Marta Coca: “Los nuevos consumidores de moda se mueven en un entorno digital”

La gestora del proyecto 080 Barcelona Fashion por segundo año consecutivo explica su apuesta por la sostenibilidad y la tecnología aplicada a la moda


La 24.ª edición del 080 Barcelona Fashion abre esta mañana sus puertas. Durante cuatro días, un total de 27 desfiles de diseñadores emergentes y firmas, además de actividades paralelas relacionadas con la moda, se celebrarán en el recinto modernista de Sant Pau y el viernes al lado del mar, en el nuevo Marina Vela. Será la segunda edición de Marta Coca, que se hizo cargo del proyecto el pasado mes de noviembre. Su apuesta es la sostenibilidad y la tecnología aplicada a la moda ( fash-tech).

¿Cómo se presenta el 080?
Seguimos con la tónica que iniciamos la pasada edición: esforzándonos para poner la máxima creatividad y contenidos de moda, tanto en la pasarela como en la Pop Up Gallery. También habrá diseñadores internacionales invitados, para que nos ayuden a abrir el 080 al exterior. Y potenciamos lo que se inició el verano pasado de hacer los desfiles de baño al lado del mar. En esta edición será un día entero en Marina Vela.

En la pasada edición ya era directora, pero había mucho del equipo anterior. ¿El que empieza hoy es totalmente suyo?
El 080 es el paraguas que recoge los tres ejes estratégicos del plan de aceleración de la moda, que impulsa la Generalitat: internacionalización, comercialización y sostenibilidad y fashion tech. Por tanto este 080 no es el proyecto de Marta Coca, sino el proyecto que vamos construyendo entre todos.

La sostenibilidad es la apuesta de esta edición.
Sí, el fash tech y la sostenibilidad es el único eje del plan de aceleración que todavía no se había desarrollado. Las marcas internacionales invitadas cumplen este objetivo, pero con las de aquí, el tema ha venido solo, porque es un reflejo de lo que pasa en la sociedad.

¿Por qué el 080 no despierta interés fuera de Catalunya?
Es cierto que nos cuesta que compradores, medios de comunicación y la gente de la moda de Madrid o internacionales se desplacen a Barcelona durante cuatro días para ver los desfiles. Y estamos trabajando en ello, en cómo el 080 puede adaptarse a este mundo virtual que vivimos para seguir mostrando todo sin esta presencia física.

¿Cabe la posibilidad de realizar en un futuro un 080 virtual?
No, virtual no, pero por ejemplo, ¿por qué el showroom tiene que ser físico y sólo dos días? Podría ser de un día para amigos-compradores, y luego un market place online visible todo el año. Hemos de pensar algo que facilite el acceso a compradores y medios de comunicación sin necesidad de desplazarse, y también a una nueva audiencia que a lo mejor no se encuentra en Barcelona en el 080, pero sí que está durante el Primavera Sound o el Sónar, porque los nuevos consumidores de moda se mueven en un entorno digital.

Pero en este entorno digital será difícil sustituir los desfiles.
La pasarela es la piedra angular del 080 y lo seguirá siendo. Muchas de las iniciativas que van surgiendo son añadidos para las marcas. Todas quieren desfilar y la motivación que les producen aquellos 15 o 20 minutos no hay nada que lo pueda sustituir y creo que ha de ser así.

¿Dónde están los emergentes que han sido premiados en el 080?
La mayoría impartiendo clases, trabajando para firmas de moda o tienen un estudio de diseño. La moda es un negocio y se ha de vivir de ello. Sí que es verdad que este pluriempleo de los diseñadores acaba debilitando su propia firma. Pero para crear una colección y venderla se necesitan muchos recursos económicos. Estos jóvenes diseñadores tienen que competir con las marcas de lujo y con las cadenas que refrescan los puntos de venta cada 15 días. Y en España, la financiación en moda da pánico.

¿Hacia dónde tendrían que tirar los jóvenes diseñadores?
Hacia la sostenibilidad, porque además de ser una necesidad imperiosa para la supervivencia del planeta puede ser la solución para que los diseñadores más pequeños puedan fabricar por cápsulas, según el consumo que vayan teniendo y no necesitarían esta gran inversión. Es curioso pero cuando los jóvenes diseñadores necesitan ayuda van a la escuela en la que estudiaron en busca de patronistas o un diseñador de estampados, pero yo les digo que tienen que buscar ayuda en una escuela de negocios donde saben de inversión y de gestión.

¿Qué papel ha de tener el consumidor?
Puede comprar donde sea, pero ha de tener una mayor cultura de la moda: saber qué compra y a qué precio y por ello es necesario la trazabilidad del producto. Es imposible que una camiseta cueste 3 euros por más grande que sea el grupo. Además, está fabricada en Bangladesh, con unos tintes sin ninguna seguridad medioambiental, con un coste de transporte... A lo mejor tras analizar todo esto, el consumidor puede llegar a la conclusión de que puede vivir sin esa camiseta.

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