Liferay, con 800 empleados,
lidera el mercado en experiencia digital
Es bien sabido que el sector de las T.I. es proclive a
inventar clichés cuya eficacia se prueba cuando pasan de su jerga al
lenguaje corriente. Uno de ellos, ahora muy en boga, es el concepto de
experiencia digital (o DX en su sigla anglófona). Define una categoría de
software cuya finalidad es dar satisfacción a las expectativas de los usuarios
y medir el resultado a tiempo para reaccionar. La empresa que lidera este
segmento –y según la consultora Gartner aventaja a IBM y Adobe–
es la californiana Liferay, mucho menos notoria para el público.
No es, desde luego, una start-up al uso: en quince años de
existencia no ha recibido ninguna inversión de capital externo, lo que
significa que su capital sigue bajo control de los tres fundadores, aún
jóvenes.
Otro rasgo inusual es que Europa representa el 45% de la cifra de
negocio de Liferay. De sus 800 empleados en todo el mundo, un centenar trabaja
en la filial española, abierta en el 2009, que concentra la mayoría de su
capacidad europea de ingeniería.
Fugazmente de visita en Madrid para la apertura del simposio anual de
clientes –al que asistieron 600 empresas, según la filial española– Bryan
Cheung, cofundador y chief executive officer de la compañía, atendió
a La Vanguardia. Entre risas, admitió que, “de tanto en tanto”, siente la
tentación de salir a bolsa, pero acaban aparcándola porque “estamos muy cómodos
así y no creemos que los nuevos accionistas llegaran a comprender lo
fundamental de nuestro modelo”.
El primer producto de Liferay salió al mercado en el 2004; a priori,
era una más entre otras herramientas para la creación de portales web, pero
debió su éxito a la variedad de “casos de uso” que suscitó: portal de clientes
pero también el portal de empleados [a veces llamado intranet] al que se
añadieron funciones propias de una red social; también un portal de
colaboración con los proveedores.
Liferay DXP, ya en su versión 7.2., ha integrado la gestión interna del
comercio electrónico, dejando a sus clientes la opción de programación a
medida. Y en los dos últimos años, la capacidad de análisis avanzado de datos.
Cheung describe la plataforma actual en estos términos: “Hace posible
entender cómo funciona cada pieza del contenido que se difunde, así ayuda a
identificar la acción siguiente, la más adecuada al objetivo”. En ese paso, DXP
se transmutó en DXP Cloud: “Acertamos al interpretar oportunamente los
objetivos de negocio, no meramente tecnológicos, que mueven a las empresas
hacia la nube: mayor agilidad, menor coste, mejor respuesta”.
La definición que hace Gartner de la categoría Experiencia Digital
condensa en una misma plataforma las funciones de creación y gestión de
contenidos, su distribución a través de distintos dispositivos conectados. Así
ha llegado a ser instrumento vital para el marketing y el comercio online. En
este punto, Cheung quiere precisar algo: “Mucha gente está convencida de que el
marketing, como práctica constante en Internet, desemboca y se acaba con una
transacción monetaria. Esta es una visión peligrosamente limitada […] La
plataforma de Liferay va más allá del acto de consumir; soporta tanto B2B como
B2C [business-to-business y business-to-customer]”.
Resumiendo, no
está en cuestión la manida “economía de la atención” sino el saber establecer
relaciones sostenibles para ganar la fidelidad del usuario mediante la
experiencia. Digital, cómo no.
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