"He
vuelto para quedarme", anunció el diseñador Alejandro Gómez Palomo a su
regreso a las pasarelas parisinas.
Y
así ha sido, aunque con aires renovados. Acostumbrado a subir el telón de
la fashion week en su primera jornada, principalmente dedicada
al talento emergente, Palomo Spain ha
pasado al lado de los nombres consolidados, con un desfile en la mañana de la
jornada de cierre, este domingo 19 de enero.
En
este camino hacia la madurez en París, el diseñador cordobés ha cambiado el
rococó de la Embajada de España, donde valiosos tapices de Goya presenciaron su
desfile el pasado verano, por un almacén vacío, en el barrio popular de
Belleville. Un espacio a la medida de "Ecstasy", su colección para el
próximo otoño/invierno, en una fusión entre el manierismo dramático de El Greco
y las "raves" de la "Ruta del Bakalao", el movimiento de
clubes españoles de techno que agitó Valencia en las décadas de los 80 y 90.
Incluyendo guiños a los estupefacientes que caracterizaron a la corriente
festiva, tanto en estampados psicodélicos en tonos flúor como en las pequeñas
bolsitas de caramelos y apariencia de MDMA para los invitados.
Con
la música electrónica del artista de los 90 Chimo Bayo como telón de fondo,
desfilaron las prendas inspiradas por un viaje del diseñador a Toledo, cuna de
la obra del El Greco. Unas primeros sobrios looks de sastre en tono negro
abrieron el show, dejando paso al profundo trabajo de patronaje en prendas
exteriores, con prendas de hombros afilados y cuellos de cardenal. Siluetas
finas y alargadas, como las protagonistas de los cuadros del pintor griego,
caracterizadas por el estilo extremo clásico de la casa. Detalles de encaje
negro y blanco de Chantilly, camisas con chorreras, volantes, sensuales
transparencias, abrigos de terciopelo o gabardinas de corte aristocrático, que
fueron al encuentro de un estilo más urbano. Un experimento hasta ahora
inusitado para Palomo Spain, que sin duda abrirá su espectro comercial.
Y
es que la sastrería clásica se entremezcló, de forma insospechadamente natural,
con bombers, chaquetas con cut-outs en rodillas y hombros, pantalones cargo de
detalles reflectantes o abrigos oversize. Estampados coloridos del artista
Sébastien Sans-Arcidet en parkas y camisas de seda, abanicos de plumas y madera
noble firmados por Kausi y propuestas de calzado junto a New Rock Shoes, entre
las que destacaron las botas hasta la rodilla con aberturas e inspiración
western. Sin olvidar los 3 looks brocados de silueta menina con aplicaciones de
cristales, fruto de una reciente colaboración con Swarovski.
Todo
ello, aderezado con referencias religiosas. Si a la entrada del desfile el humo
se diluía en un profundo olor a incienso, la infancia del diseñador en
Andalucía, donde la Semana Santa es emoción y cultura pop a partes iguales,
sirvió de hilo conductor a la colección. Bajo la atenta mirada de la líder del
grupo francés Christine and the Queens, el trapero C.Tangana, la artista
burlesque Violet Chanki o Raquel Sánchez Silva, presentadora del programa de
moda "Maestros de la Costura", en el que Alejandro Gómez Palomo
colabora como jurado; el desfile se convirtió en una electrónica pasión de
Cristo. Un Via Crucis reinterpretado que, entre inciensarios y cirios
escarlata, se dirigió hacia el éxtasis al ritmo solemne de una marcha de Semana
Santa.
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