Vestidos
ligeros o sastrería arquitectural encajes y volantes dramáticos: las obras de
los grandes modistos, el español Cristobal Balengiaga y el franco-tunecino
Azzedine Alaïa estan en una exposición en París para hablar sobre una moda
perfeccionista, a punto de desaparecer.
Ochenta
modelos seleccionados serán presentados por primera vez en un cara a cara entre
estos dos maestros del corte en la fundación Alaïa, gran diseñador y
coleccionista que murió en 2017. La historia comienza en 1968, cuando
Cristobal Balenciaga decide
cerrar su casa, ya no era reconocible en el auge del naciente prêt-à-porter.
Azzedine Alaïa tuvo que elegir entre los vestidos de la casa destinados a ser
tirados o vendidos y hacer con ellos lo que quisiera.
Este decidió conservarlos preciosamente y desde este momento comenzó a “coleccionar de forma abusiva a todos los grandes maestros de la moda a los que apreciaba" por haber retenido de este episodio “una gran responsabilidad hacia la herencia de la moda”, explicó el comisario de la exposición e historiador de la moda, Olivier Saillard, a la AFP.
Este decidió conservarlos preciosamente y desde este momento comenzó a “coleccionar de forma abusiva a todos los grandes maestros de la moda a los que apreciaba" por haber retenido de este episodio “una gran responsabilidad hacia la herencia de la moda”, explicó el comisario de la exposición e historiador de la moda, Olivier Saillard, a la AFP.
La
exposición cuenta también el “acercamiento estilístico entre los dos modistos”,
que nunca se conocieron, pero que se hicieron famosos por sus cortes y las
formas escultóricas perfectas de sus vestidos. "Ya no conozco modistos que
sepan cómo cortar, ensamblar o coser un vestido con las manos, a veces lo hacen
en parte, pero no hacen carrera con eso”, continúa Olivier Saillard.
“Es
otra cosa que decirte a ti mismo: 'Voy a pasar mi vida rehaciendo la misma
chaqueta hasta que la encuentre perfecta', como fue el caso de Alaïa y
Balenciaga”.
“Son
el Jean Prouvé o el Le Corbusier de su generación, no trabajaron para el cambio
de tendencias, trabajaron para una prenda que podríamos guardar durante mucho
tiempo", concluyó.
La
exposición que dura hasta el 28 de junio se inauguró durante la Semana de Alta
Costura en París, que terminó este jueves y que estuvo marcada por las
despedidas de Jean Paul Gaultier, de 67 años, otro gran diseñador que desde
hace años sufría por el frenesí de las colecciones. Contra todo pronóstico, el
“enfant terrible” de la moda abandonó las pasarelas después de un grandioso
show el miércoles, su último desfile, para dedicarse a otro proyecto que aún no
ha revelado.
Otro
anuncio sorprendente, el director artístico de Balenciaga, el georgiano Demna Gvasalia, ha anunciado que la casa quería
volver al mundo de la Alta Costura: “Venimos de ahí, y volveremos
después de cincuenta años”, declaró en una entrevista a Le Figaro esta semana.
"(Creo
que es) conmovedor que esta marca, que cerró debido al nacimiento del
prêt-à-porter pudiera ver renacer su Alta Costura gracias al éxito de nuestro
prêt-à-porter, que era impensable incluso hace cinco años. La casa y su
fundador se lo merecen”, aseveró Gvasalia.
Comentarios
Publicar un comentario