles de borrar de un plumazo las acusaciones que se han hecho hasta ahora. Estas vienen a decir que la empresa china colabora con el Gobierno de su país para suministrar una puerta trasera en las redes 5G.
La situación no pinta bien y Huawei sigue con la creación de su propio sistema operativo. Una alternativa al Android de Google que actualmente usan sus teléfonos. En un exhaustivo artículo publicado por el diario South China Morning Post, editado en Hong Kong, se explican algunas claves sobre ese software que está creando Huawei.
Una de las cosas más llamativas que se rebela es que Huawei comenzó hace nada menos que siete años el desarrollo de este sistema. Resulta curioso este dato, pues entonces Huawei era un actor con mucha menos importancia en el mercado de los teléfonos móviles. Probablemente la clave que explique este dato haya que buscarla en que podemos considerar exactamente un sistema operativo.
Son varios los sistemas que dependen del núcleo libre de Android, que a su vez proviene de Linux. Como es el caso por ejemplo de Replicant. Pero no es del todo correcto llamarlos sistemas operativos, pues al fin y al cabo son una suerte de dialectos de un misma lengua común. De hecho, es muy común que muchos fabricantes de teléfonos por motivos puramente comerciales llamen sistemas operativos a sus capas de personalización de Android. Estamos hablando de versiones que incluso incluyen las aplicaciones de Google. Entre ellas la Play Store.
A ciencia cierta no sabemos nada de ese sistema operativo que Huawei está desarrollando. Ni tan siquiera si puede considerarse un sistema operativo en el sentido estricto. Pero podemos contemplar las dos posibilidades que están sobre la mesa: crear un software que no usa el núcleo de Android o uno que si lo use.
Si el nuevo sistema no tiene nada que ver con Android, eso no quiere decir que no sea compatible con sus aplicaciones. Esto es algo que posibilita por ejemplo el sistema operativo finlandés Sailfish de Jolla. En su momento tuvimos ocasión de probar este sistema y charlar con Sami Pienimäki, director ejecutivo de Jolla, y descubrimos que Sailfish, a pesar de ser una opción muy minoritaria, es bastante sólido.
De hecho, se ha llegado a decir que Huawei podría estar contemplando usar una versión adaptada del sistema Sailfish, como la creada para Rusia, en sus teléfonos. Desde Jolla parecen encantados con la situación actual generada por la crisis a la que se enfrentan Huawei y Google por Android. Pues puede crear una brecha para que sistemas como el suyo crezcan. Basta con leer las recientes declaraciones de Sami Pienimäki al periódico Indian Express.
En el caso de que Huawei opte por un sistema operativo sin el núcleo de Android, pero compatible con aplicaciones Android, habría que refinar esa compatibilidad. Pues en intentos anteriores esto no ha terminado de ir bien y algunas aplicaciones sencillamente no funcionaban. Como pasaba en el caso del sistema operativo BlackBerry 10, que por cierto era bastante innovador.
Pero cuando la empresa canadiense lanzó ese sistema se encontraba en pleno declive y Huawei, a pesar del golpe recibido, dispone a día de hoy de una capacidad inversora y tecnológica mucho mayor que BlackBerry en 2013. De hecho, los beneficios de Huawei en 2018 fueron de más de 100.000 millones de dólares. Una cantidad astronómica para una empresa que ha logrado ser la primera o la segunda en venta de teléfonos en numerosos países.
Google no parece apostar por un sistema operativo creado desde cero. Según Financial Times la empresa estadounidense ha advertido a la Casa Blanca de los riesgos de seguridad que supondría no poder actualizar teléfonos basados en el núcleo libre de Android. Pues estos escapan al control de Google.
Este dato es fundamental, pues parece querer decir que la opción más probable, al menos por las sospechas levantadas por Google, es que Huawei está desarrollando una versión de Android con una tienda de aplicaciones diferente a la Play Store (como imponen las sanciones de Estados Unidos). Concretamente la amenaza a la que alude la empresa que desarrolla Android es que el sistema de Huawei podría ser más vulnerable a los riesgos que conlleva la piratería de aplicaciones.
Esto parece querer decir que Google sospecha, o dispone de datos, que les llevan a pensar que Huawei podría no poner trabas para que se puedan instalar fácilmente aplicaciones al margen de una tienda de aplicaciones. De esa forma, los usuarios de teléfonos Huawei podrían utilizar incluso las propias aplicaciones de Google. Aunque sin el control de la empresa, y sin sus actualizaciones de seguridad.
Algo parecido ya sucede con las versiones modificadas de Android que se venden en China. En las que por motivos políticos las aplicaciones de Google están prohibidas, incluida la propia tienda Play Store. De hecho, Google no opera en China. Pero en realidad no es muy difícil instalar las aplicaciones de la empresa californiana en muchos terminales chinos con un Android diferente al que se usa fuera de China.
Google puede tener otros temores, como que Huawei logre un sistema compatible con aplicaciones Android más veloz que su propio sistema. Un rumor, que por cierto tiene cierto aire a propaganda, y que ha circulado últimamente en medios como Global Times. Pero en el caso de ser cierto además tendría su origen en las pruebas que otras empresas chinas, como Oppo y Xioami, pueden estar haciendo de este sistema operativo desarrollado por Huawei.
Más allá de la rumorología, parece claro que el único camino que le queda a Huawei si sigue la actual crisis, es desarrollar un software que tenga algunas ventajas sobre Android, como sucede con iOS de Apple, y que a la vez sea capaz de ejecutar las aplicaciones de Android. Pues no parece muy realista lanzar teléfonos, como demostró Windows Phone, que no puedan usar las aplicaciones más populares.
De lograr tal cosa la empresa china, Google podría enfrentarse a un problema serio. Sobre todo si otras compañías chinas secundan la apuesta de Huawei y optan por usar su sistema operativo. Android se encontraría con un competidor serio por primera vez. De momento queda esperar a ver cómo avanzan las conversaciones entre ambos gobiernos. Pues de su desarrollo depende que algún día veamos ese misterioso sistema operativo chino.

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