Tanto las firmas de lujo como
las ‘low cost’ crean sus departamentos específicos de inclusión para evitar
patinazos
La inclusión y
la diversidad están dejando de ser la asignatura pendiente de las
firmas de moda. Tanto las de lujo como las low cost están haciendo un esfuerzo
extra para ponerse al día
y ya comienzan a ser mayoría las que han creado (a veces aceleradamente) un departamento propio para evitar errores por “falta de sensibilidad”. Y, sobre todo, para no repetir tropiezos de comunicación que con la celeridad y la exigencia que las redes sociales imponen, cada vez son más frecuentes. E inadmisibles.
y ya comienzan a ser mayoría las que han creado (a veces aceleradamente) un departamento propio para evitar errores por “falta de sensibilidad”. Y, sobre todo, para no repetir tropiezos de comunicación que con la celeridad y la exigencia que las redes sociales imponen, cada vez son más frecuentes. E inadmisibles.
Es el caso del patinazo no tan
lejano con que Dolce Gabbana enfureció a sus seguidores chinos con una serie de
vídeos publicados en Instagram bajo el título DG loves China ridiculizando a
una modelo asiática en su intento de comer pasta con palillos. O el de Gucci
con ese polémico suéter negro con labios rojos (al estilo blackface ) que hizo
que muchos acusaran a la firma de caricaturizar a la raza negra. Y, ya más
lejano, el de H&M y su fotografía de hace dos años de un niño negro con una
sudadera en la que se leía coolest monkey in the jungle (el mono más cool de la
jungla) que accionó intensas jornadas de protesta y hasta el cierre temporal de
sus tiendas sudafricanas de Johannesburgo y de la provincia de Gaugeng.
Precisamente para evitar
deslices como ese, H&M ya creó en su momento (2018) un puesto directivo
para la diversidad. También lo tuvo que hacer en marzo Gucci para corregir a la
carrera el asunto del blackface anunciando el lanzamiento de su programa Gucci
Changemakers con el que buscan “marcar un cambio significativo en la industria
de la moda mediante el fortalecimiento del impacto social y la relación con las
comunidades sociales”. Para ello invirtió más de diez millones de dólares y los
cambios ya están a la vista con campañas que, aunque pueden ser provocativas,
nunca faltan a la inclusión y la diversidad tal como se entiende a día de hoy.
A principios de año lo había
hecho también Prada: Anunció un departamento dedicado exclusivamente a este
capítulo después de que sus accesorios en forma de mono para la colección de
Pradamalia recibieran una avalancha de protestas en las redes sociales que
consideraron que promovían una imagen racista. Y ahora, es Chanel la que se
apunta a este imprescindible enfoque inclusivo del mundo de
la moda.
la moda.
La maison anunció hace unos
días el fichaje Fiona Pargeter que llega a Chanel tras cinco años en el cargo
de gerente de Diversidad e Inclusión del banco suizo UBS, adonde llegó primero
como pasante para luego ascender tras completar estudios en Psicología. Se hará
cargo de “hacer evolucionar nuestro enfoque en temas de diversidad e inclusión
y continuar apoyando nuestro impulso a estos temas”, dicen desde la firma con
sede en Londres desde el 2017.
Es un cambio más pero no menor
de este máximo exponente del lujo que es Chanel que, tras el reciente
fallecimiento de Karl Lagerfeld (en febrero), escogió por primera vez en toda
su historia a una mujer como directora creativa. Es Virginie Viard, durante más
de 30 años a la sombra del Kaiser, que a principios de julio presentaba su
segundo desfile durante la Semana de la Alta Costura justo al tiempo que la
compañía anunciaba sus mejores resultados de las últimas décadas. Porque con
estos cambios –nada sutiles–, la firma, fundada en 1910 por Gabrielle Chanel,
ha experimentado un aumento del 10,5% de sus ventas hasta los 9.910 millones de
euros.
Las mujeres están tomando el
mando poco a poco en un mundo, el de la moda femenina, que por décadas ha
estado casi siempre dirigido por hombres. Quien lleva más tiempo en esta lucha
es Miuccia Prada, directora creativa de Prada, quien tomó las riendas del
negocio familiar hace cuarenta años además
para imprimir sus ideales feministas y de igualdad más allá de la propia moda.
para imprimir sus ideales feministas y de igualdad más allá de la propia moda.
Y más recientemente han
llegado a este terreno ya no tan acentuadamente masculino Stella McCartney
(directora de la firma homónima, que ha sabido trascender el puro mundo
estético para declararse como feminista y militante de PETA), Isabel Marant y Victoria
Beckham, quien intenta reflotar su marca con el fichaje reciente del economista
gallego Pablo Sande. Otras firmas más veteranas han visto como el cambio se
imponía casi por decreto. Así es como Maria Grazia Chiuri, por ejemplo, llegó a
Dior en el 2016 tras ocho años como codirectora creativa en Valentino y ya en
su primer desfile advertía de sus ideas con la camiseta decorada con la
inscripción ‘ we should all be feminist’ (todos deberíamos ser feministas).
La feminización ha llegado
también a Chloé (Natacha Ramsay-
Levi), Alexander McQueen (Sarah Burton) y Givenchy que erigió a Clare Waight Kelleren como directora creativa tras la salida de Riccardo Tisci. Y quienes paralelamente por fin también se están haciendo un hueco en la industria de la moda son los diseñadores afroamericanos en un cambio liderado por Olivier Rousteing (Balmain) y Virgil Abloh (creador de Off White y director masculino en Louis Vuitton).
Levi), Alexander McQueen (Sarah Burton) y Givenchy que erigió a Clare Waight Kelleren como directora creativa tras la salida de Riccardo Tisci. Y quienes paralelamente por fin también se están haciendo un hueco en la industria de la moda son los diseñadores afroamericanos en un cambio liderado por Olivier Rousteing (Balmain) y Virgil Abloh (creador de Off White y director masculino en Louis Vuitton).
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