ENTREVISTA A CUSTO DALMAU: “Las prendas tienen que emocionar para que el público quiera comprarlas”

La Vanguardia, 07/09/2019. 
https://www.lavanguardia.com/gente/20190907/47202243062/custo-dalmau-custo-barcelona-velmar-fashion-week-nueva-york.html


El diseñador presenta su colección para la próxima primavera-verano en la Mercedes-Benz Fashion Week de Nueva York


Custo Dalmau siempre habla en plural de la firma que lleva su nombre, ya que la creó con su hermano David hace 39 años. Ahora Custo Barcelona inicia una nueva etapa de la mano del grupo italiano Velmar, que permitirá una mayor expansión internacional de la firma, aunque los dos hermanos seguirán siendo los responsables creativos. Recién llegado de sus vacaciones en Menorca, el diseñador ha hecho las maletas para viajar a la Mercedes-Benz Fashion Week de Nuerva York, donde desfila desde hace 22 años.

¿Qué presentará el lunes en la pasarela de Nueva York?
Presentaremos una colección muy creativa, arriesgada y emocional de 62 looks para la primavera-verano 2020, que hemos llamado Wet Pain (Recién pintado), porque cuando uno se muda de casa lo primero que hace es pintarla de nuevo. Y nosotros llevamos 39 años con un proyecto afincado en Barcelona y ahora nos trasladamos a Italia para reposicionarlo de la mano de Velmar (Aeffe), que llevan Moschino o Alberta Ferretti.

¿Será una colección de Custo o de Velmar?
Toda la hemos diseñado nosotros. De Velmar en sí habrá muy poco, porque el acuerdo se firmó la última semana de junio. Pero sí que será la primera bajo el paraguas de Velmar, referido a la gestión.

¿El acuerdo con Velmar incluye seguir en Nueva York?
Sí, nuestra idea es continuar, porque para nuestra firma el mercado americano es muy importante. Velmar, que es italiano, quiere que también desfilemos en Milán, Y lo haremos, pero no este septiembre, porque no hemos tenido tiempo de prepararlo.

En su momento, ¿por qué eligió Nueva York para desfilar?
Fue una casualidad. Nosotros teníamos éxito con nuestras camisetas en Estados Unidos y en 1996 la Fashion Week era muy pequeña y sólo participaban firmas estadounidenses. Pero había una plataforma de nuevos diseñadores y desfilamos en un gimnasio en NoLiTa, con buenas críticas. Entonces los organizadores de la Fashion Week nos propusieron desfilar dentro del calendario oficial y fuimos los primeros extranjeros en hacerlo.

“La creatividad de los hermanos Dalmau ha adelantado muchas tendencias”, ha dicho de ustedes el director general de Velmar, Luca Gori.
Esa ha sido nuestra máxima. Nosotros no estudiamos diseño de moda y tuvimos que aprenderlo por nosotros mismos, pero también nos dio más libertad. Siempre hemos procurado que lo que hiciéramos en la moda aportase algo, que nos diferenciase de lo que había en el mercado, que no recordara a nada y que emocionase.

¿Le molesta que se le defina como diseñador de camisetas?
No, que va… Todas las trayectorias tienen un origen al que se le tiene que tener mucho respeto. Nuestro punto de partida fueron las camisetas. Las trabajamos cuando nadie los hacía y todavía las hacemos. En la pasarela no las mostramos porque apostamos por los diseños más experimentales, innovadores y emocionales. Pero la camiseta puede ser muy creativa o muy funcional.

¿Cómo era el negocio de la moda cuando empezó?
No tenía nada que ver a como es ahora. La moda era una industria que estaba en manos de empresas pequeñas y ahora el pastel se lo comen las grandes corporaciones, desde una posición muy dominante de mercado que más que crear dictan lo que la gente tiene que llevar. Ahora todo el mundo viste igual ya sea en París, Shanghai o Melbourne. Cuando empezamos sí que había creatividad y diversidad y ese ha sido el gran cambio del mundo de la moda. Nosotros tenemos clarísimo que nuestras prendas tienen que emocionar para que el público quiera comprarlas, porque la necesidad de vestir ya está cubierta por los grandes grupos. También se ha perdido la cultura del producto bien hecho, del cuidado por los detalles, de la calidad, porque ahora el mercado es fast fashion.

Y además están las falsificaciones?
Sí, es algo que perjudica a todos: crea una disfunción en el mercado y nos obliga a invertir dinero para defendernos. Por lo que es un desgaste doble. El fast fashion, en cambio es la ley del mercado y hay que aceptarla.

¿Por qué habla de emoción a la hora de crear?
Porque nos dirigimos a mujeres seguras e independientes a las que cada seis meses les damos un mensaje diferente, pero que a la vez continuen interesadas en nuestro concepto.

¿Actualmente donde tiene Custo más éxito?
En América Latina. Allí las mujeres tienen una cultura muy fuerte de la feminidad y se cuidan mucho y nuestro proyecto va dirigido a la feminidad. Eso incluye a la población latina de los Estados Unidos. También tenemos muchas seguidoras en Italia, y ahora a través de Velmar, queremos posicionarnos en China, que culturalmente es un mercado grande y diferente.

A usted le han llamado muchas marcas para colaborar.
Hemos diseñado móviles, botellas, motos, coches, aviones, ferrys, muñecas... las colaboraciones son interesantes porque permiten aplicar el trabajo creativo en otro sector.

Su firma lleva el nombre de Barcelona. ¿Es su inspiración?
Todo lo hacemos en Barcelona y esta ciudad sigue siendo nuestra fuente de inspiración, aunque no la única, porque la inspiración te llega cuando menos te lo esperas. Pero lo de poner el nombre en el logo no fue buscado. En los noventa, en las ferias de Estados Unidos siempre nos preguntaban si éramos italianos o franceses, y para aclararlo pusimos el nombre de Barcelona en el cartel, y empezaron a llamarnos Custo Barcelona y decidimos dejarlo así.

¿Cómo ve el futuro?
Tengo 62 años pero no pienso para nada en la jubilación, si se refiere a eso, porque todavía tengo muchas ganas de hacer kilómetros. Además, me divierto con lo que hago y no lo considero un trabajo.

Es sus desfiles suele subir a la pasarela a sus hijas Carlota y Montana. ¿Serán las continuadoras de la firma?
De momento no. Han acabado la universidad y están empezando en el mundo laboral. Y mis otros tres hijos son pequeños todavía. Yo siempre les he dicho a todos que hagan lo que les guste.



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